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EL TENOR MÁS ESPERADO
Por
Paco
Bocanegra
El genio no se
explica. Tal vez pueda hacerse, pero es una tarea demasiado ardua. El
genio, más bien, se ejemplifica. Pues bien, Juan Diego Flórez -Flores- es
un genio, de esos contados que se dan en un siglo. El tenor más esperado.
Esto es, ese tenor genial que los amantes de la Ópera con mayúscula
esperan encontrar, a la altura de las voces históricas que pueden
escucharse en grabaciones más o menos polvorientas y que en tal mal lugar
dejan a muchos cantantes de hoy en día y de nuestra historia reciente.
Mejor será no mencionar nombres, porque tampoco vienen al caso. No es
nostalgia, es la pura verdad.
Flórez pertenece a esa otra esfera, al olimpo de los grandes, y lo es ya
por derecho propio a sus 32 años. Para ser consciente de ello no se
precisa sino de un mínimo de oído musical, sensibilidad y saber qué es lo
que se está escuchando. O tan sólo alguna de esas tres cualidades.
Ha habido un Mc Cormack, un Schipa, un Valetti, un Kraus. Ahora tenemos a
Flórez. Escuchen la tercera escena del primer acto de Le comte Ory,
cuando entona "Que les destins prospères". Se explica por sí solo ¿para
qué hablar de los méritos de la belleza de la voz, de la perfección del
estilo, del impresionante virtuosismo, del legato, etc.? Su canto
trasciende, es oro colado, una gloria. En el repertorio rossiniano hay
precedentes de tenores muy estimables, pero no que hayan derrochado
semejante brillantez.
Pronostico un gran futuro a Flórez. Afrontará nuevos campos -sin prisas,
por favor- y el tiempo le dará su lugar, para sorpresa y a despecho de
algunas críticas miopes y torpes. También hubo una facción anti-Callas
¿Quién se acuerda hoy de ellos?
Después de consignar este cúmulo de obviedades, prosigamos. No está solo
Flórez en esta grabación que protagoniza. La ópera de Rossini tiene las
mejores cualidades de su estilo más efervescente y prolífico, y comparte
cartel con un reparto amenizado por la soprano Stefania Bonfadelli en el
papel de la condesa de Formoutiers, convincente en su aria "En proie à la
tristesse" y su tono entre casto y provocador. Muy bien Alastair Miles
como le gouverneur, una voz rica de armónicos y elocuente en los
acentos, y encantadora la mezzo Marie-Ange Todorovich como Isolier, un
temperamento interesante que sabe utilizar astutamente sus medios. Praticó,
como de costumbre, un pizpireto actor-cantante como Raimbaud. Buen
desempeño del Coro de Cámara de Praga en sus importantes escenas.
Una producción típica del Pesaro de estos tiempos y muy recomendable.
Jesús López-Cobos al frente de la Orchestra del Teatro Comunale di Bologna
es lo menos sobresaliente de este Comte Ory. La suya, se entiende, es una
dirección competente, pero de continuo subyace una suerte de frialdad que
traiciona el espíritu bufo que se supone inspira la partitura. Hay
ocasionales durezas, el acompañamiento a los cantantes resulta un tanto
encorsetado y de una ampulosidad incongruente. Con todo, un disco que debe
ocupar un lugar en nuestra estantería.
REFERENCIAS:
ROSSINI: Le Comte Ory.
Juan Diego Flórez (El Conde Ory), Alastair Miles (El Gobernador), Marie-Ange
Todorovitch (Isolier), Bruno Praticò (Raimbaud), Stefania Bonfadelli (La
condesa de Formoutiers), Marina de Liso (Dame Ragonde), Rosella Bevacqua (Alice).
Coro de Cámara de Praga.
Orquesta del Teatro Comunle de Bolonia.
Director: Jesús López-Cobos
Grabado en vivo en eel Festival Rossini de Pesaro 2003
DG 477 502-0 (2 CD's)
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