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SERSE
Por
Ignacio Deleyto Alcalá.
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Curriculum.
Serse, una de
las últimas óperas de Handel, fue estrenada en el King's Theatre en 1738,
año que vería el estreno de otra ópera, Faramondo, y la composición
de dos grandes oratorios: Saul e Israel in Egypt. Con
Serse Handel vuelve su mirada hacia el mundo de la antigüedad y
recupera personajes históricos como el protagonista de la historia, el
jefe persa, Jerjes. A menudo se ha calificado a la pieza de ópera cómica
y, por ejemplo, en Elviro -uno de los poquísimos bajos bufos handelianos-
se ha querido ver un precursor del Leoporello mozartiano.
Por supuesto, si por
algo es famosa esta ópera es por su bellísima primera aria, “Ombra mai
fu”, tradicionalmente conocida como el “Largo de Handel” aunque en
realidad el tempo indicado sea “Larghetto” y no “Largo”, y de la que hay
todo tipo de arreglos. En realidad, tanto el recitativo que la precede
como la propia aria son un canto a un árbol*.
Después de las
versiones de Malgoire (Sony) y McGegan (Conifer), llega ahora la de
William Christie grabada en directo en París en 2003 para probablemente
convertirse en la mejor opción por su equilibrado y atractivo reparto y el
olfato teatral y elegancia en las formas del director americano.
En el papel protagonista nos encontramos a la gran mezzo sueca Anne-Sofie
von Otter que una vez más demuestra su categoría de cantante handeliana.
Sólo hay que escuchar como acomete la entrada del “Ombra mai fu” -en piano
para ir aumentando con un magistral crescendo- para saber que estamos ante
una interpretación con mayúsculas. A pesar de los años, von Otter sigue
mostrando un buen estado vocal con su voz líquida, meliflua, justamente
vibrada y de bello color. En “Se bramate d’amar”, un aria de bravura, von
Otter saca su lado más combativo y hace todo un despliegue de recursos
vocales apoyada por la acalorada dirección de Christie. De igual modo, su
“Crude furie” resulta espectacular. En algún momento se le nota cierta
fatiga vocal motivada por el directo pero su atención al detalle, su
penetración y su línea de canto ponen el listón muy alto.
Lawrence Zazzo confirma la buena impresión que nos había causado en
recientes grabaciones y se convierte en un serio competidor de su
compatriota, David Daniels, aunque este último posea una voz más
atractiva. Zazzo lo tiene todo para hacer de su parte una delicia. Sus
tres intervenciones en el primer acto son reveladoras de un canto
contrastado y expresivo, buen gusto, claridad en la dicción y dotes
dramáticas. El resto de arias no hacen sino confirmar su categoría:
escúchese “Quella che tutta fe” con ese instrumento teñido de tristeza y
expresividad así como su valentía y seguridad en las agilidades en “Sì, la
voglio e l’otterò”.
Elisabeth Norberg-Schulz es la que menos convence de todo el reparto. Su
voz, en exceso tremolante, resulta demasiado pesada para Handel y su línea
de canto no es un modelo de precisión. En su descargo diremos que también
sabe cantar con delicadeza y buen gusto como en “Nemmen coll'ombre”. Por
su parte, Sandrine Piau muestra frescura, agilidad y transparencia
vocales. Todas sus arias son una delicia. La española Silvia Tro Santafé
ejecuta su parte con seguridad y sentido dramático. Su robustez no está
reñida con la agilidad vocal tan necesaria en estos papeles handelianos.
El papel de Elviro en la voz de Antonio Abete es todo lo cómico que se
puede esperar. El barítono italiano trata de acentuar su comicidad pasando
al falsete en la escena del Acto II. Puede que este tipo de recursos se
agradezcan más en el teatro que en casa especialmente tras varias
escuchas. Aunque de voz algo nasal Giovanni Furlanetto cumple con creces
en el papel de Ariodate.
William Christie dirige con mucho sentido dramático, sabe amoldarse bien
al carácter de cada escena, y plantea unos tempi juiciosos. Los
recitativos están llevados con toda la teatralidad necesaria. El caballero
Christie es la elegancia personificada pero, muy importante, también sabe
espolear a sus músicos para que sean punzantes e incisivos cuando lo pide
la ocasión. Pocos podrán tacharle a estas alturas de afrancesado pues su
Handel, que siempre fue bueno, va mejorando con los años. La orquesta está
espectacular en todas sus secciones especialmente la cuerda que, según el
momento, lo mismo parece echar fuego que acariciar suavemente. La toma de
sonido es modélica y aunque se noten las idas y venidas sobre el escenario
y las risas del público nunca resulta molesto.
Por tanto,
recomendación sin reservas para esta nueva contribución handeliana de
William Christie y Les Arts Florissants. Toma de sonido y presentación
están a la altura.
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* Jerjes se
encuentra bajo la sombra de un plátano y canta: “Ombra mai fù di
vegetabile cara ed amabile soave più” (Jamás ha existido sombra vegetal
tan querida y amable). Al término del aria, el personaje permanece inmóvil
admirando el árbol.
REFERENCIAS:
G.F. HANDEL: Serse, HWV 40.
Anne-Sofie von Otter, mezzo-soprano. Lawrence Zazzo, contratenor.
Elisabeth Norberg-Schulz, soprano. Sandrine Piau, soprano. Silvia Tro
Santafé, mezzo-soprano. Antonio Abete, barítono. Giovanni Furlanetto,
bajo. Les Arts Florissants. William Christie, director. VIRGIN VERITAS 5
45711. 3 CDs.
Página web:
www.virginclassics.com
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