|
EN TORNO AL CONTRAPUNTO
Por
Justino
Losada Gómez.
El mundo de la
música siempre estará en deuda con J.S. Bach; no por ser un compositor
propenso a evolucionar, sino por conseguir exprimir y dominar todo el
legado recibido, para que sus sucesores, bien por linaje o por espíritu,
partieran de ahí. Esto, en sí, es visto por algunos como un problema, ya
que al no apostar por una renovación estilística general, resulta mucho
más complicado poder innovar. Aun así resulta curiosa la extraordinaria
estela futura que conseguiría este creador, que siempre miraba hacia
atrás.
Este disco, aunque incluya una pieza y transcripciones de obras de Bach,
no es un disco sobre su música estrictamente, mas bien sobre la influencia
de su dominio de la técnica y la unicidad de sus obras en los siglos
posteriores. La primera pieza que aparece en el disco es la última fuga
incompleta a 3 voces de El Arte de la Fuga, que Bach no pudo
completar al quedarse ciego por las complicaciones acarreadas tras la
intervención quirúrgica (más bien chapuza) de John Taylor, quien después
intervendría a G.F Haendel fastidiándole la vista igualmente. A día de hoy
resulta interesante especular qué hubiera ocurrido si Bach hubiera
encontrado un buen oftalmólogo...
La importancia capital de El Arte de la Fuga no sólo se basa en la
exploración hasta el límite del contrapunto y de la fuga en particular.
También en la unicidad referida anteriormente, y que fue resaltada por
Anton Webern en su ciclo de conferencias "El camino hacia la nueva
música", donde demostró que todas las fugas se basan en un tema que
se transforma constantemente, buscando así una idea temática, la unidad en
la obra.
Bach analizado por Webern es el paradigma de un continuo referente y el
modelo a imitar amoldado a las técnicas compositivas de la época. Así, la
segunda obra del disco, no de Webern, pero sí de Ferruccio Busoni, nos
muestra un resurgir del contrapunto más acerado y complejo. Busoni estaba
bien instruido en el piano cuando en 1884 cumplió 18 años. A la vez, el
Romanticismo seguía muy activo (Bruckner compone su 7ª sinfonía, Brahms su
4ª) y al mismo tiempo también Liszt experimentaba con la atonalidad,
muriendo 2 años después. El camino de Busoni tenderá al respeto de todas
las tendencias, y al empuje del creador a ser libre, a innovar, tal y como
aparece en su Esbozo de una nueva estética musical (1907), pero
sin amoldarse al Romanticismo ni a las técnicas más vanguardistas, aunque
posteriormente se viera como una especie de padre espiritual para estas.
De todos modos, Busoni, lejos de cualquier aspiración romántica, se puede
asemejar a Bruckner en la densidad de sus obras, incluso en el "sinfonismo"
de sus obras instrumentales como la Fantasia contrapunttistica,
grabada aquí en su versión para 2 pianos transcrita de la original
(1910-12) en 1921. Esta obra es la más importante del autor junto a su
Concierto para piano. Articulada en 4 secciones de tipo ((A)
Coral/Variaciones - (B) Fuga I - Fuga II - Fuga III - Intermezzo - (C)
Variación I - Variación II - Variación III - Cadencia - (D) Fuga IV -
Coral - Stretto) sintetiza su sentido de la tradición con la innovación
considerándose como uno de los primeros ejemplos de un exponente de la
corriente neoclásica que tendrá gran importancia entre las dos guerras
mundiales.
Si Busoni fue precursor del neoclasicismo musical con el contrapunto como
bandera, sólo la audacia de algunos compositores de su época, como Max
Reger, pueden explicar la aparición, entre los compositores, de un sutil
dominio del contrapunto en el siglo XX. Evidentemente, el estudio de la
obra de los autores barrocos se imponía en los conservatorios y fue común
a compositores de muy diferentes estilos que compusieran, transcribieran u
orquestaran obras, como por ejemplo, los miembros de la 2º Escuela de
Viena (Arreglos y orquestaciones de obras de Bach), Les Six (cuartetos de
cuerdas de Darius Milhaud), Paul Hindemith (Ludus tonalis,
sonatas para órgano) o Dmitri Shostakovich (24 preludios y fugas).
Sin duda alguna, la rapidez en la extensión de la información y la
especialización hacen que esto no se pierda entrado el siglo XX,
apareciendo más compositores que transcribieron piezas de Bach al piano.
Entre ellos caben destacar Dmitri Kabalevsky o el compositor húngaro
György Kurtág, de quien se recoge un juego de transcripciones en este
disco. El compositor de Játékok (Juegos) busca un Bach pulcro y
sencillo, autoimponiéndose en muchos casos el uso de una octava doblada (a
4 manos) como en Durch Adams Fall ist ganz verderbt (BWV 637), o
en la Sonatina de la cantata Gottes Zeit ist die allerbeste Zeit
(BWV 106) o transponiendo las voces a una octava buscando sonoridades más
cercanas al órgano que al piano como en la pieza de Allein Gott in der
Höh sei Ehr (BWV 711).
La interpretación de estas obras para dos pianistas en sus 2 variantes
(obras para piano a 4 manos, obras para dos pianos) resulta pulcra, seca,
decapada, obviando cualquier atisbo de romanticismo y dejando la
objetividad como finalidad; algo típico en estos dos artistas, Andreas
Grau y Götz Schumacher, bien curtidos en obras contemporáneas que
solicitan una muy alta precisión interpretativa. Este factor muy eficaz,
vuelve transparente el esqueleto de las obras, sobre todo de la
Fantasia Contrapunttistica. Sin duda alguna no sirve comparar esta
versión para 2 pianos con las antológicas de John Ogdon o Marc André
Hamelin, interpretaciones en la versión para piano solo. Las
transcripciones de Kurtág tal vez puedan permitir mayores licencias
interpretativas sobre todo por su sencillez pese a que haya incluso una
pieza para piano a 6 manos, donde quien presta sus manos es Andreas Staier,
ni más ni menos. Incluso los intérpretes historicistas como ven, no tienen
miedo a los pianos modernos. En definitiva, un disco más que correcto,
pero más dirigido a curiosos que a un público general.
REFERENCIAS:
J. S. BACH: Contrapunctus XIX
BUSONI: Fantasia Contrapunttistica
KURTÁG: Bach-Transkriptionen
Andreas Grau - Götz Schumacher (Dúo de pianos)
COL LEGNO WWE 20106
Distribuidor en España: DIVERDI
E-mail:
diverdi@diverdi.com
Página web:
www.diverdi.com
|