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Mundo cinético-sonoro Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
Compañía Nacional de Danza. Cautiva de Nacho Duato. Falling Angels de Jiri Kylián. Diecisiete de Nacho Duato. Director Artístico: Nacho Duato. Teatro de la Zarzuela (Madrid) del 27 de enero al 5 de febrero de 2005. Nacho Duato ha conseguido acceder a la fama y es un personaje conocido, gracias a una carrera rigurosa y brillante. Su campo de trabajo, la danza contemporánea, es un terreno muy selecto y minoritario, pero el nombre del bailarín y coreógrafo ha conseguido atravesar los muros del sector y su trabajo al frente de la Compañía Nacional de Danza siempre atrae a propios y ajenos al gremio de la danza. En todos sus espectáculos suelo encontrar admiradores que acuden “a verle” sin saber que está retirado de la escena y que sus compromisos artísticos le impiden frecuentemente asistir a las funciones y recoger personalmente los aplausos. Aún así, esos desprevenidos admiradores no quedan defraudados. El programa presentado en el Teatro de la Zarzuela de Madrid a comienzos de este año contaba con dos reposiciones interesantes (Cautiva de Nacho Duato. Falling Angels de Jiri Kylián) y un estreno absoluto titulado Diecisiete. Es una nueva creación de Duato inspirada en 17 haikus que dan lugar a 17 sorprendentes miniaturas. Hay algunas alusiones orientalistas, pero el conjunto se sale de cualquier tópico. La intensidad es el rasgo común a estos números, una intensidad desgarrada y conmovedora. Podemos reconocer en esta pieza algunos de los mejores hallazgos que forman la personalidad del creador como son la estrecha comunión entre música y movimiento, la perfecta integración del vestuario en la coreografía (con unas magníficas faldas masculinas), la vitalidad exultante, o el delicado juego de luces (concebido en esta ocasión por Brad Fields). Resultan novedosas las incursiones en el lado salvaje y animal, con la utilización musical del ruidos agresivos en una partitura que firman Pedro Alcalde y Sergio Caballero. Continua Duato su exploración de las relaciones cinético-sonoras, encaminándose con esta obra hacía otros universos más ásperos y más vehementes que en su etapa juvenil. El estreno cerró un espectáculo que fue, como todos los de esta compañía, impecable en lo fundamental y también en cada detalle.
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