|
|
La edad que se oye Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
Recital
de Lang Lang. Variaciones Abegg, op. 1 y Kiderszenen op. 15,
de Robert Schumann. Sonata en do mayor K 330, de Wolfgang Amadeus
Mozart. Andante spianato y gran polonesa op. 22 de Fryderyk Chopin.
Preludio op. 23, núm. 2 de Serguei Rachmaninov. Soneto 104 de
Petrarca y Rapsodia húngara núm. 2, de Franz Liszt. Décimo
Ciclo de Grandes Intérpretes. Fundación Scherzo. Auditorio Nacional de
Madrid, 9 de febrero de 2005.
El joven pianista chino Lang Lang ha sido incorporado al Ciclo de Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo, en el que actúan los más grandes pianistas vivos del mundo. La apuesta por un joven valor es loable, pues todos los que hoy están consagrados fueron alguna vez jóvenes. La cita también permite a los aficionados contemplar una perspectiva amplia del panorama pianístico actual. El joven prodigio dejó bien probada su altísima calidad y arrancó del público merecidos aplausos, pero pocas pasiones. Este ciclo tiene una enorme altura y el público que lo disfruta se ha hecho muy exigente: está acostumbrado a tener por común lo que es completamente excepcional. El intérprete presentó un programa heterogéneo, concebido para su propio lucimiento. Avanzando en cada parte de lo más sencillo –las Variaciones Abegg y las Escenas de niños de Schumann– escaló hasta las más difíciles cumbres, hasta Liszt, pasando por Mozart, Chopin y Rachmaninov, sin perder la compostura. Su técnica es apabullante, precisa, enérgica, espectacular... La interpretación es perfecta sobre la partitura, pero discutible en el plano sonoro y emocional. Falta un cierto sosiego, una suavidad que tal vez vengan con los años. Falta, en definitiva, madurez. Las versiones todavía delatan la juventud de este espectacular intérprete. La biografía resuena un poco en las notas de su piano. (FOTO: Rafa Martín)
|