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Nobleza y verdad Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
Recital de Lieder. Canciones de Stanislaw Moniuszko. Giovanna d’Arco de Gioachino Rossini. El cuarto de los niños de Modest Musorgsky. Zigeunerlieder op. 103 de Johannes Brahms. Recital de Ewa Podlés (contralto) y Roman Markowicz (piano). XI Ciclo de Lied. Teatro de la Zarzuela, Madrid, 14 de febrero de 2005. El recital de Lieder de Ewa Podlés estuvo lleno de música y de autenticidad. Es una artista de gran talento y de enormes facultades, a las que suma una serenidad llena de honda emoción que solo se conquista con el trabajo sincero y bien hecho. Su presencia física podría ser apabullante, pues cuenta con una voz excepcional por su registro, color y volumen, pero su actuación es cercana y cálida. Para esta ocasión escogió un precioso repertorio de canciones polacas, compuestas por Moniuszko, una cantata de vuelo lírico y dificultad, de Gioachino Rossini, dedicada a Juana de Arco, las deliciosas canciones de El cuarto de los niños concebidas por un afectuoso Musorgsky y las Canciones gitanas de Johannes Brahms. El programa fue variado dentro de la unidad. Las canciones presentadas se nutren del mismo espíritu romántico y nacionalista, pero se resuelven desde distintos paisajes, lenguas y sensibilidades. Los intérpretes supieron poner de relieve esos matices dentro de la coherencia conjunta del recital. Ewa Pódeles sabe mostrarse dramática o irónica, según lo requiera cada pieza, pero sin mostrar afectación ninguna. Sabe modelar cada canción atendiendo a los detalles más sutiles del fraseo y de la articulación. El recital llenó todos los corazones a través de la verdad expuesta con una modestia infrecuente en intérpretes de su categoría. Tal vez su excepcional registro, grave y cálido, pueda explicar algo de ese talante, aunque también hay en la actitud conciente de la cantante, un saber estar reposado y amable. El maestro Roman Markowicz acompañó desde el piano con brío, sacando del instrumento sonoridades tan calidad, redondas y aterciopeladas como la voz que asistía. Mostró un dominio del color pianístico magistral por su nobleza. La convocatoria fue éxito, un placer y una oportunidad para conocer mejor una de las más grandes voces de la cuerda de contraltos. El ciclo de Lieder de la Fundación Caja Madrid y el Teatro de la Zarzuela volvió a revalidar con esta cita su alta y exquisita calidad.
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