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Los animales y la música Por Cristina Isabel Gallego García. Lee su curriculum.
Los animales son motivadores para los niños y niñas de Educación Infantil. Todos conocen la existencia de estos seres vivos y se sienten atraídos por ellos. Por eso, ¿qué mejor manera de “escuchar la voz de los animales”, y trabajar a través de ellos la educación musical en esta etapa? Podemos iniciar nuestra jornada diaria con un torbellino de ideas: cada alumno expone en la asamblea los animales que conoce, los que ha visto, si tiene alguno en casa (de verdad, de peluche...) y de este modo podemos identificar las morfológicas de su cuerpo, su alimentación, su forma de desplazamiento, los sonidos que producen... En Educación Infantil trabajamos de forma globalizada los tres ámbitos (Identidad y Autonomía Personal, Medio Físico y Social, Comunicación y Representación). Partiendo de los animales podemos: - adquirir una imagen positiva de nosotros mismos y los seres vivos que nos rodean, identificando nuestras cualidades, posibilidades y limitaciones personales. - desarrollar hábitos de ayuda y colaboración con los demás. - adecuar nuestro comportamiento a las necesidades y demandas de los otros. - conocer las características morfológicas y funcionales de animales cercanos a nuestro medio y lejanos, desarrollando actitudes de cuidado y respeto. - establecer relaciones entre las características del medio y las formas de vida que en él se desarrollan. - mostrar interés y curiosidad hacia los animales, sus características, formas de vida, alimentación. - expresar mediante el lenguaje oral y escrito: deseos, sentimientos e ideas como medio de comunicarse con los demás. - Adquirir un conocimiento lógico – matemático, utilizando la experimentación activa. - aumentar las posibilidades comunicativas mediante la utilización de las técnicas y recursos básicos de las diferentes formas de representación y expresión, destacando entre ellas la expresión musical... Los temas transversales también se pueden trabajar con los animales y la música. Merecen especial interés la educación ambiental (por ejemplo con la educación musical comparamos sus características morfológicas, semejanzas y diferencias, hablamos del cuidado y respeto hacia ellos y el entorno que nos rodea, valoramos la importancia que tienen para nuestra vida...) y la educación para el consumo y la salud (conversamos sobre los alimentos que nos proporcionan los animales: carne, leche, derivados, la necesidad de una alimentación variada...) Para trabajar este centro de interés empleo muchos recursos: canciones (poesías (Que no me digan a mí, mariposa del aire...) cuentos musicales (los músicos de Bremen, el ruiseñor, Ricitos de oro y los tres ositos, el elefante, la ardilla y la rana... ) En el cuento del elefante la ardilla y la rana, los personajes son todos los alumnos, están de pie formando un círculo, dejando sus manos libres para escenificar distintas acciones que se van desarrollando. El elefante puede tocar el pandero, la ardilla el carillón y la rana la castañuela de mango. Había una vez un elefante que todos los días iba a pasear. (Todos los alumnos marchan a ritmo y levantan la mano a modo elefante).
Andaba y andaba sin descanso. Un día se encontró con una ardilla (algunos alumnos colocan las dos manos delante de la boca y marchan a ritmo) y con una rana (saltan con los pies juntos).
La ardilla le dijo: “Elefante, yo todos los días te veo pasear. ¿Por qué no te vienes conmigo a jugar? Aprenderás a trepar”. La rana le dijo: “No, no. Vente conmigo que yo te enseñaré a saltar” El elefante las miró, y siguiendo su camino les dijo: “Gracias pequeñas amigas, pero a mí dejadme tranquilo que con mi peso sólo puedo caminar”.
Y cada uno siguió su camino. El elefante caminando lento y pesadamente, la ardilla corriendo y saltando de rama en rama rápida y ligera, la rana saltando de charca en charca contenta y feliz. Y todos fueron felices. En otras ocasiones les narro este cuento, o lo represento con nuestro teatro de guiñol. Dialogamos sobre el mismo, conocemos a los personajes, sus principales características, los acontecimientos que ocurren... y después ellos lo escenifican como he mencionado anteriormente y entre todos inventamos una canción. Con “Los músicos de Bremen” realizamos sonidos onomatopéyicos de cada animal, acompañamos los sonidos con instrumentos de percusión: burro – caja china, gallo – triángulo, gato – pandero, perro – cascabeles..., nos distribuimos en grupos e imitamos al animal correspondiente, confeccionamos disfraces con materiales de desecho (como Ecoescuela que somos) y cantamos disfrazados la canción de “La Banda del Pueblo” (empezamos con el pandero y repetimos imitando la caja china, los cascabeles, el triángulo...)
“En mi pueblo hay una banda yup - loi – la, yup – loi -
la.
También tenemos un baúl lleno de animales: Pepita la coneja, la Vaca lechera, Alud el pollito, Pedro el gusano, Gris el elefante, Blanco el gato... Siempre los despertamos con sus canciones y a los que no tenían canción (el rinoceronte, el oso polar, el perro..) le inventamos una para que no se pusieran tristes. Algunos días determinados los niños han traído a clase gusanos de seda, hamster, un perrito... para conocerlos mejor. Hicimos murales con animales de granja, selva, agua, aire..., puzzles, encajables, trabajamos la psicomotricidad imitando el movimiento de distintos animales (elefantes, delfines, pájaros, caballos, canguros, etc), construimos animales con plastilina, con cotidiáfonos imitamos los sonidos que éstos producían... Seguimos un método activo y vivencial, que es la base de las experiencias personales de los alumnos a estas edades. Planificamos las actividades que vamos modificando al ponerlas en marcha. Observamos al niño durante las actividades que realizamos, de este modo vemos los progresos que se están produciendo (la manipulación de los objetos, la capacidad de expresión y comunicación oral, musical, plástica, el grado de respeto hacia los compañeros y los restantes seres vivos aunque no sean humanos...) . La evaluación es formativa. Como afirma Jacques Chapuis, “En la música y el arte no basta con saber y comprender; en primer lugar hay que vivir y sentir”. Por eso con experiencias gratificantes desde las primeras etapas del sistema educativo, como en este caso los animales y la música, nuestro alumnado se enriquece con este Arte y contribuimos a su desarrollo integral como personas.
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