Revista mensual de publicación en Internet
Número 65º - Junio 2.005


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THOMAE LVDOVICI DE VICTORIA ABVLENSIS OFFICIVM HEBDOMADAE SANCTAE 

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.


 


La obra de Tomás Luis de Victoria -síntesis de su profundo sentir religioso, su misticismo y el rendido sometimiento a las normas tridentinas- es austera, grave y serena. Su lugar se encuentra en iglesias y catedrales -entre fríos muros, grandes altares, refulgentes vidrieras, rosetones multicolores y altos techos abovedados; allí donde las largas y sostenidas frases de su música resuenan a mayor gloria de Dios.
A diferencia de los otros grandes polifonistas de su época, este sacerdote, maestro de capilla y organista siempre evitó componer música sobre temas profanos siguiendo las directrices del Concilio de Trento que, según parece, prohibía dicha práctica por razones de ortodoxia religiosa. Sólo una excepción entre su corpus de música religiosa: la Missa Pro Victoria basada en la La Guerre de Janequin y cuya autoría precisamente por temática y estilo algunos han puesto en duda. Entre sus misas y motetes –no fue un compositor prolífico en comparación con Lassus o Palestrina- hay dos grandes obras que brillan con luz propia: el Officium defunctorum (Madrid 1605) y el Officium Hebdomadae Sanctae (Roma 1585) que Glossa acaba de sacar al mercado en una nueva grabación completa a cargo de La Colombina y Schola Antiqua. Música española a cargo de intérpretes españoles, algo a lo que afortunadamente nos hemos empezado a acostumbrar.

El Oficio de Semana Santa de Tomás Luis de Victoria, publicado poco antes de que el abulense volviera a su añorada Castilla natal, contiene todos los textos para la liturgia de Semana Santa -desde el Domingo de Ramos al Sábado Santo- e incluye un total de treinta y siete piezas entre las que se encuentran algunas de las partituras más universales de la música polifónica española como los dieciocho Responsorios de Tinieblas y las nueve Lecciones de Lamentaciones del profeta Jeremías. El libro también contiene motetes, himnos, improperios, y dos pasiones de gran interés musical por el contraste entre las breves pinceladas polifónicas de Victoria y el intercalado recitado gregoriano de la Pasión [1].

Los Responsorios de Tinieblas se cantaban durante los maitines del Jueves Santo (Feria V in Coena Domini), Viernes Santo (Feria VI in Parasceve) y Sábado Santo (Sabbato Sancto), a razón de seis responsorios al día, cuando aún reinaba la oscuridad y sólo las velas, que se iban apagando una a una mientras avanzaba el oficio, iluminaban el interior de la nave. En la actualidad los responsorios han cobrado vida propia y se han independizado del Oficio tanto en interpretaciones en vivo como en disco. De hecho, es una de las obras de polifonía del siglo XVI más grabadas de la historia. Abrió el camino la pionera grabación del Coro de la Catedral de Westminster bajo la dirección de su por entonces titular, George Malcom, realizada en abril de 1959 (Argo) y que presenta la plantilla habitual en los coros de catedral ingleses: voces infantiles y adultas [2]. A pesar de haber envejecido lo suyo y de sus varios defectos muestra un fervor religioso y una expresividad que a veces no encontramos en versiones posteriores. Heredera de ésta y hoy por hoy una de las mejores versiones del mercado -equilibrada, intensa y espiritual- es la realizada treinta años después por el mismo coro bajo la dirección de David Hill (Hyperion) donde se hace patente el perfecto equilibrio entre belleza expresiva y hondura espiritual (escúchese, por ejemplo, el emocionante “Caligaverunt oculi mei” en el que las plateadas voces infantiles no parecen ser de este mundo). Otras versiones a destacar son las de Pro Cantione Antiqua (DHM), Tallis Scholars (Gimell) y The Sixteen (Virgin Classics), la primera para coro de voces adultas masculinas y las últimas dos para coro mixto adulto (voces masculinas y femeninas). 

Hace poco más de un año, en la Iglesia de San Miguel de Cuenca y en el marco de la Semana de Música Religiosa, se interpretaba a lo largo de tres conciertos el Officium Hebdomadae Sanctae en un contexto litúrgico, es decir, acompañado de antífonas y versículos en canto llano. La polifonía corría a cargo del conjunto La Colombina dirigido por Josep Cabré y el canto llano era recitado por los cantores de Schola Antiqua de Juan Carlos Asensio. Son esas intensas jornadas musicales las que nos ofrece el sello Glossa en la más completa versión disponible en la actualidad [3]. 

La Colombina presenta para la ocasión una formación mixta de ocho voces, dos por cuerda, que cantan a cappella sin acompañamiento instrumental [4]. Compenetración absoluta, estilizada línea de canto, afinación y empaste son algunas de sus características. Se realza la importancia de texto por medio de una dicción perfectamente inteligible. Y el contraste interpretativo entre las obras es patente como lo demuestra el enfoque más dramático, de mayores claroscuros, en los Responsorios frente a una mayor contención y sosiego observado en las Lamentaciones. A la hora de comparar las Lamentaciones con las de Musica Ficta (Cantus) -ambas versiones coinciden en el número y tipo de voces- encontramos que la Colombina adopta un enfoque de mayor espiritualidad frente al más humano del conjunto de Raúl Mallavibarrena. Deslumbrante es también en esta obra la lectura de Harry Christophers y su conjunto The Sixteen (Collins/Coro). 

La inclusión del canto llano no sólo contextualiza la magna obra sino que le confiere una impronta espiritual que no tienen otras versiones. Además, desde el punto de vista meramente musical aporta variedad y contraste con las partes polifónicas. Un buen ejemplo sería el famoso, Popule meus. Sin necesidad de recurrir a supuestas reconstrucciones litúrgicas dicha contextualización facilita un entorno creíble y apropiado que nos devuelve la obra de Victoria a su verdadero origen y función.

Hay momentos en los que el coro parece estar imbuido de una serenidad especial como ocurre en el Miserere mei Deus, una obra de singular belleza en la que el fluido canto llano de Schola Antiqua se conjuga a la perfección con las casi susurradas partes polifónicas interpretadas con humildad y recogimiento. De igual modo, es decir, alternando canto llano y polifonía, se ofrece el ya mencionado Popule meus, otro de los fragmentos más conocidos del ciclo, que recibe aquí una lectura de enorme concentración con un final que destila contención y quietud. Una de las glorias de esta grabación es la redondez y seguridad d el registro bajo -de lo mejor que se haya escuchado nunca en polifonía española- y ello se debe en buena parte al refuerzo de Daniele Carnovich, una voz de lujo como lo es también la del contratenor Josep Hernández que con su habitual magia brilla entre las demás. Por contra, en algunos pasajes solistas hay cierta rigidez en las voces agudas. 

En suma, estamos ante una de las grabaciones de polifonía española más importantes de los últimos años no sólo por el reto que supone haber registrado tamaña obra, algo ya de por sí sobresaliente, sino por los resultados obtenidos. La presentación con varios artículos de interés [5] y una grabación de gran transparencia y equilibrio ponen la guinda a este trabajo íntegramente español que se convierte desde ahora en referencia indiscutible en el corpus discográfico de la música de Tomás Luis de Victoria.


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[1] Según Gustave Reese las pasiones de Victoria se interpretaron en la Capilla Sixtina durante más de 300 años y “han alcanzado una mayor distinción que ninguna otra de las versiones polifónicas de los textos latinos”: G. Reese 1988 La Música en el Renacimiento Alianza Editorial. Pág. 701. 

[2] Una curiosidad: el conocido tenor John Elwes es la segunda voz soprano solista en dicha grabación aunque su nombre por entonces era John Hahessy. 

[3] Ya existían registros del Officium más o menos completos. Viene a la mente el grabado por el Coro de monjes del Monasterio de Santo Domingo de Silos bajo la dirección de Ismael Fernández de la Cuesta (Hispavox, 1973). Por otro lado, también hay que recordar que La Colombina tenía grabado parte del Oficio para el sello Accent.

[4] Muchos conjuntos hacen uso de acompañamiento instrumental en la polifonía renacentista española aunque no se sabe a ciencia cierta si sonaban o no instrumentos durante la interpretación de las partes polifónicas. Generalmente en las grabaciones actuales encontramos órgano o bajón aunque algunos directores proponen plantillas mucho mayores. A nuestro parecer esta música no necesita acompañamiento instrumental alguno.

[5] Desgraciadamente el libreto sólo trae los textos cantados en latín. Se puede encontrar una traducción de la mayoría de textos dentro de la web del Coro Polifónico de la Universidad Politécnica de Valencia.



REFERENCIAS: 

T. L. DE VICTORIA: Officium Hebdomadae Sanctae: Dominica in Ramis Palmarum; Feria quinta. In Coena Domini; Feria sexta. In Passione Domini; Sabbato Sancto. La Colombina: Raquel Andueza, Monika Mauch, Audrey Burgener, Josep Hernández Pastor, Josep Benet, Francesc Pizarro, Daniele Carnovich, Josep Cabré, director. Schola Antiqua. Juan Carlos Asensio, director. GLOSSA GCD 922002. 3 CDs.


Distribuidor en España: DIVERDI 

E-mail: diverdi@diverdi.com 
Página web: www.diverdi.com