|
|
EXPERIMENTALISMO ESTÉTICO Y DRAMÁTICO Por Ovidi Cobacho Closa, Historiador del arte (Catalunya).
Dentro de su décimo aniversario y especialmente motivados tras acoger el encuentro internacional Newop en su pasada edición, el Festival d’Òpera de Butxaca i Noves Creacions ha dado un paso más en su valiente apuesta por la innovación y la creación contemporánea, abriéndose a la participación y la coproducción de nuevos espectáculos procedentes de otros países. Una apuesta que les honra y los sitúa como modelo en la generación de nuevas dinámicas de trabajo y colaboración compartida, especialmente productiva en el ámbito cultural que nos ocupa.
Una apuesta que ha tenido su reflejo en el programa de este año con la incorporación de un ciclo de tres espectáculos dedicado a los Países Bajos: Ballo cantabile, Concert Louis Andriessen y One (este último suspendido por enfermedad de la soprano protagonista). Todos ellos concebidos por creadores residentes en los Países Bajos y volcados en la experimentación de nuevos lenguajes de expresión musical y dramática.
Joaquim Sabaté, bailarín y contratenor originario de Catalunya, nos presentó su espectáculo Ballo cantabile, concebido a partir de una selección de piezas de compositores del barroco reinterpretadas musical y coreográficamente por el mismo Sabaté y la soprano Elena de Vega. Una puesta en escena que integra una creativa y plástica combinación del canto y la danza, a través de una atractiva y fluida dramatización de los versos y músicas de los maestros del barroco europeo. Un espectáculo que encuentra su mayor logro en la ingeniosa dinámica interpretativa de la entregada pareja de actores-bailarines-cantantes, pulcramente acompañados por el citarrone de Israel Golani y la exquisita viola de gamba de Eva Reiter.
El Concierto dedicado al célebre compositor holandés Louis Andriessen nos permitió contar con la presencia de uno de los principales renovadores del lenguaje musical de los Países Bajos. Después de una primera parte integrada por tres breves piezas del compositor, donde ya se pudo apreciar un lenguaje volcado hacia el experimentalismo tímbrico, tuvimos ocasión de escuchar la versión concertada de su obra La passione, para orquesta con mezzosoprano y violín solistas. Una obra que parte de los Canti Orfici del poeta Dino Campana, estructurada en seis canciones con una escritura musical que encuentra su mejor definición en una constante interrogación rítmica y harmónica que nos acerca al jazz y a compositores como Stravinsky. Un conjunto instrumental de gran riqueza tímbrica y politonal que sirve de marco para un intenso y electrizante dialogo de violín y mezzosoprano, resuelto con gran brillantez por Monica Germino y Cristina Zavalloni, respectivamente. Concierto de gran calidad musical e interpretativa, aunque con escasa posibilidad de alcanzar una mínima popularidad.
|