Revista mensual de publicación en Internet
Número 73º - Febrero 2.006


Secciones: 

Portada
Archivo
Editorial
Quiénes somos
Entrevistas
Artículos
Crítica discos
Bandas sonoras
Conciertos
Web del mes
Suscribir
Buscar
 

 

INTENSO OTELLO EN EL LICEU

Por Ovidi Cobacho Closa, Historiador del arte (Catalunya).  

  • OTELLO: música de Giuseppe Verdi, libreto d’Arrigo Boito a partir del drama de William Shakespeare. José Cura (Otello), Lado Ataneli (Jago), Krassimira Stoyanova (Desdemona), Ketevan Kemoklidze (Emilia), Vittorio Grigolo (Cassio), Vicenç Esteve Madrid (Roderigo), Francisco Santiago (Montano), Giorgio Giuseppini (Lodovico); Cor y Orquestra Simfònica del Gran Teatre del Liceu. Dirección musical: Antoni Ros-Marbà. Dirección escénica: Willy Decker. Escenografía y vestuario: John Macfarlane. Gran Teatre del Liceu, Barcelona, 24 – II- 2006.

La esperada reposición liceísta del Otello verdiano tenía el plus añadido de poder escuchar en el rol protagonista al que a sido apodado como sucesor de Plácido Domingo en este papel, el brillante tenor José Cura, y visto y escuchado podemos constatar que es buen merecedor de ello. Cura encarnó al moro veneciano como un auténtico monstruo de la escena, contundente y soberbio en el gesto; matizado, enérgico y flexible en la voz. A pesar de la dureza del papel, superó las páginas más difíciles de la particella con sabia prestación y medida intensidad, logrando resaltar con maestría los contrariados sentimientos que asolan al personaje. Extraordinaria también la Desdemona de la soprano búlgara Krassimira  Stoyanova en su debut en el coliseo barcelonés. Poseedora de un timbre bellísimo y una técnica extraordinaria, bordó literalmente el papel de la desdichada consorte con un perfecto y sugerente control de las dinámicas e intuición expresiva, arrancando un sonoro aplauso después de su conmovedora plegaria del Ave Maria. El Jago de Lado Ataneli aunque impecable en lo vocal estuvo algo faltado de un mayor trabajo escénico y expresivo, si bien su aportación estuvo siempre a muy buen nivel. Excelente el Cassio de Vittorio Grigolo, debutante también en este coliseo y dotado de una voz de bellas resonancias lírico-ligeras. Muy notables también Vicenç Esteve Madrid y Francisco Santiago como Roderigo y Montano, respectivamente, así como también la Emilia de Ketevan Kemoklidze y el resto de coprimarios.  

La puesta en escena tuvo su mejor resolución en la plasticidad de movimientos de los personajes y el coro, de gran efectividad dramática. La escenografía, minimalista por donde las haya, estuvo bien articulada en los tres primeros actos por elementos como el árbol o el espejo, aunque en el cuarto se evidenciara cierto vacío y frialdad escénica. El recurso de la cruz, pretendidamente simbólico, acabó resultando cansino por el abuso recurrente que se hizo de ella. La iluminación de David Finn fue eficaz y sugerente, así como también el vestuario, de gran efectividad cromática en un coro que logró un rendimiento vocal importante. La orquestra dirigida por Ros-Marbà sacó provecho de la riqueza tímbrica de la partitura, sin abusar en el volumen y con una atención especial en la ilustración de las dinámicas y matices. Sin lugar a dudas, un Otello más que recomendable.