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Buenas ideas y pobre realización Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
El matrimonio secreto. Una versión muy libre de Alfonso Zurro, Francisco José Segovia y Salvador Collado. Música: Domenico Cimarosa. Libreto original: Giovanni Bertati. Adaptación libre al castellano: Alfonso Zurro. Adapatación musical: Francisco José Segovia. Reparto: Aitor Gaviria (presentador); Rafael Coloma / Volodymyr Polishchuk (Jerónimo); Andoni Martínez / Luis Enrique Jimeno (paulino); Svetlana Bassova / Aranzazu Urruzola (Fidalma); Ana Martínez / Cristina Herreras (Elisetta); Elena Sancho / Susana Casas (Carolina); Pedro Llerena / Miguel Ángel Daza (McRobinson). Orquesta: Cuarteto de Cuerda Euroscena. Piano: Ignacio Pinote / David Barón. Dirección musical: David Barón. Dirección de escena: Jesús Castejón. Producción de Salvador Collado. Círculo de Bellas Artes de Madrid, del 2 al 12 de febrero de 2006. Cimarosa no goza hoy de la popularidad que gozó en su época pero, de vez en cuando, retorna a nuestros escenarios. El Círculo de Bellas Artes ha prestado la sala Fernando de Rojas para un montaje de El matrimonio secreto más divertido que profesional. Lo interpretaron jóvenes cantantes bien formados vocalmente y con cualidades muy distintas: algunos sobresalieron por su musicalidad y otros por su intuición escénica. El concepto escénico es muy pedagógico: probablemente está concebido para presentarse en escuelas. Todo se canta en español, conforme a una usanza olvidada que ayudaba y ayuda a acercar las obras al público en la lengua del público. La adaptación del texto está muy bien resuelta. Hay además un presentador gracioso y teatral que oficia como narrador sin romper el ritmo. La dirección de escena es sabia y eficaz, pero resulta perjudicada por una realización plástica y técnica impropia de una sala comercial con un decorado de saldo y un vestuario de trapero. El presentador contaba con una amplificación innecesaria y muy desafortunada, que hubiera sido mejor evitar. El acompañamiento está oportunamente arreglado para un quinteto con piano, que toca en escena con tal celo que en repetidas ocasiones eclipsa a las voces. La idea que inspira el espectáculo es interesante, pero su realización demasiado pobre para el escenario en que se presentó.
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