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MÚSICA PARA EL ENTENDIMIENTO
Por
Angel Riego
Cue. Lee su
Curriculum.
Es bien conocida la historia del la orquesta del "West-Eastern Divan", que
nadie cita por su nombre en castellano, Diván Oriente-Occidente (título de
una obra de Goethe). Fundada en 1998 por Daniel Barenboim junto al
intelectual palestino Edward Said, ya fallecido, buscaba demostrar al
mundo que judíos y árabes podían convivir en paz sin matarse entre ellos,
haciendo música juntos en una misma orquesta. La iniciativa ha obtenido en
estos años un enorme respaldo mediático, y apoyos políticos importantes, y
el pasado 2005 la orquesta pudo tocar por primera vez en tierras
palestinas; nada menos que en Ramala, en el corazón de la Cisjordania
ocupada; un concierto recogido en el presente disco.
La importancia de este gesto, y lo que pueda suponer en el futuro para que
árabes e israelíes dejen de verse como enemigos, es una cosa y los logros
estrictamente musicales de la orquesta es, naturalmente, otra muy
distinta. Por supuesto que no podemos comparar a una gran orquesta
profesional con un conjunto de jóvenes que han pasado juntos tres meses,
de ahí que los reparos que pongamos a sus interpretaciones hay que
entenderlos en su contexto.
La primera obra incluida, la Sinfonía Concertante para instrumentos de
viento K 297b de Mozart, la interpretaron Barenboim y el Divan en
numerosas ocasiones durante el año 2005, pues la incluyeron en el programa
de una gira por diversos países (entre ellos España, donde les pude
presenciar en Oviedo a finales de julio). Curiosamente, es una obra que
grabó Barenboim en su juventud (en 1967, antes de cumplir los 25) pero a
la que no había vuelto posteriormente, como apenas ha vuelto desde
entonces a grabar Mozart que no sea el pianístico o el operístico.
Ya en esta primera obra se puede apreciar la distancia que va de una gran
orquesta al conjunto de Barenboim: ¿quién decía que Mozart era "fácil" de
tocar? Y lo peor no es alguna desafinación o algún descontrol dinámico,
que por supuesto los hay, lo peor es que en conjunto se pierde el encanto,
la "gracia" mozartiana... Parece que con dar todas las notas en el sitio,
de la forma más expeditiva, ya tienen bastante. No encontraremos aquí (por
mencionar dos versiones de referencia) el "dulce abandono" vienés de la
grabación de Böhm o la serenidad conseguida por Giulini, que tanto
recuerda a la música con "sabor masónico" de Mozart; pero, claro, el
primero dirige a la Filarmónica de Viena y el segundo a la de Berlín. La
misma versión del joven Barenboim en 1967 (con la English Chamber) es,
obviamente, muy superior. De esta versión del Divan, con un discreto
cuarteto solista (en el que destaca el oboe de Mohamed Saleh) la
conclusión que sacamos es que un Mozart escuchado así, se hace "duro".
En la mencionada gira del 2005, la segunda parte del programa estaba
ocupada por la Sinfonía nº 1 "Titán" de Mahler. En esta ocasión
se la sustituyó por la Quinta de Beethoven, tal vez debido a no
querer "provocar" al público palestino haciéndoles escuchar música de un
compositor judío. Curioso esto último en Barenboim, que no duda en
manifestarse a favor de tocar a Wagner en Israel...
La Quinta Sinfonía de Beethoven era, por otra parte, una buena
elección, ya que es una de las grandes especialidades de Barenboim, quien
ha ofrecido en vivo excelentes versiones de la misma con sus orquestas
habituales (Chicago o Staatskapelle de Berlín, esta última en el
"Concierto por Galicia" del 2003). En cambio, su grabación en estudio para
Teldec es algo decepcionante, pues tras un comienzo lleno de energía, en
seguida decae hasta una correcta y cuadriculada rutina. Por tanto, tenía
de partida un indudable interés el poder contar con una toma "en vivo" de
esta obra por Barenboim.
El inconveniente, claro está, de nuevo es la orquesta. En vez de contar
con una Staatskapelle, tenemos aquí a los chicos del Divan, con un sonido
confuso, las inevitables pifias y algunos detalles de mal gusto realmente
increíbles (como el redoble que se marca el timbalero poco antes de
terminar el primer movimiento). Con todo, la obra queda más disfrutable
que la de Mozart, pues aquí aparece a ratos el Barenboim de las grandes
ocasiones, como en esa transición del tercer al cuarto movimiento (y los
primeros minutos de este último), llena de ese "arrebato" marca de la
casa, que consigue electrizar por más que la realización técnica de la
orquesta siga dejando que desear. Otro momento que solía ser memorable en
las Quintas de Barenboim era el propio comienzo de la Sinfonía,
aunque aquí curiosamente hay menos energía de lo habitual en él, y el
tempo es más ligero (el célebre tema de cuatro notas suena inusualmente
rápido).
La edición en CD hace (piadosamente) desaparecer los aplausos que ofreció
el público palestino tras todos y cada uno de los movimientos (excepto,
claro está, entre el 3º y el 4º de la Quinta de Beethoven, pues
no hay pausa entre ellos) y que se pudieron escuchar en la transmisión en
vivo que hizo el canal de TV "Arte". Se incluyen unas palabras en inglés de
Barenboim repitiendo lo que siempre dice sobre su iniciativa del Divan
(que no traerá la paz, pero sí el conocer al otro, y que no hay solución
militar al conflicto, que Israel y Palestina están condenados a
entenderse, etc.), y finalmente se incluye también la propina que dieron en
aquella ocasión ("Nimrod" de las Variaciones Enigma de Elgar). Es
de destacar, por lo infrecuente, que los textos del libreto vienen
traducidos al español.
Un disco, en suma, que si puede interesar será más por el acontecimiento
que recoge, que porque incluyera versiones de obras clásicas que pudieran
"competir" con lo que hay (que, obviamente, no las incluye). Seguramente,
nadie habrá pretendido otra cosa.
REFERENCIAS:
"LIVE IN RAMALLAH"
Orquesta del West-Eastern Divan
Director: Daniel Barenboim
Solistas: Mohamed Saleh (oboe), Kinan Azmeh (clarinete), Mor Biron
(fagot), Sharon Polyak (trompa)
Warner Classics 2564 62791 2
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