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KNAPPERTSBUSCH EN
BARCELONA Para Ángel Riego Cue por sus primeros cuarenta años.
Por Francisco Javier Gordillo. AGRADECIMIENTOS: a Jaume Tribó y Ricard Pérez, del Gran Teatre del Liceu. A Jordi Pradas, del Institut del Teatre. A Eulàlia Guasch.
Kna: unzeitgemäß im beste Sinne dieses Wortes: aristokratisch, idealistisch, selbstbewußt und demütig zugleich. (Wieland Wagner)
Kna: intempestivo en el mejor sentido de esta palabra: aristocrático, idealista, consciente de su propio valor y humilde al mismo tiempo.
En este trabajo vamos vamos a detallar, fundamentalmente mediante los programas de mano y las críticas de la época, las cuatro visitas que el gran director alemán Hans Knappertsbusch (1888-1965) realizó a Barcelona, concretamente al Gran Teatro del Liceo. EL EMPRESARIO Todas las funciones y conciertos de Kna en el Liceo fueron gestionadas por el empresario teatral y director artístico Juan Mestres Calvet (1871-1955). Formado en la Escuela Municiapal de Música de Barcelona, entre sus maestros tuvo a Rodoreda (solfeo), Lamote de Grignon (teoría) y Juan Bta. Pellicer (piano). Fue el empresario y director artístico del Liceo las temporadas: 1915-16, 1918-30, 1934-36 y 1939-47. A él se deben las primeras interpretaciones de las óperas de Wagner en alemán y la recuperación para el Liceo de las óperas de Mozart, estrenando cinco de sus títulos: Le nozze di Figaro (1916), Die Zauberflöte (1925), Die Entführung aus dem Serail (1928), Così fan tutte (1930) e Idomeneo (1943). Junto a Bernis y a Pamias es uno de los empresarios ineludibles de la historia del coliseo barcelonés.
LOS
CRÍTICOS Juan Borrás de Palau (1869-1953) Abogado, crítico musical y compositor. Estudios musicales con Pedro Tintorer (piano), Francisco Brunet y Domingo Mas y Serracant (composición). Su obra más famosa es La cançó de maig con letra de Apeles Mestres. Compuso canciones, música para banda, para coro y una zarzuela. Crítico de El Correo Catalán desde 1888. También colaboró con La Música Ilustrada Hispano Americana (1898-1902), Música (1915) y Revista Musical Hispano Americana. Comprometido con la causa de Pedrell y admirador de Weber y Wagner. Juan Llongueras Badía (1880-1953) Pedagogo y compositor. Estudios musicales con Enrique Granados (piano), Domingo Mas y Serracant, Enrique Morera y Luis Millet (armonía y composición). A partir de 1911 amplió estudios en Francia, Suiza y Alemania. Introdujo en Cataluña el método de <a href="http://www.dalcroze.ch/">Jacques-Dalcroze</a>. En Terrasa fundó la Escola Coral y fue director de la Escola Municipal de Música. Como compositor ha dejado una producción significativa para las representaciones de su Institut Català de Rítmica i Plàstica. También escribió poesía y fue crítico de La Veu de Catalunya y colaborador de la Revista Musical Catalana. Antonio Marqués Puig (1897-1944) Pianista, compsitor y crítico. Estudios musicales con Francisco González (piano), Felipe Pedrell (armonía) y José Barberá (composición). Debutó como pianista a los 17 años en Barcelona. Fue profesor de la Escuela Municipal de Música. Compuso obras para piano, para canto y piano, dos óperas y un Allegro sinfónico. Fue crítico musical del Diario de Barcelona desde 1923 hasta su fallecimiento. Alfredo Romea Catalina (1866-?) Guitarrista y crítico nacido en Madrid y trasladado de muy pequeño a Barcelona. Estudios musicales con Miguel Mas (guitarra), Lamote de Grignon y Felipe Pedrell (solfeo e ilustración superior). Crítico de El Noticiero Universal. U. F. Zanni Crítico de La Vanguardia. No hemos encontrado ninguna información biográfica.
PRIMERA VISITA: 1934 Bajo el patrocinio de la Generalidad de Cataluña y del Ayuntamiento de Barcelona, cerró la temporada de invierno 1933-34 del Gran Teatro del Liceo el director Hans Knappertsbusch y los cantantes Ella von Némethy (Interpretando a: Isolda, Venus y Kundry), Magda Stark (Brangania), Gotthelf Pistor (Tristán y Tannhäuser), Georg Hann (Kurwenal, Wolfram y Amfortas), Ludwig Weber (Rey Mark, Landgrave y Gurnemanz), Eduard Habich (Melot, Biterolf y Klingsor), Margarete Teschemacher (Elisabeth) y René Maison (Parsifal). De todos ellos sólo Pistor y Habich ya habían debutado entonces en el Festival de Bayreuth; Pistor, había interpretado a Tristán en la edición del Festival de Bayreuth de 1927 y 1928, y Habich había hecho lo mismo con el rol de Klingsor en 1912, 1925 y 1927. Weber y Knappertsbusch no debutaron en Bayreuth hasta 1951. Kna dirigió a la Orquesta del Liceo con Tristan und Isolde (3 representaciones), Tannhäuser (3), Parsifal (4) y un concierto sinfónico de homenaje a su persona, en el que pudo mostrar sus dotes para dirigir música sinfónica. Así recuerda el empresario la primera visita de Kna en sus memorias: "aquel año los alemanes, que cerraron la temporada, vinieron bajo la dirección de un elemento aún desconocido del público español: el maestro Hans Knappertsbusch, cuyas maneras de gentleman, aplomo y dominio, que brotaban de un conocimiento técnico absoluto, conquistaron en seguida al público. Hans Knappertsbusch estaba realizando una asombrosa carrera y se situaba entre los mejores directores del momento." La crítica, como veremos más abajo, fue unánime al destacar su fuerte temperamento musical, domino absoluto de las partituras y de la orquesta: compacta, segura, claridad en el dibujo melódico y diferenciación de planos sonoros.
FECHAS Y PROGRAMAS Las fechas aquí dadas no figuran en la undécima edición del listado del "Hans Knappertsbusch Institute", de Japón (véase bibliografía). Jueves 11 de enero: Tristan und Isolde, de Richard Wagner. Domingo 14 de enero: Tristan und Isolde. Sábado 20 de enero: Tristan und Isolde. Miércoles 24 de enero: Tannhäuser, de Richard Wagner. Sábado 27 de enero: Parsifal, de Richard Wagner Domingo 28 de enero: Tannhäuser. Martes 30 de enero: Tannhäuser. Despedida de Teschemacher y Pistor. Con la asistencia del presidente de la Generalidad de Cataluña. Jueves 1 de febrero: Parsifal. Sábado 3 de febrero: Parsifal. Función en honor de Nemethy, Maison, Hann, Weber y Habich. Domingo 4 de febrero: Parsifal. Despedida de los artistas Nemethy, Maison, Hann, Weber y Habich. Lunes 5 de febrero, Festival Sinfónico, homenaje al insigne maestro Hans Knappertsbusch: I.: Sinfonía n.º 3, de Beethoven. II.: Pequeña serenata nocturna, KV 525, de Mozart (bis del Rondó). III.: De Wagner: Obertura de Tannhäuser, Obertura de Der fliegende Holländer, Viaje del Rhin de Siegfried, de Götterdämmerung y Preludio de Meistersinger.
RESUMEN DE PRENSA Medios cosultados: Revista Musical Catalana (RMC) n.º 361, enero de 1934, p. 22 y n.º 362, febrero de 1934, p. 64-66. La Veu de Catalunya (LVdC): 13 de enero, p. 21; 27 de enero, p. 8; 31 de enero, p. 22; 4 de febrero, p. 8 y 7 de febrero, p. 10. Diario de Barcelona (DdB): 12 de enero, p. 40; 25 de enero, p. 40; 28 de enero, p. 40 y 7 de febrero, p. 18. La Vanguardia (LV): 12 de enero, p. 9; 25 de enero, p. 8; 28 de enero p. 13 y 6 de febrero, p. 32. Tristan und Isolde Reparto: Tristán: Gotthelf Pistor; Rey Mark: Ludwig Weber; Isolda: Ella von Némethy; Kurwenal: Georg Hann; Melot: Eduard Habich; Brangania: Magda Strack; Piloto: Giralt; Un pastor y Marinero: Gallofré. Orquesta y Coro del Gran Teatro del Liceo. RMC: (...) Espléndida manifestación de arte (...) dirigida por un músico de gran temperamento que posee el más cabal dominio de la orquestra. (...) Fascinadora plasmación de Nemethy y Pistor, encarnando a los protagonistas de la obra. Se les festejó con ovaciones ruidosas que el entusiasmo hacía alargar un buen rato el final de los actos. Strack se distinguió mucho en el papel de Brangania y el bajo Weber lució su voz potente y un estilo lleno de autoridad en el papel del Rey Mark. Con algo menos de relieve que otras veces vimos interpretada la parte de Kurwenal por Hann. -S. LVdC: (...) Interpretación muy digna y muy seria. (...) Pudimos darnos cuenta enseguida que este maestro conocía bien la obra y la interpretaba sin dejar perder matiz ni detalle. Quizás faltaba vida e intensidad, (...) pero a medida que la obra avanzaba aumentó también la intensidad expresiva de la orquesta. (...) Nemethy (...) admirable (...) cantó con voz potente y timbrada dentro del más puro estilo wagneriano. (...) Pistor (...) digno y aceptable. Tal vez un poco frío y pasivo. DdB: (...) De este conjunto debemos hacer especial mención del director maestro Knappertsbusch, que llevó la obra con mucho nervio y con un dominio completo de la obra y de la orquesta. Matizó especialmente bien el segundo acto. (..) De ellos [Nemethy y Pistor] se guardaba muy buen recuerdo que renovaron anoche con la interpretación emotiva que dieron a los respectivos personajes. (...) Todos coadyudaron al buen conjunto, siendo de señalar la timbrada voz del bajo señor Weber quien además canta con expresivo acento. LV: Tristan apareció ayer en el Liceo con toda su soberana grandeza. Vaya por delante un efusivo elogio al maestro Knappertsbusch, que logró imprimir al conjunto equilibrio y cohesión. Bajo su batuta clara y sobria, la orquesta tuvo encantadores matices, surgiendo de ella espléndidamente expresados, sentimientos, inquietudes, anhelos y desesperaciones. (...) Nemethy hizo una Isolda apasionada, llena de embriagadora ternura, y con desgarradores acentos en la sublime página de la muerte. [Pistor] (...) Acaso a su voz le faltara vibración en la gran escena de amor del acto segundo, pero no por ello el heroe dejó de aparecer, según los casos, tierno, apasionado, exaltado. [Strack] (...) Mediosoprano de voz potente y expresiva y de evidente dominio escénico. [Hann] (...) Atento y capacitado, y el bajo Weber prestó al papel de rey Mark sobriedad y nobleza, aunque su voz no siempre sonara gratamente a nuestros oídos, poco acostumbrados a las inflexiones del canto alemán. (...) Maestro y artistas fueron ovacionados al final de todos los actos. Tannhäuser Reparto: Landgrave: Ludwig Weber; Tannhäuser: Gotthelf Pistor; Wolfram: Georg Hann; Walther: Petera; Biterolf: Eduard Habich; Heinrich: Gallofré; Reinmar: Giralt; Elisabeth: Margarete Teschemacher; Venus: Ella von Némethy; Un pastor: Roca. Orquesta y Coro del Gran Teatro del Liceo. RMC: Un conjunto más redondo todavía que el de Tristan se consiguió con Tannhäuser. (...) Teschemcher causó muy buena impresión. (...) Los artistas lucieron sus facultades dentro de las condicones más favorables y se les festejó al final de cada acto. LVdC: (...) Conjunto muy aceptabe y digno de ser elogiado. (...) La figura sobresaliente fue Teschemacher, sencillamente admirable. Voz extraordinariamente agradable, dicción clara y muy pura, estilo perfecto, musicalidad exquisita y su plástica siempre justa y bien expresiva se impuso y cautivó a todo el mundo. En la escena final del segundo acto y en la plegaria del tercero, estuvo, sencillamente, insuperable. (...) Pistor, excelente artista, un poco desigual. Su voz es a menudo muy forzada. (...) En el último acto nos pareció más justo y bien encajado. (...) Nemethy muy bien y correcta. (...) Hann, de voz poco potente, interpretó su papel sobria y dignamente. (...) Los coros pusieron su mejor voluntad para salir airosos y esta ha sido una de las veces que nos han parecido mejor preparados. (...) Knappertsbusch dirigió la obra brillantemente y con un completo conocimiento. Es un buen director, este maestro, pera a menudo nos gustaría más sobrio y más serio; más fiel y respetuoso al estilo y los cánones wagnerianos. (...) Todos los artistas y el maestro Knappertsbusch, fueron extraordinariamente aplaudidos y largamente ovacionados al final de la representación. DdB: (...) Destacaron del buen conjunto, el tenor señor Pistor -que no solamente es un gran cantante wagneriano sino que un actor emotivo- y el director (...) que dirigió con gran sentido musical. Su gesto convincente y seguro presta a la sonoridad orquestal una pastosidad especial incluso en los fragmentos de gran sonoridad. (...) Los aplausos tributados a todos los intérpretes fueron muy cálidos. LV: (...) [Knappertsbusch,] ya ovacionado después de la obertura, condujo ajustándose al más puro espíritu wagneriano, dirigió la obra entera manteniendo los movimientos en la justa medida y dando a todas las páginas musicales la debida claridad y los requeridos efectos. (...) Teschemacher fue quien más se ajustó al estilo de la partitura, más cerca del lirismo tradicional que de la amplia declamación. No puede decirse lo mismo del tenor Pistor, que tiene fuerza y timbre de voz, pero que no idealizó por completo un personaje como Tannhäuser, essencialmente poético. Nemethy prestó [a su papel] todas las seducciones de su voz cálida y extensa. (...) Hann atinado y Weber sobrio. (...) Correctos los coros. (...) A Wagner no le abandonan sus muchos devotos. Parsifal Reparto: Amfortas: Georg Hann; Titurel: Giralt; Gurnemanz: Ludwig Weber; Parsifal: René Maison; Klingsor: Eduard Habich; Kundry: Ella von Némethy; Caballeros del Grial: Bastons y Bastons; Mujeres flor: I.: Moré. II.: Roca. III.: Viladons. IV.: Boldú. V.: Lucci VI.: Gumá; Escuderos: I.: Roca. II.: Viladons. III.: Gallofré. IV.: Torres. Coro y Orquesta del Gran Teatro del Liceo y Orfeó Gracienc (dir.: Joan Balcells). RMC: Bajo la batuta del inteligente maestro, se desarrolló el drama sagrado de Wagner sin el más pequeño contratiempo. Ciertamente que la interpretación de esta obra, de un carácter tan especial, es muy difícil y por eso raramente se ha llegado aquí a la perfección total (...) con la premura con la que han de ponerse las obras en el Liceo no se puede ser muy exigente. (...) Maison posee una voz pastosa, de bonito timbre y estilo depurado todo el mundo elogió sin restricciones. Muy bien Nemethy y Weber. (...) Efecto muy bello de los coros interiores ejecutados por el Orfeó Gracienc. LVdC: Interpretación seria y notable. (...) Maison nos satisfizo plenamente. Nemethy, excelente artista, interpretación muy notable. (...) Muy dignos Weber y Hann. (...) Habich, aceptable. Las chicas flor, ajustadas y afinadas, en algún momento demasiado estridentes. (...) Los hombres del coro interior no se escuchaban mucho. (...) El coro de hombre en escena, inseguro y poco ajustado de afinación, desentonó en este bello conjunto. El maestro Knappertsbusch condujo magníficamente la orquestra, que sonó en todo momento bien compacta y bien segura, (...) respetando fielmente todo el fervor, toda la unción, tota la elevación espiritual de la grandiosa concepción wagneriana. (...) Todos los artistas y el maestro Knappertsbusch al frente de ellos, fueron extraordinariamente aplaudidos. DdB: (...) No hay que hacer constar las grandes dificultades de interpretación que trae este sublime drama poético-musical. En cuanto a éstas el maestro Knappertsbusch las venció con su admirable batuta. En Parsifal debutó el tenor señor Maison, quien cantó e interpretó el personaje muy compenetrado con sus características líricas y escénicas. LV: El maestro Knappertsbusch nos ofreció (...) una versión noble, equilibrada, rica en claridades temáticas y de gran exactitud musical. (...) Maison fue un Parsifal de justos acentos wagnerianos y de convincente expresión. (...) Nemethy compuso con rara inteligencia la parte de Kundry, mostrando una íntima comprensión, tanto del poema como de la música, de la que subrayó con delicados matices los más comprometidos pasajes. Weber hizo un Gurnemanz austero y lleno de autoridad. (...) La escena, inteligentemente movida por el director, Charles Moor, quien demostró conocer a fondo los principios wagnerianos. (...) Largas ovaciones al maestro Knappertsbusch y a los principales artistas por el alto agrado de la representación.
Festival Sinfónico RMC: se notó en seguida el dominio cabal que posee este maestro y también el conocimiento perfecto de las obras que dirige. La sinfonía beethoveniana apareció con un relieve extraordinaroi, destacándose cada tema y hasta cada inciso, con una claridad sorprendente. Los instrumentos nunca se molestaban, puesto que sabían guardar siempre el lugar que les pertocaba en la gradación sonora del conjunto. Esta fusión admirable y el relieve conseguido en cada dibujo melódico se manifestó de manera más perfecta todavía, y ajustado completamente al estilo de la obra, en la Serenata de Mozart. El maestro Knappertsbusch redujo aquí el conjunto de cuerda, y quedamos sorprendidos y admirados de las finuras que oíamos y del hechizador efecto producido por aquel tan equilibrado conjunto. -S. LVdC: La actuación del maestro Knappertsbusch (...) ha sido elogiada por todo el mundo y se nos ha revelado como un maestro muy serio y notabilísmo director. Creemos un acierto de la dirección artística del Liceo la organitzación de este concierto sifónico, en el qual las condiciones del maestro podrán plenamente manifestarse. (...) En este concierto sinfónico, pudimos apreciar, quizás todavía más que en las óperas, los méritos y las características de este maestro realmente diestro y bien preparado en difícil arte de dirigir la orquesta. [La 3.ª de Beethoven] sorprendió a todo el mundo por la manera extraordinaria, clara y diáfana de ser interpretada. Ni un detalle descuidado, todo trabajado y estudiado minuciosamente y ejecutado de una manera perfecta como matiz y como unidad. Tal vez, esta preocupación excesiva por el detalle perjudica en ciertos momentos la grandiosidad del conjunto, pero ella acredita al maestro Knappertsbusch como auténtico virtuoso de la orquesta. En la obra de Mozart, ejecutada con una orquesta de cuerda reducida, cosa que nos pareció del todo lógica y acertada, fue allí donde el maestro más nos gustó y entusiasmó. Esta obra delicada y bellísima fue interpretada con una rara perfección y pocas veces habíamos escuchado a una orquesta sonar con tanta suavidad y con una tan bella fusión. Las obras de Wagner fueron también todas excelentemente interpretadas. (...) El maestro Knappertsbusch fue obsequiado por el Comité Pro Liceo y por la Orquesta por su magnífica y triunfal actuación. DdB: (...) Músico de valía y perfecto conocedor de las obras wagnerianas. (...) resultó interesantísimo por la dirección notabilísima, precisa y de sana musicalidad que éste maestro dio a la Tercera Sinfonía de Beethoven. (...) Por la orquesta y el Comité Pro-Liceo fueron ofrecidas al eminente maestro dos palmas con lazos de la bandera catalana; don Juan Mestres le hizo entrega de un pergamino en el que figuraba una expresiva dedicatoria. El maestro Knappertsbusch agradeció el homenaje con unas palabras que pronunció en alemán. El auditorio, que fue muy numeroso y que en el transcurso del concierto no dejó de aplaudir con entusiasmo la labor del referido maestro, ovacionó a éste en el momento que se le tributó el homenaje consignado. La orquesta del Liceo contribuyó eficazmente a la magnífica labor realizada en todas las obras y especialmente en la Serenata de Mozart, que resultó deliciosamente matizada. Terminó, pues, la temporada, brillantemente. LV: (...) En las últimas semanas, Wagner se ha adueñado del Liceo, haciendo vibrar en la sala legítimos entusiasmos. Animador magnífico de los espectáculos wagnerianos ha sido el maestro alemán Hans Knappertsbusch, director serio, concienzudo, documentado y de comunicativos entusiasmos. Para que sus altas cualidades directoriales pudieran apreciarse en el aspecto sinfónico, se organizó, cerrando con él anoche brillantemente la temporada, un concierto, sujeto a interesantísimo programa. (...) De la Heroica, ofreció una versión clara, justa, matizada. A la Serenata, le prestó todo su inefable encanto, y de Wagner respetó el espíritu, aunque quizá en Los maestros cantores hubiera cierta tendencia a precipitar los movimientos. La jornada fue triunfal para el maestro Knappertsbusch, quien oyó constantes y ruidosas ovaciones, extensivas a los profesores de la orquesta del Liceo, en los que encontró unos vailosísimos colaboradores.
SEGUNDA VISITA: 1936 La segunda visita se produjo, en marzo de 1936, en solitario para dirigir el último concierto sinfónico del ciclo que cada año se celebraba durante la cuaresma. Según el crítico Zanni, la visita de éste director se retrasó "por razones totalmente ajenas al arte" (referencia en el resumen de prensa). Ignoramos si se refería a su actuación durante la temporada de cuaresma o a la de invierno. Nada comenta el empresario en sus memorias de esta actucación. FECHA Y OBRAS La fecha aquí dada no figura en la undécima edición del listado del "Hans Knappertsbusch Institute", de Japón (véase bibliografía). Miércoles 25 de marzo, último concierto de la temporada de cuaresma: I.: Obertura de Oberon, de Weber; Don Juan, de Strauss. II.: Pequeña serenata nocturna, KV 525, de Mozart (bis del Rondó). III.: De Wagner: Obertura de Tannhäuser; Preludio y muerte de Isolda, de Tristan und Isolde; Preludio de Parsifal; Preludio de Meistersinger. RESUMEN DE PRENSA Medios cosultados: Revista Musical Catalana (RMC) n.º 388, abril de 1936, p. 175. La Veu de Catalunya (LVdC): 27 de marzo, p. 8. Diario de Barcelona (DdB): 27 de marzo, p. 6. La Vanguardia (LV): 26 de marzo, p. 32. RMC: El maestro consiguió un éxito claro. Y no olvidaremos nunca su interpretación de la Serenata nocturna de Mozart. (...) Es un artista que sugestiona, que se impone a sus músicos sin excesivos gestos. Casi ni marca el compás (...) No, Knappertsbusch anima, dirige a sus músicos, y da vida a la obra ejecutada, con pocos gestos. Sus gestos, sus movimientos, son justos, precisos, imperiosos. Y, bajo su dirección, las obras surgen, en verdad, llenas de vida. Y puede decirse, que las obras que dirige el maestro del cual hablamos, viven, realmente, su vida propia. (...) Knappertsbusch nos recordó los buenos tiempos de Richter y Mottl. -X. [¿Joaquín Pena?] LVdC: (...) Puede considerarse uno de los grandes directores de hoy. Las características de su estilo son: la precisión y la sobriedad; una precisión y una sobriedad expresivas y, también, llenas de elegancia. Su intervención delante de la orquesta no es nunca excesiva. Diríamos que él interviene, ahora aquí, ahora allá, siempre atento a lo que la obra pide, sólo en el momento justo, y lo hace con un gesto especial, con una sóla actitud, a veces, fuertementente sugestionadora y significativa, que indica y dice toda la intención de la frase y da la justa gradación de su calor o de su dinamismo. Lo encontramos muy justo en la bellísima obertura de Oberon, subrayando toda la estructura del tejido orquestal. El poema sinfónico Don Juan, lo llevó también muy bien: acusó toda la pasión que se agita en estas páginas y dibujó admirablemente el complejo trabajo de la orquesta; pero no fue esta la obra más exitosa de la noche. La mejor y más perfecta interpretación de este concierto fue la delicada y sublime Serenata nocturna, con la cual el maestro Knappertsbusch ya nos había impresionado profundamente la primera vez que vino a Barcelona; (...) suavidad exquisita (...) unas pequeñas y justas indicaciones sutilmente hechas en el momento oportuno son suficiente. (...) Sin duda, enamorado de esta obra, lo hizo así y nos cautivó nuevamente con una interpretación admirable de sonoridad y movimiento, modélica. (...) El maestro, para corresponder al entusiasmo del público, repitió el último movimiento. (...) Cada una de las páginas wagnerianas tomó un relieve extraordinario (...) todo en ellas está bien dibujado, bien dicho, matizado y profundamente comprendido. Quizás en algunos momentos exagera un poco la lentitud del movimiento, pero todo fue expresado con una gran intensidad y con una musicalidad de primer orden. DdB: (...) Es un director de gran de dominio y muy personal en la apreciación de los tiempos, apreciación que responde a una idea interpretativa de evidente musicalidad, por esto aunque en el Rondó de Mozart el tiempo llevado fuera mucho más lento que el marcado, la expresión de suma gracia que de este Rondó se desprende quedó manifestada esplendidamente gracias a la "idea" interpretativa de Knappertsbusch, a los matices y a la gran riqueza de detalles. Asímismo, en algunas otras obras del programa esta apreciación de los tiempos se hizo también ostensible pero también esta lentitud respondía a una idea de honda musicalidad y muy personal. (...) Si el maestro fue de continuo ovacionado, no menos apreciada y aplaudida fue la actuación de la orquesta, que en todo momento demostró sus grandes méritos. LV: (...) Ha demostrado ser un director de profundo espíritu analítico, a la par que de batuta clara, equilibrada y fuertemente expresiva. (...) Su autoridad, su talento, su imperiosa atracción sobre los profesores de la orquesta, resaltaron durante la ejecución de todo el programa. TERCERA VISITA: 1943 Acompañado por la Orquesta Filarmónica de Berlín (en una gira que pasaba por Francia, España y Portugal) llegó desde Marsella, en mayo de 1943, la tercera visita de Kna "cuyo recuerdo perduraba bien vivo entre nosotros. Los años transcurridos desde su primera actuación en el Liceo habían modificado algo sus maneras, pero el resultado no podía ser más satisfactorio" (Mestres Calvet, p. 240). Éxito rotundo e incontestable, como veremos a continuación, en los cuatro conciertos que dirigió antes de partir a San Sebastián. FECHAS Y OBRAS La fecha del tercer festival no figura en la undécima edición del listado del "Hans Knappertsbusch Institute", de Japón (véase bibliografía). Primer festival, viernes 14 de mayo: I.: Obertura Egmont, de Beethoven; Concierto de Brandenburgo n.º 3, de Bach. II.: Sinfonía n.º 4, de Brahms. III.: Preludio de Meistersinger, de Wagner; Serenata italiana, de Wolf; Los Preludios, de Liszt. Segundo festival, domingo 16 de mayo: I.: Obertura de Euryanthe, de Weber; La Moldava, poema sinfónico, de Smetana. II.: Sinfonía n.º 2, de Beethoven. III.: Scherzo de la Sinfonía n.º 3, de Bruckner; Preludio y muerte de Isolda, de Wagner. Tercer festival, lunes 17 de mayo: I.: Sinfonía n.º 3, de Brahms. II.: Concierto para clarinete y orquesta, KV 622, de Mozart. III.: Obertura de Rienzi, de Wagner; Invitación a la danza, de Weber; Preludio de El Murciélago, de Strauss. Cuarto festival, martes 18 de mayo ("Música vienesa"): I.: Sinfonía n.º 6 [= Hob. I:94], de Haydn. II.: Sinfonía n.º 7, de Schubert. III.: Czardas y Polca Pizzicato, de J. Strauss; Las muchachas de Baden, de Komzak; Obertura de Tannhäuser, de Wagner (propina). RESUMEN DE PRENSA Medios cosultados: Diario de Barcelona (DdB): 15 de mayo, p. 17; 18 de mayo, p. 19; 20 de mayo, p. 15. La Vanguardia Española (LVE): 15 de mayo, p. 6; 18 de mayo, p. 10 y 19 de mayo, p. 8. El Noticiero Universal (ENU): 15 de mayo, p. 7; 17 de mayo, p. 9 y 19 de mayo, p. 7. El Correo Catalán (ECC): 15 de mayo, p. 3; 18 de mayo, p. 5 y 19 de mayo, p. 3. Primer festival DdB: Uno de los mejores atributos de la interpretación es la claridad. No nos referimos a la claridad macánica. Nos referimos al hecho de exponer el pensamiento del autor con la necesaria diafanidad para que la penetración del espídritu de la obra en el oyente no pierda intensidad. De maravillosa debe calificarse la claridad que consigue la Orquesta Filarmónica de Berlín. Viene a dar fuerza a nuestro aserto el que una sinfonía como la cuarta de Brahms provocara una de las ovaciones más unánimes y entusiastas de anoche. (...) Todo [el programa] surgió con la claridad a la que nos referíamos. Esta claridad significa una matización justísima de la melodída; el que palpite en ella su verdadera expresión; la justeza de su puntuación; la exacta sonoridad de los segundos planos marcando todos los detalles que llevan un interés en las líneas de acompañamiento; la justeza en los tiempos, etc., etc. Es decir, claridad es dar verdadera vida a la obra interpretada. (...) El maestro, con su dirección reposada unas veces o llena de vigor y agitación en otras, consigue hacer vibrar extraordinariamente a estos admirables músicos. LVE: La Filarmónica interpretó con hondo dramatismo e inteligente subrayado de los contrastes la obertura Egmont con arrobadora pureza de líneas el luminoso Concierto de Brandenburgo n.º 3; con insuperable cuidado de los detalles y clarificando el imponente macizo musical, Cuarta Sinfonía de Brahms; con una opulencia sonora y unos alardes técnicos realmente asombrosos, el preludio de Los maestros cantores; con clara y serena intuición, la Serenata italiana y con certera penetración en las solemnes intenciones musicales de Liszt, el poema sinfónico Los preludios. (...) La sala, unánime, tributó al maestro y a los profesores de la orquesta ovaciones tan clamorosas como prolongadas. ENU: Sublime manifestación musical por la calidad del programa y por la ejecución que a él le cupo (...) bajo la dirección sobria, precisa, magistral, del eminente maestro Hans Knappertsbusch, ya aplaudido en el Liceo. No es posible mayor perfección, en sonoridad, en riqueza de matices, en ajuste, en pureza de estilo. En cuanto pueda lograrse en obra humana, la perfección, la consiguió anoche la admirable Orquesta Sinfónica de Berlín al interpretar [el programa], con dominio absoluto. (...) Aplaudieron con entusiasmo a los profesores de la Orquesta y a su director, que es uno de los mejores directores alemanes contemporáneos. De entre las incontrables cualidades que se advirtieron en la labor de la masa orquestal de Berlín, que tanto realce ha venido a proporcionar a la temporada de primavera del Gran Teatro, merecen especial atención la justeza en la medición de los valores métricos, el equilibrio sonoro, lo mismo en los fuertes que en los pianísimos, y el brío, la expresividad, el alma, en una palabra que todos los instrumentistas ponen en la parte que les corresponde. ECC: Knappertsbusch dirige con trazo vigoroso y flexible infundiendo a la masa de sus tan idóneos profesores el sentido íntimo de su personal visión para obtener un conjunto perfecto en la gradación de todas las sonoridades. (...) [La Sinfonía n.º 4 ] constituyó para la orquesta tal vez su mayor triunfo de la noche. (...) ¿Puede omitirse, aunque nos falta espacio, que la Serenata italiana y Los preludios fueron objeto de otra ovación delirante allí donde se aprecia el tránsito del gran autor pianista a los externos dominios de la orquesta?. Segundo festival DdB: El maestro casi no intervenía y sólo iba señalando este o aquel otro acento, o crescendo , etc., mientras que los músicos iban cantando la canción sinfónica, pues si se sigue atentamente cualquier sinfonía se constataría que las ideas tienen la sencllez de la canción, pero una canción en la que palpita por dentro la grandeza expresiva de la Sinfonía. (...) El Scherzo de Bruckner, resultó desplazado tocado solo y luego el Preludio y muerte de Isolda. Aquí sí que el maestro dibujó con la batuta toda la maravillosa tensión de esta música excitante. El Preludio es la vez que lo hemos oído con más intenso dramatismo. Fueron momentos de honda emotividad. LVE: El programa no ofrecía ninguna rareza. Todas las obras que citaba son familiares a los amantes de la música sinfónica. (...) Sencillamente maravillosas fueron las interpretaciones de la obertura de Euryanthe y La moldava. (...) La Segunda Sinfonía se cantó de modo inefable. Preludio y muerte de Isolda, págnias que tal vez jamás habían producido en el auditorio una emoción tan intensa. Ni nunca tampoco habían sonado en el Liceo unas ovaciones tan largas y clamorosas como las que el público, puesto en pie, tributó a los profesores de la Filarmónica y a su director, quien con gesto sobrio, mímica reducida a lo indispensable y precisas indicaciones, fue el verdadero artífice de las soberbias interpretaciones de la orquesta. ENU: Lleno hasta donde es posible llenarse. (...) Dirigió magistralmente, sin apenas mover los brazos y casi sin llevar el compás, con ligeras indicaciones de las manos, pero sin olvidar detalle alguno, el maestro Hans Knappertsbusch, músico eminente y de gran alma de artista de superior calidad. (...) Aplausos entusiastas. ECC: (...) ¿Qué hubiera dicho el mismo Beethoven si en su tiempo hubiese oído una versión de su Segunda sinfonía como la que dio la Filarmónica berlinesa en nuestro Liceo? A buen seguro que en lo humanamente posible no puede conseguirse nada más perfecto. En Tristán e Isolda (los fragmentos siempre celebrados en las audiciones sinfónicas) hubo de estallar en las proporciones de lo formidable el unánime entusiasmo del público. Tercer festival DdB: (...) Finalizó con el preludio de El murciélago pero consideramos acabado el concierto, por motivos de calidad musical, con la Invitación al vals, de Weber. Mas una vez hecha esta necesaria distinción citemos la gracia, ironía y humor con que fue expresado este preludio, que hace asomar la sonrisa a los labios y huele a perfume rancio de cómoda antigua y que dentro de su rango tiene su personalidad. LVE: (...) Pero el entusiasmo, aun en la última parte del concierto, evidentemente inferior en valores, a las otras dos, se mantuvo al rojo vivo, y los aplausos al maestro y a los instrumentistas puestos a sus órdenes, estallaron, atronadores, después de cada obra. ENU: Los mismos magníficos resultados artísticos de los días anteriores se observaron (...) anoche. (...) No es posible más nitidez de ejecución, ni mayor expresividad, ni más pureza de sonido y estilo. (...) [la III parte] fue la más endeble en calidad musical. (...) La orquesta interpretó maravillosamente, tan magníficamente como las demás composiciones que se dieron en el festival. El eminente maestro (...) dirigió soberbiamente, con profunda musicalidad y completo dominio de todas las partituras. Fue ovacionadísimo, y merecidamente, lo mismo que la orquesta. Como en los festivales anteriores, no quedó en el Liceo localidad alguna vacía. ECC: (...) Habría bastado la reproducción sorprendente de la Sinfonía n.º 3 de Brahms para subyugar al auditorio. Aquella partitura vivió anoche en toda la vitalidad que quiso darle el músico hamburgués. Pero los toques crudos a que propendía el autor no dejaban en la ejecución de ayer angulosidades en el efecto sonoro. La batuta del maestro Knappertsbusch mantenía la fuerza constante de la obra, pero dulcificaba los acentos en bellos contrastes siempre bien hallados; y los arcos bellamente expresivos gemían y suplicaban en las tiernas frases que el compositor diseñó en la obra. La ovación fue estruendosa y se repetió cuando el clarinete solista Alfred Bürkner ejecutó el concierto de Mozart. La perfección del instrumentista sobrecogió de tal modo al auditorio que a la terminación de la obra le dedicó fervientes aplausos. Cuarto festival DdB: (...) Las dos obras [de Haydn y Schubert] alcanzaron la interpretación soberbia a que nos tiene acostumbrados esta admirable agrupación musical. La tercera parte puede considerarse como una demostración de las posibilidades de virtuosismo orquestal a que puede llegar la Orquesta berlinesa (...) Al terminar, el auditorio prorrumpió en ovaciones de gran entusiasmo. El maestro y sus músicos recibían, emocionados, las inacabables pruebas de fervorosa admiración hasta que el maestro Knapertsbusch empuñó nuevamente la batuta para dirigir la obertura de Tannhäuser. El entusiasmo se redobló aun después de esta obra. LVE: (...) Tradujo [la Sinfonía de Schubert] con intensa verdad el espíritu de una obra modelo de transparencia y de inspiración. Maravillosa fue igualmente la interpretación de la jugosa y lozana Sinfonía de Haydn, de admirable pureza de líneas. (...) Como última parte del concierto, la Filarmónica, para su propio recreo y para el mejor subrayado de su sin igual virtuosismo, tocó unas piezas de la vieja cepa vienesa. (...) Los ¡bravos! y las aclamaciones al maestro Knappertsbusch y a los profesores de la orquesta resonaron atronadores. ENU: (...) Inmejorable impresión produjo, también, la Sinfonía de Schubert, tan llena de bellezas y en la cual el genio melódico del inmortal compositor hizo un verdadero alarde de su potencia creadora. La obra, a pesar de sus enormes proporciones, no causó la menor fatiga. (...) La Filarmónica de Berlín, bajo la dirección insuperable del maestro Hans Knappertsbusch, el eminente músico, interpretó todo el programa maravillosamente, con una expresividad y una pulcritud de ejecución magníficas. ECC: (...) Apoteósica ha sido la velada en que la Orquesta Filarmónica de Berlín se ha despedido del público de Barcelona (...) cuyo recuerdo perdurará en los anales del Gran Teatro y honra a su dirección artística. (...) Interpretó la Sinfonía n.º 6 de Haydn, de un modo encantador en la graduación de sonoridad y en el fraseo. (...) La Sinfonía de Schubert, produjo intensa impresión en el auditorio, admirador por momentos de la ejecución franca, esponjosa y límpida que ofrece siempre la Filarmónica. (...) En el fragor de una delirante ovación que no cesaba, el maestro Knappertsbusch empuñó otra vez la batuta para dirigir la obertura de Tannhäuser. La ejecución de esta gran página wagneriana fue imponente y su final revistió una solemnidad y grandeza imponderables, como lo son, también, los aplausos ensordecedores y las aclamaciones con que el público despidió al eminente maestro y a los profesores de la orquesta. CUARTA Y ÚLTIMA VISITA: 1944 En esta ocasión el director contratado para dirigir la Orquesta Filarmónica de Berlín era nada más y nada menos que Wilhelm Furtwängler, director titular de la misma y primera figura de la dirección de orquesta de su época junto a Arturo Toscanini. Pero la mala salud del director alemán le impidió iniciar el viaje ("El viaje de los músicos alemanes a través de rutas erizadas de peligros para venir a dar tres conciertos en Barcelona, tenía su emoción. El arte, con sus derechos perdurables, trataba de defenderse en medio de la locura general que se había adueñado de todos los hombres". Mestres Calvet, p. 244). Veamos, a través de La mirada del conserge (p. 255) la sucesión de los hechos: "4-4-1944: El empresario Sr. Mestres participa que desde Madrid le han comunicado que el maestro Wilhelm Furtwängler, director de la orquesta Filarmónica de Berlín, se encuentra enfermo y que durante dos o tres meses no podrá actuar en Alemania ni en el extranjero proponiendo para substituirle al maestro Karajan. 12-4-1944: La empresa entrega una comunicación participando haber sido designado el maestro Knappertsbusch para substituir al maestro Furtwängler en la dirección de los conciertos de la Orquesta Filarmónica de Berlín." Como acabamos de ver, frente a un impredecible y desconocido Karajan, el empresario optó por lo más seguro, en todos los aspectos, confiando de nuevo en el veterano maestro de Elberfeld. ¿Resultado? "El arte, con sus derechos perdurables" triunfó una vez más a las contiendas temporales: "Las ovaciones a la Orquesta berlinesa eran siempre enormes. Pues bien, no eran de los menos entusiastas los de gran parte de la colonia inglesa, que dedicaban grandes ovaciones a los magníficos ejecutantes. Me viene la tentación de dar aquí los nombres de varias personalidades que acudían al Liceo para rendir homenaje a los músicos berlineses, a aquellos músicos de una nación con la que estaban luchando a muerte en los campos de batalla. (...) El Liceo ha sido un punto de convivencia, un lugar en el que se han mantenido todas las virtudes de la raza humana. Y esto sí que debe enorgullecernos." (Mestres Calvet, p. 244). FECHAS Y OBRAS Primer festival, domingo 23 de abril: I.: Preludio de Meistersinger y Lohengrin, de Wagner. II.: Pequeña serenata nocturna, KV 525, de Mozart. III.: Sinfonía n.º 3, de Beethoven. Segundo festival, lunes 24 de abril: I.: Sinfonía inacabada, de Schubert. II.: Sinfonía n.º 4, de Schumann. III.: Don Juan, de Strauss; Obertura de Der Freischütz, de Weber. Tercer festival, martes 25 de abril: I.: Sinfonía n.º 13 [= Hob. I:88], de Haydn. II.: Sinfonía n.º 2, de Brahms. III.: Obertura Coriolano, de Beethoven; Preludio y Muerte de Isolda, de Tristan und Isolde, de Wagner; Obertura de Tannhäuser, de Wagner [propina] RESUMEN DE PRENSA Medios cosultados: Diario de Barcelona (DdB): 25 de abril, p. 23 y 27 de abril, p. 20. La Vanguardia Española (LVE): 25 de abril, p. 2 y 26 de abril, p. 2. El Noticiero Universal (ENU): 24 de abril, p. 9; 25 de abril, p. 9 y 26 de abril, p. 7. El Correo Catalán (ECC): 25 de abril, p. 5 y 26 de abril, p. 3. Primer festival DdB: (...) Tratándose de esta Orquesta creemos que la cuestión de novedad del programa -a la cual damos siempre primordial importancia- pasa a segundo término por el hecho de que lo que constituye la esencia de estas actuaciones de la Filarmónica berlinesa, es la perfección de sus interpretaciones. Hasta diríamos que es preferible un programa presente en la memoria de todos para así poder paladear frase por frase. (...) La labor del director podríamos decir que es casi de presencia o de estímulo. Con un pequeño gesto del director los músicos vuelven a sentir por recordación aquella emotividad fraguada en los ensayos. El director estimula a aquellas cien almas (entibiadas por el contacto con la vida corriente) para que vuelvan a aquel estado de inspiración excepcional. Digamos que el maestro Knappertsbusch lo hace con verdadera emotividad y sorprendente austeridad de gesto. Observemos cómo produce el matiz (alma de la música) (...) nada de violencias. Todo se relaciona como en la naturaleza. Oyendo a estos músicos parece claro el concepto del matiz: relación, medición y armonización de las más diversas cantidades y calidades sonoras. La Serenata de Mozart resultó una maravilla de medición de sonoridades. La Heroica, singularmente el segundo tiempo, adquirió una impresionante plasticidad. (...) El maestro y sus músicos recibieron grandes y fervorosísimos aplausos. LVE: (...) Hans Knappertsbusch ha demostrado ahora ser un director escrupuloso que deja siempre abierta una puerta al sentimiento. Es músico de gestos sobrios y mesurados pero imperiosos, y que sabe determinar en la orquesta la más severa disciplina. Sus interpretaciones son claras y precisas, poniendo al descubierto el pensamiento y la vida de la obra ejecutada. ¿Y qué decir de la Filarmónica? ¿Habremos de repetir que es una maravilla de sonoridad, de equilibrio, de matices, de homogeneidad, de sentido del estilo? Son cualidades que nadie ignora y que le han proporcionado la fama mundial de que goza desde hace más de medio siglo. (...) [En la Serenata nocturna] los arcos llegaron a un grado de finura imposible de superar; y de la Heroica subrayaron soberbiamente la grandiosidad y la profundidad. ENU: Páginas de [ver programa], interpretó la Orquesta, como no es posible mejor. Limpieza absoluta de mecanismo, sonoridad magnífica, pureza de estilo, expresividad sublime. (...) El maestro dirigió sin apenas moverse, de manera sobria, precisa, con aparente indiferencia, pero sin descuidar el menor detalle, y mostrando constantemente la más profunda comprensión musical, un gusto artístico imposible de superar, y un dominio absoluto de las partituras. ECC: (...) Tiene en su pulso la obligada cuadratura, y su batuta certera y sutilísima conduce tan meticulosamente a sus subordinados, sin azuzarles con violencia, que si el mismo oyente bien iniciado perdiese el rastro de la obra en la Heroica, que produjo efecto imponente o en el sublime preludio de Lohengrin, le orientaría de nuevo un maestro como Knappertsbusch, que hace disección mental y notoria de cuanto dirige, destacando en el plano temático todo el valor de la frase musical sobre los nervios sonoros del contrapunto que amplían el encanto de la obra. No se contenta el ilustre director con reflejos o vislumbres de la creación artística, cuya partitura tiene en el atril, sino que, aun tratándose de producciones del pasado, tales como la preciosa Serenata nocturna o la obra beethoveniana antes mencionada, hace revivir ante el auditorio una antigüedad joven en toda su fuerza de originalidad. Segundo festival DdB: La emoción llegó a su mayor grado de intensidad en la Sinfonía de Schumann. Todas las desigualdades de intensidad que puedan haber en los tiempos centrales -Romanza y Scherzo- quedan compensadas por el fuego y la extraordinaria vida rítmica y emotiva tan propias del gran Schumann, que los dos tiempos extremos ofrecen a manos llenas. En ellos la orquesta se entregó a una exaltación romántica, tan emotiva y tan penetrante que la ovación que recibieron el maestro y los músicos fue de gran intensidad. Pero no olvidemos los maravillosos matices y la perfección que lograron en las demás obras, coronando con la obertura Der Freischütz, a la que dieron toda la fragancia de aquel romanticismo único de Weber. LVE: (...) Las características expansiones del jugoso melodismo schubertiano fueron magistralmente obtenidas en la famosa Incompleta; la Cuarta Sinfonía de Schumann, quedó modelada en todas sus fluctuaciones temáticas; el Don Juan encontró ímpetu y calor en la masa orquestal y su director, y la obertura del Freischütz, apareció con noble sencillez y resplandeciente juventud. (...) Unánimes ovaciones brotaron de la enorme muchedumbre congregada en el Liceo, y a la que el maestro Knappertsbusch y la Filarmónica fascinaron y conmovieron profundamente. ENU: Nueva evidente prueba del arte insuperable de la famosa Orquesta (...) La versión de las obras rayó en lo sublime, en nitidez de ejecución, en brío, en intensidad de sntimiento. Y aunque en todo momento la labor de la magna agrupación fue magnífica, merece señalarse, por ser aún más excepcional, la realizada en la Sinfonía n.º 4 de Schumann, de tantas desigualdades, pero que merced a la interpretación que le cupo apareció como perfecta. ECC: En el ánimo conturbado de Schubert no le basta el penetrante gemido de la cuerda en bella melodía, porque las fuerzas contrarias le sobrecogen y su partitura se adentra en lo recóndito y al mismo tiempo vigoroso del sinfonismo. Esta vez se apreció como nunca, toda la trabazón de la obra, ya ejecutada frecuentemente con muy estimable acierto y siempre aplaudida en nuestros conciertos. La obra de Schumann, con su penetrante melodía y las líneas quebradas de su accidentada factura instrumental, resultó, no obstante, de una claridad y gradación sonora imponderables. El Don Juan, de Strauss, y la obertura de Der Freischütz, suscitaron de nuevo el entusiasmo por la orquesta berlinesa y sobre todo por el maestro Knappertsbusch. Tercer festival DdB: Con este tercer concierto la Orquesta Filarmónica de Berlín ha cerrado con gran solemnidad el ciclo de las tres memorables audiciones dadas en el Liceo. (...) Una vez más la Orquesta Filarmónica berlinesa demostró el estudio profundísimo que lleva realizado de todas las obras que interpreta. El maestro Hans Knappertsbusch, director, como ya dijimos, de una sorprendente sobriedad de gesto y elevada musicalidad, consiguió unir en emocionada conjunción aquella masa admirable. Diríase que cada músico realiza la labor del cuartetista, es, a saber, que logra expresarse con la fuerza emotiva y la libertad de un solista, pero escuchando a sus compañeros de espiritual labor para conseguir una absoluta unidad y perfección de planos sonoros y matices. Conseguir esto en una orquesta es lograr casi un milagro. Citemos el modo maravilloso cómo matizaron la Sinfonía de Brahms. Cada tiempo adquirió justísima expresión de manera que el conjunto de la obra quedó diáfano y comprensible en sus más pequeños detalles y en la grandeza de su concepción arquitectónica. Grandes ovaciones recibieron el maestro Hans Knappertsbusch y sus músicos. Para corresponder a ellas, interpretaron la obertura de Tannhäuser, levantando nuevamente el entusiasmo del numerosísimo y brillante auditorio. LVE: (...) La fusión sonora, la obtención de sorprendentes matices y detalles, la propiedad del fraseo y del color volvieron a brillar en la concertación del maestro Knappertsbusch. (...) Ese prodigio de grandiosidad e inspiración que el Preludio y Muerte de Isolda, del Tristán, de Wagner, que la orquesta ajustó al espíritu y a la tradición wagnerianos con una energía y una expresión que se exaltaban en espléndidos colores instrumentales. ENU: (...) Lo mismo que en los días anteriores no quedó lugar alguno vacío, y el entusiasmo del público rayó en el delirio. ECC: (...) [Sinfonía de Hadyn] incondicional y efusivo aplauso la acogió el público. (...) La segunda ovación de la noche surgió en la sala al final de la Sinfonía n.º 2 de Brahms, ejecutada con rara pulcritud en medio de lo intrincado de su juego temático y el contraste de sus efectos sonoros. En la obertura Coriolano y en el Preludio y Muerte de Isolda, recibió aún mayores pruebas de admiración y alpauso. En el fragor de la ovación una lluvia de laurel cayó sobre la orquesta. Hecho el silencio empuñó de nuevo la batuta para dirigir la obertura de Tannhäuser, esta página inmortal que al ejecutarse por vez primera en París dijo una destacada personalidad de la época que al aplaudirla saludaba la aurora de una nueva música. APÉNDICE (Obras dirigidas según compositor) Bach, Johann Sebastian Concierto de Brandenburgo n.º 3 (1943) Beethoven, Ludwig von Sinfonía n.º 2 (1943) Sinfonía n.º 3 (1934, 1944) Obertura Coriolano (1944) Obertura Egmont (1943) Brahms, Johannes Sinfonía n.º 2 (1944) Sinfonía n.º 3 (1943) Sinfonía n.º 4 (1943) Bruckner, Anton Scherzo de la Sinfonía n.º 3 (1943) Haydn, Joseph Sinfonía n.º 88 (1944) Sinfonía n.º 94 (1943) Komzak, Karel Bad'ner Mad'ln Waltz, op. 257 (1943) Liszt, Franz Les Préludes (1943) Mozart, Wolfgang Amadeus Eine kleine Nachtmusik, KV 525 (1934, 1936, 1944) Concierto para clarinete y orquesta, KV 622 (1943, cl.: Alfred Bürkner) Schubert, Franz Sinfonía n.º 7 (1943) Sinfonía inacabada (1944) Schumann, Robert Sinfonía n.º 4 (1944) Smetana, Bedřich La Moldava, poema sinfónico (1943) Strauss, Johann II Preludio de Die Fledermaus (1943) Czardas ¿de Die Fledermaus? (1943) Strauss, Johann & Josef Polca Pizzicato (1943) Strauss, Richard Don Juan, poema sinfónico (1936, 1944) Wagner, Richard Obertura de Der fliegende Holländer (1934) Preludio de Lohengrin (1944) Preludio de Meistersinger (1934, 1936, 1943, 1944) Obertura de Rienzi (1943) Tannhäuser (1934) Obertura de Tannhäuser (1934, 1936, 1943, 1944) Tristan und Isolde (1934) Preludio y muerte de Isolda, de Tristan und Isolde (1936, 1943, 1944) Parsifal (1934) Preludio de Parsifal (1936) Viaje del Rhin de Siegfried, de Götterdämmerung (1934) Weber, Carl Maria von Invitación a la danza (1943) Obertura de Euryanthe (1943) Obertura de Der Freischütz (1944) Obertura de Oberon (1936) Wolf, Hugo Serenata italiana (1943) BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS Monografías · Alier, Roger. El gran llibre del Liceu. Edicions 62. Barcelona, 2004 · Artís, José. Primer centenario de la Sociedad del Gran Teatro del Liceo: 1847-1947. Barcelona, 1950 · Casanova, Llorenç. Base de datos del Festival de Bayreuth (1876-2005). URL: http://www.wagnermania.com/bayreuth/ · Casares Rodicio, Emilio (dir. y coord.). Diccionario de la música española e hispanoamericana. Sociedad General de Autores y Editores. Madrid, 1999-2002. 10 volúmenes. · Fischer, Ludwig (Hrsg.). Die Musik in Geschichte und Gegenwart. Zweite, neubearbeitete Ausgabe. Bärenreiter-Verlag, Stuttgart 2003 · Gran Teatro del Liceo (ed.). Programas de mano. Barcelona, 1934-1947. · Hans Knappertsbusch Institute (ed.). Hans Knappertsbusch Concert Register. 11.º edición. URL: http://www.syuzo.com/kna-archiv/kna-concert.html · Iborra, Joaquim. La mirada del conserge. Dietari del Gran Teatre del Liceu (1862-1981). Institut del Teatre de la Diputació de Barcelona. Barcelona, 1999 · Mestres Calvet, Juan. El Gran Teatro del Liceo visto por su empresario. Ediciones Vergara. Barcelona, s. a. · Nadal, Pau. Anuari 1947-1997 del Gran Teatre del Liceu. Associació Amics del Liceu i Àmbit Serveis Editorials, S. A. Barcelona, 1997 · Pena, Joaquín; Anglés, Higinio. Diccionario de la música Labor. Editorial Labor S. A. Barcelona, 1954. 2 volúmenes. · Riego Cue, Ángel. Hans Knappertsbusch Discography. URL: http://www.trovar.com/kna.html · Rodergas i Calmell, Josep. Els Pseudònims usats a Catalunya: recull de 3.800. Editorial Millà. Barcelona, 1951 Publicaciones periódicas · El Correo Catalán. · Diario de Barcelona. · El Noticiero Universal. · La Publicitat. · Revista Musical Catalana. · Ritmo. · La Vanguardia, después La Vanguardia Española. · La Veu de Catalunya.
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