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"DER MESSIAS VON HERRN MOZART"
Por
Ignacio Deleyto Alcalá.
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Curriculum.
Como era de esperar
el año Mozart está atrayendo la atención de programadores de festivales
con un sinfín de conciertos dedicados a su obra. También parece ser el
momento ideal para presentar al público aquellas obras revisadas (aunque
no compuestas directamente) por Mozart. Es el caso del arreglo que Mozart
hiciera en 1789, por encargo del Barón Van Swieten, del Mesías de
Handel, obra que el salzburgués estudiara con dedicación y reelaborara con
mimo. El hecho de que en un solo mes, junio 2006, dos de los grandes
festivales (Salzburgo y Göttingen) programen esta obra es indicativo de la
actualidad que ha cobrado esta versión del Mesías. Las
discográficas, por su parte, no quieren perder el tren del año Mozart y
hacen lo propio rebuscando aquel material que pueda volver al mercado con
el valor comercial añadido que 2006 representa. Esta es la razón por la
que EMI pone en circulación ahora la grabación de esta obra en versión de
Hermann Max y su Das Kleine Konzert.
Lo primero de interés para el aficionado es saber si hay diferencias
sustanciales entre la partitura de Handel y la de Mozart. Y efectivamente
las hay; sin entrar en excesivos detalles glosaremos las más relevantes.
Lo primero que sorprenderá al oyente es que el libreto está en alemán (en
traducción de Christoph D. Ebeling e incorporado a la partitura por el
Barón Van Swieten). Pero, pronto, el oyente se da cuenta que no sólo el
idioma es diferente -que ya de por sí resulta una diferencia considerable-
sino que Mozart sometió la obra a una profunda reorquestación añadiendo
trompas, flautas, clarinetes, fagotes, trombones y timbales. Obviamente
estos instrumentos aportan un mayor colorido orquestal y un sonido más
sinfónico (es verdad que muchos pasajes suenan al último Mozart). La
incorporación de vientos transforma algunos números como ocurre con el
famoso coro “Wie Schafen ge’n” (All we like sheep) que adquiere en esta
versión un aire más rústico y campestre que en el original. Quizás sea
éste uno de los contados momentos en que Mozart mejora a Handel.
Las diferencias no se quedan en la orquestación. Entre otros cambios
Mozart traspuso arias, omitió algunos coros y arias, y eliminó la parte
central del aria “Sie schallt, die Posaun’” (The trumpet shall sound), una
de las más famosas. También asignó algunas arias a otras voces. Casos
concretos de la reasignación de voces pueden ser, por ejemplo, el “Erwach’
su Liedern der Wonne” (Rejoice greatly) para tenor en lugar de soprano y
el “Doch wer mag ertragen den Tag seiner Ankunft” (But who may abide the
day of his coming) para bajo en lugar de alto.
También destacaremos
el hecho de que muchos de los coros, en la versión de Mozart, son cantados
por el cuarteto solista (una voz por parte) al que después se une el coro
como en “Und ist zum heil ein Kind geboren” (For unto us a Child is born)
o en “Sein Joch ist sanft” (His yoke is easy). Otro cambio importante es
la combinación de trompa y trompeta en “Sie schallt, die Posaun’” (The
trumpet shall sound).
En resumen, cambios
que llaman la atención y que, por momentos, dan a la obra otro carácter
aunque sin desviarse del espíritu mayestático de la genial partitura de
Handel. En ningún caso el arreglo de Mozart podrá servir de sustituto al
original handeliano pero es algo más que una curiosidad pues sirve para
escuchar la popular partitura en la vestimenta de otro genio.
La versión grabada por Hermann Max en 1991 (con motivo del segundo
centenario de la muerte de Mozart) cuenta con un discreto cuarteto vocal
en el que únicamente destaca el tenor Christoph Pregardien. El bajo,
Stephan Schreckenberger, mantiene el tipo en sus arias principales pero en
algunos coros su contribución es bastante endeble (“Sein Joch ist sanft”).
Las dos voces femeninas resuelven bien sus partes pero sin brillar de
especial manera al contrario que el coro, los Rheinische Kantorei, que
suena empastado y con cuerpo. La orquesta con instrumentos originales
(incluyendo fortepiano para el continuo) responde bien a las exigencias de
la partitura y Hermann Max dirige con atención y entusiasmo aunque ciertos
pasajes resulten algo tibios.
En definitiva, versión de mucho interés aunque con unas contribuciones
solistas mejorables. Aquellos que busquen una grabación con voces de mayor
enjundia deberán acudir, por ejemplo, a la clásica versión de Charles
Mackerras con instrumentos modernos (Archiv 1974).
REFERENCIAS:
HANDEL/arr. MOZART: Der Messias
KV572. Monika Frimmer, soprano I; Mechtild Georg, soprano II; Christoph
Prégardien, tenor. Stephan Schreckenberger, bajo. Rheinische Kantorei. Das
Kleine Konzert. Hermann Max, director. EMI CLASSICS 51198 2. 2 CDs.
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