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LA KREMERATA BALTICA EN OVIEDO
Por
Angel Riego
Cue. Lee su
Curriculum.
Oviedo, Auditorio Príncipe Felipe. 13 de marzo de 2008. Obras de
Vasks, Kutavicius, Gorecki, Pärt, Desyatnikov y Shostakovich. Kremerata
Baltica. Dir.: Gidon Kremer.
En fechas próximas a Semana Santa nos visitó la orquesta de cámara fundada
por el célebre violinista letón Gidon Kremer, a la que ha dado su propio
nombre, la "Kremerata Baltica", y que entre otras cosas se dedica a
difundir composiciones de autores contemporáneos eslavos y bálticos,
aunque siempre con un lenguaje asequible a un amplio público. Una labor
que podría compararse, salvando las distancias, con la que puede realizar,
por ejemplo, un Cuarteto Kronos; de hecho, en el repertorio de ambas
formaciones tienen lugar destacado composiciones del estilo que se ha dado
en llamar "minimalismo".
Naturalmente, la Kremerata cultiva también repertorios más clásicos, y de
hecho se había anunciado que interpretarían Las Siete Palabras de
Haydn, una composición muy habitual en estas fechas. Sin embargo, el
programa finalmente consistió en su totalidad en obras de autores nacidos
en el siglo XX, todos vivos menos uno (Shostakovich) y la mayoría
desconocidos para el gran público, lo que pudo explicar el hecho de que el
Auditorio estuviese lejos de llenarse. También habría que contar, claro
está, las fechas en que mucha gente se va de vacaciones o está ya haciendo
los preparativos para irse, o que la Kremerata, pese a su prestigio entre
un público minoritario, tampoco es una agrupación de la resonancia
mediática de otras.
El programa, muy breve (apenas una hora en total, excepto propinas),
comenzaba con la Música Dolorosa del letón Peteris Vasks (n.
1946), compuesta en memoria de su hermana fallecida, y que algo recuerda a
los "Stabat Mater" típicos de estas fechas; seguían las Variaciones
Dzukische del lituano Bronius Kutavicius (n. 1932), variaciones sobre
una canción folklórica lituana que también hacía acto de presencia a
través de una grabación; y terminaba (en su primera parte) con el
Concierto para clave de Henryk Gorecki, un autor que en la pasada
década alcanzó una enorme fama con su Tercera Sinfonía, y que en
esta obra se muestra "repetitivo" a más no poder, con un uso del
"ostinato" que puede parecer excesivo. En toda la primera parte la
orquesta tocó sola, sin director, y a Kremer no se le vio.
En la segunda parte sí salió Kremer a tocar la parte solista del violín de
la brevísima Passacaglia, del estonio Arvo Pärt, seguramente el
más famoso de todos los compositores bálticos que se dieron a conocer en
Occidente por la época de la desaparición de la URSS. La obra está
estrenada en 2003 y dedicada al propio Kremer. Por contra, se hizo muy
larga Como el viejo organillero, del ruso Leonid Destyakov (n.
1955), basada en el último lied del Viaje de Invierno de
Schubert, y que fue escrita en 1997 para el bicentenario del nacimiento de
Schubert, y dedicada también a Kremer.
Cuando, tras todas estas miniaturas, la Kremerata dio comienzo a la última
obra del programa, la versión orquestal del Octavo Cuarteto de
Shostakovich, fue inevitable el pensar "esto sí es música de verdad". La
obra, dedicada "a la memoria de las víctimas del fascismo y de la guerra"
y que utiliza el tema del "Müss es sein", del Cuarteto Op.135 de
Beethoven, conoció una interpretación emocionante por parte del conjunto
en el que Kremer tocaba sentado en el primer atril como un violinista más.
La orquestación elegida no fue la habitual de Rudolf Barshai, sino la de
Abram Stassevich (conocido sobre todo por la versión de concierto que hizo
para el Iván el Terrible de Prokofiev, inicialmente sólo música
para el cine), y que se diferencia de la de Barshai en dar mayor
protagonismo a los solistas en vez de al conjunto de la orquesta (se
emplea hasta un timbal).
En las propinas estuvo presente Astor Piazzolla, autor muy grato a la
Kremerata (algo que también tienen en común con el Cuarteto Kronos), con
Obli vion y el Tango Ballet, este último en arreglo
precisamente de Leonid Destyakov. En conjunto, un concierto que en cuanto
a calidad no se puede presentar ninguna queja, en todo caso sería en
cuanto a cantidad, que supo a poco.
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