|
|
BACH CON SINFÓNICA
Sevilla, Teatro de la Maestranza. 27 de marzo de 2008. XVIII Temporada de conciertos de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Bach: Misa en Si menor. Deborah York, soprano I; Katerina Beranova, soprano II; Carlos Mena, alto; Steve Davislim, tenor; José Antonio López, bajo. Coro sine nomine. Martin Haseböck, director. Por Fernando López Vargas-Machuca. Programar la Misa en Si menor en la temporada de la Sinfónica de Sevilla ha supuesto un riesgo doble. El primero, sufrir un posible descenso en la taquilla que al final, sin ser grave, se ha dejado notar: se ve que a muchos presuntos melómanos sigue sin gustarles Bach. El segundo, enfrentarse al rechazo de los talibanes que descalifican toda interpretación que se desmarque de las más estrictas directrices del historicismo. Pero tanto riesgo ha sido necesario, porque nos encontramos ante una de las más altas cumbres de la Historia de la Música, y obligación de toda orquesta pública es dar a conocer lo mejor en las mejores condiciones que las circunstancias lo permitan. El resultado ha sido satisfactorio, pues por mucho que la utilización de instrumentos y técnicas “originales” resulte más adecuada para este repertorio, hubo honestidad y talento entre los intérpretes. Al frente de una plantilla reducida sin refuerzos “de época”, el especialista Martin Haseböck supo aplicar unos tempi bastante rápidos sin precipitarse, permitiendo respirar a la música con suficiente vuelo lírico y sin caer lo superficial y lo pimpante. El vibrato fue moderado, pero el maestro austriaco consideró adecuado no eliminarlo por completo, evitando asimismo la brusquedad en los ataques y la permanente recurrencia a los contrastes habitual en muchos directores historicistas incluso cuando se ponen al frente de instrumentos “modernos”; en este sentido su postura se acercó a la actual línea de Rilling, tan incomprensiblemente denostada por algunos. La plantilla seleccionada de la ROSS funcionó de manera formidable, y en este sentido hay que loar las magníficas intervenciones solistas. Los metales se mostraron muy por encima de su nivel habitual, incluyendo una trompa correcta y unas trompetas espléndidas. Notabilísima también la flauta, al igual que el especialista barroco Peter Szüts, concertino invitado para la ocasión. Muy bueno el bajo continuo, que quizá se podía haber enriquecido algo más. En cualquier caso se trató de una notable interpretación orquestal, por mucho que echáramos de menos la riqueza tímbrica e incisividad de los instrumentos originales y un poco más de claridad en las texturas en determinados momentos, aunque esto último sea ante todo responsabilidad del director. Dos solistas repetían de la espléndida interpretación que ofreció hace pocos años la Orquesta Barroca de Sevilla: el maravilloso Carlos Mena -ya se sabe: timbre bellísimo y homogéneo, estilo y musicalidad a partes iguales- y el muy solvente bajo José Antonio López. Ambos han sido los mejores en esta nueva ocasión. La otras veces estupenda Deborah York, con su voz pequeña y buen dominio del género, no tuvo su mejor noche técnicamente hablando; más satisfactoria Katerina Beranova, prometedora soprano lírico-ligera de instrumento sólido y hermoso, mientras que Steve Davislim, tenor que hace tiempo viene sonando en el mundillo discográfico, convenció por su esfuerzo para superar sus limitaciones canoras. Aunque un pelín chillonas ellas en el agudo y no del todo sólidas las voces más graves de ellos, el Coro sine nomine -asimismo de origen austriaco y muy experimentado en este repertorio bajo la dirección de Johannes Hiemestberger- realizó una espléndida labor donde se aunaron claridad polifónica y espiritualidad; no hubiera sido mala idea, de todas formas, probar al Coro Barroco de Sevilla, dicho sea de paso.
ENLACES RECOMENDADOS Web de la ROSS: http://www.rossevilla.com Web del Teatro de la Maestranza: http://www.teatromaestranza.com/
|