SOR
MARIE EN JEREZ
Jerez,
Teatro Villamarta. 16 de abril de 2008. Soeur Marie Keyrouz & Ensemble
de la Paix. Obras de Keyrouz, Jabbour, Absi y tradicional maronita.
Por Fernando López
Vargas-Machuca.
No es necesario insistir ahora sobre la personalidad de Sor Marie
Keyrouz, porque sobre ella ya escribimos en su momento en esta revista
(enlace).
Pero algo habrá que decir sobre su concierto en el Villamarta, aunque
algunos parezcan haber confundido hacer una crítica con resumir las
notas al programa (y encima cobrando por ello: ¡menudo morro!). En
este sentido hay que reconocer que, siendo el recital bellísimo y
respondiendo por completo a lo que podíamos esperar a tenor de lo
escuchado en discos, son precisas algunas matizaciones.
Lo primero, y como ya sospechábamos, el instrumento de la admirable
artista libanesa es de escaso volumen. Desde las primeras butacas se
la escucha a la perfección, pero nos consta que hasta arriba la voz
llega de manera desigual. Como Sor Marie no utiliza micrófono, lo que
la honra, el asunto es problemático. Es un caso que no deja de
recordar al de la inolvidable Rocío Jurado, que cuando se atrevió en
el teatro jerezano con El amor brujo dejó en evidencia las
limitaciones de una voz que, en disco o con amplificación, resulta
fascinante.
Lo segundo, que no siempre la música que interpreta ofrece similar
interés. No hubo nada en Jerez de repertorio bizantino, que lo borda,
sí algo de canto maronita, pero la mayor parte de la velada la
ocuparon composiciones recientes tanto de la propia Sor Marie como de
Jean Jabbour y Joseph Absi. Páginas bonitas, sí, interpretadas por
inigualable sinceridad por una voz de sensualidad y atractivo únicos
para este tipo de canto, pero algo insustanciales y con una
instrumentación con tendencia a lo dulzón, rozando en algún caso el
espíritu digamos “New Age”; la presencia del piano, la verdad, se nos
antoja muy discutible.
Lo tercero, que aunque los componentes del multicultural Ensemble de
la Paix son sin duda buenos músicos, su destreza técnica y su talento
para ornamentar con fantasía dista del de las más grandes agrupaciones
similares que estamos acostumbrados a escuchar en disco o en directo.
Repárese por ejemplo en los conjuntos de un Jordi Savall, integrados
por primerísimas figuras de estos instrumentos. Sea como fuere se
trató de una velada distinta y emocionante, muy aplaudida por el más
bien escaso público asistente. Un pleno acierto de la programación de
esta temporada. Lástima que no se diera mayor promoción a un evento
tan singular.
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