Revista mensual de publicación en Internet
Número 88º - Marzo-mayo 2.008


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Abbado en el Real

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

Fidelio, ópera en dos actos. Música: Ludwig van Beethoven. Libreto: Josef Sonnleithner, Stephan Breuning, Georg Driedrich Treitschke. Reparto: Clifton Forbis, Anja Kampe, Giorgio Surjan, Julia Kleiter, Jörg Schneider, Albert Domen, Diógenes Randes, Ilker Arcayürek, Levente Páll. Director musical: Claudio Abbado. Director de escena: Chris Kraus. Escenógrafo: Maurizio Balò. Figurinista: Anna Maria Heinrich. Iluminador: Gigi Saccomandi. Director de los coros: Edwin Ortner. Arnold Schönberg Chor, Coro de la Comunidad de Madrid, Mahler Chamber Orchestra. Producción del Teatro Real, del Teatro Regio Emilia, del Festival de Baden-Baden, del Teatro Comunale de Módena, y del Teatro Comunale de Ferrara. Teatro Real. Madrid, 19, 21 y 23 de abril de 2008.  

Abbado nunca había dirigido ópera en España y su presencia en el foso del Teatro Real ha despertado un lógico y enorme interés. Solo ha dirigido dos de las tres funciones de la producción internacional de Fidelio. Abbado ha tenido un éxito enorme, lógico, previsible y merecido. La producción ha sido excelente, aunque hemos visto otras mejores durante esta temporada. El maestro y su agrupación, la Mahler Chamber Orchestra, han sido los auténticos protagonistas de las funciones. Claudio Abbado es artista excepcional y carismático que, más allá de la técnica, despierta pasiones irresistibles entre músicos y aficionados. Consigue sacar lo mejor de una ópera discreta, enfatizando el sinfonismo de la partitura y el heroísmo del asunto con unos tempi ciertamente vivos. Lo mejor fue la joven orquesta, por su entrega, fuerza y precisión. El reparto escogido se mostró muy profesional, con una línea vocal estupenda y muy segura, pero poco adecuada al dramatismo de la pieza. La fuerza y pasión del maestro se contagia también a los cantantes y al coro, que ha sido formado para la ocasión con la suma del Coro de la Comunidad de Madrid y del  Coro Arnold Schönberg. La dirección de escena de Chris Kraus es rígida y poco convincente. El traslado de la acción de Sevilla al París revolucionario podría dar más juego del que se obtiene. La escenografía de Maurizio Balò es moderna, pero comprensible y teatral, lo cual se agradece. La iluminación de Gigi Saccomandi resulta muy expresiva y recurre a una inusual sincronía con la partitura que, a pesar de su ingenuidad, crea momento de gran efecto. El trabajo de luces hace ganar varios puntos a la puesta en escena. La producción se realiza con el concurso de cinco instituciones internacionales. El éxito fue enorme y la presencia del maestro Abbado dirigiendo ópera en España ha sido un hito histórico. Triunfó el maestro Abbado, la Orquesta Mahler y el Teatro Real al conquistar para su registro esta primicia.