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BARENBOIM
SE SACA UNA ESPINA
Por Angel
Riego Cue. Lee su Curriculum.
La madurez como
intérprete de Daniel Barenboim, próximo ya a cumplir
los 60, y el disponer de una orquesta de calidad tan
superlativa como la de Chicago, han hecho que el músico
argentino vuelva sobre algunas obras que grabara con
escaso éxito en su época al frente de la Orquesta de
París. El motivo de que aceptara en 1976 ser titular de
la orquesta francesa suele relacionarse con el deseo de
estar lo más cerca posible de su mujer, Jacqueline Du
Pré, ya convaleciente por entonces en Londres de la
enfermedad degenerativa que le costaría la vida; pero
con ello, Barenboim se enfrentó al reto de tener que
programar un repertorio que en muchos casos era nuevo
para él, principalmente de música francesa.
Una de sus grabaciones más flojas de ese período fue la
que hizo en 1988 para Erato de una obra tan emblemática
en el repertorio de cualquier orquesta como es La
Consagración de la Primavera de Stravinsky, obra
estrenada en París por un autor que, aun no siendo
francés, sí vivió en Francia y se relacionó con los
compositores franceses de la época. Ya desde el comienzo
se notaba una timidez, una inseguridad que no hacían
presagiar nada bueno; en buena parte de la obra, parece
que Barenboim no se decidiera a tirar por un sitio o por
otro, y cuando se decide, a menudo se encuentra perdido.
Por si fuera poco, el volumen bajísimo al que se escucha
el disco lo convierte en casi inaudible.
Afortunadamente, esta nueva Consagración que
nos presenta ahora Teldec no tiene nada que ver con
aquella: nada de timidez, la seguridad de criterios es
total, se escucha una exhibición de poderío orquestal
con una generosa dinámica en los momentos
"fuertes" de la obra; no es que sea una
versión muy "danzable", pero a cambio
encontramos alguna "especialidad de la casa",
como esa atmósfera opresiva, asfixiante, que se crea en
la segunda parte mientras se va preparando el Sacrificio.
Aunque en la escena final el nivel baje algo, estamos sin
duda ante una de las más importantes versiones en sonido
digital de La Consagración, que puede codearse
con las de Solti, Boulez o Jansons.
Otra obra emblemática del repertorio francés, El
Mar de Debussy, la había grabado Barenboim con la
Orquesta de París en 1978, en su primer LP dedicado a
este autor. Una versión, la de entonces, con el fuego y
la rotundidad de la juventud, que en principio podría
pensarse demasiado enérgica para Debussy, pero cuyo
"gancho" era indudable, en lo que tenía
seguramente su parte una orquesta que debía saberse la
obra de memoria. Al igual que en la Consagración,
el cambio hasta esta nueva grabación en Chicago es
enorme, pero en sentido contrario: la nueva
interpretación es mucho más intimista, va a lo
ensoñador, no hay grandiosidad ni frases estruendosas
hasta el mismo final... En fin, una versión que recuerda
mucho a la grabada en 1968 por Sir John Barbirolli, y a
la que podrán preferirse otras, pero cuyo vuelo poético
es indudable, y que completa muy dignamente el disco.
Para concluir, el CD nos ofrece la curiosidad de la
primera audición de la obra Notations VII de
Pierre Boulez, encargo de la Sinfónica de Chicago que
estrenó Barenboim en 1999. Las Notations son un
conjunto de piezas para piano escritas por Boulez en 1945
(a los 20 años), y de las que el compositor francés
había orquestado anteriormente las 4 primeras por
encargo precisamente de Barenboim, quien las estrenó al
frente de la Orquesta de París. La pieza, que puede
oírse sin problemas pese a lo avanzado de su lenguaje,
puede quedar así como una muestra de hasta dónde ha
llegado en la actualidad la música francesa que produjo
en el pasado ejemplos tan señeros.
REFERENCIAS:
STRAVINSKY: La Consagración de la Primavera ;
DEBUSSY: El Mar ; BOULEZ: Notations VII
Orquesta Sinfónica de Chicago/ dir. Daniel Barenboim
Teldec 8573 81702 2
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