Revista mensual de publicación en Internet
Número 26º - Marzo 2.002


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MOTIVOS DE SATISFACCIÓN

 Por "Don Profondo".

 

  Encontramos varios motivos para alegrarnos por la aparición de este compacto. Por un lado, es el primero más o menos serio que graba Montserrat Caballé en mucho años, y ello coincidiendo con su justamente celebrada reincorporación a la escena operística. Por otro, la inmensa popularidad de la cantante catalana, y por ende el elevado potencial comercial de este producto, ha de redundar en el conocimiento y disfrute por parte de un público "poco cultivado" de ese bellísimo repertorio de raíces en buena medida tardomedievales que es el incluido en los cancioneros españoles del Renacimiento.

Por descontado, habrá puristas que se rasguen las vestiduras porque una de las más conocidas figuras de la ópera aborde un campo que ellos consideran exclusivo de artistas especializados. Bien, hemos de reconocer que la Caballé dista de alcanzar en él los grandes resultados que otras voces ciertamente más indicadas han logrado, pero al mismo tiempo apuntamos nuestras sospechas de que lo que realmente les va a doler es que una figura asociada en ciertos momentos a la vulgarización de la denominada "música culta", haga uso como objeto de explotación comercial de ese campo en el que ellos han encontrado refugio espiritual o, en el peor de los casos, coto privado.

Por lo que al presunto deterioro instrumental de la soprano a lo largo de los últimos años respecta, se trata de una evidente exageración por parte de ciertas personas que, al mismo tiempo, no han dudado a la hora de alabar las ruinas vocales de, por ejemplo, Teresa Berganza. Durante la audición de este disco se nota la edad de la Caballé, no vamos a ocultar algo tan previsible, pero vocalmente está muchísimo mejor de lo que algunos alegremente afirman. Interpretativamente, pues ya lo hemos apuntado: se han escuchado cosas más convincentes. Rígida, distanciada, falta de la chispa y la frescura aquí indispensables, al menos hace gala de su bellísima línea de canto, al tiempo que se mantiene alejada de ese hedonismo narcisista y algo cargante que antaño estropeaba algunas de sus interpretaciones.

En realidad, lo único verdaderamente negativo es la intervención del tañedor Manuel Cubedo, precisamente alma mater del proyecto: tosco, insensible y de sonido no precisamente bello, su participación hace descender puntos a este disco que, insistimos, precisamente por ser comercial puede aportar algo a la difusión de la música antigua española. Sus intérpretes realmente grandes no encontrarán en él competencia, sino un buen reclamo para aquellos que se enamoren de las canciones que aquí canta la Caballé.

Montserrat Caballé: Las mejore canciones medievales.
Manuel Cubedo, vihuela. 47'.
Sony Classical 089865 2.