Revista mensual de publicación en Internet
Número 27º - Abril 2.002


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GOSFORD PARK - Patrick Doyle

Por Joaquín R. Fernández.


        Patrick Doyle, que durante bastantes meses estuvo retirado del mundo de la composición a causa de una peligrosa enfermedad, es un autor clásico y elegante que nos ha brindado obras de indudable calidad (Atrapado Por Su Pasado, Frankenstein). Aunque en un principio su carrera parecía encaminada a la actuación (de hecho, incluso se le puede ver en Carros de Fuego), su encuentro con Kenneth Branagh fue crucial para su futuro profesional. Así, en 1987 se une a la Renaissance Theatre Company, actuando, componiendo y siendo director musical de la compañía. Por supuesto, su relación con Branagh le permite introducirse en el mundo del cine, tal y como sucede con Enrique V, la obra que le dio a conocer.

Su estilo se deja identificar en cada una de sus obras, y ello a pesar de bascular entre la grandiosidad y el intimismo, pues tan pronto hace restallar una orquesta como crea una pieza de delicado desarrollo y suave armonía. En el caso que nos ocupa, Gosford Park, Doyle se adecúa a la historia con inteligencia, caminando sus notas con distinción sobre las imágenes dibujadas por Altman.

El filme, una agradable mezcla de comedia y drama, se ve acompañado por una partitura tan variada como los personajes que lo pueblan. Existe en ella un predominio del piano, tal y como se puede comprobar en "Gosford Park" o, de forma más sutil, en "Secrets To Hide" , pero quizás sea la cuerda la que mejor refleje la vertiente más dramática de la película. Existe un tema que se repite a lo largo de la obra con distintos arreglos; en "No Smoke Without Fire" ya comprobamos la belleza de su tristeza, mucho más remarcada en "Good Luck".

Por otra parte, Doyle no se olvida en ningún momento de puntuar los momentos más cómicos de la historia ("Walking to Shoot"), incluso aquéllos que, por la desmesura del guión, resultan completamente decepcionantes ("Inspector Thompson"). Finalmente, también aporta pasajes más líricos que se posan con dulzura sobre las escenas a las que acompañan ("YourBoy's Alive").

El compacto se ve aderezado por algunos temas no originales que se suceden a lo largo de la cinta, algunos de ellos muy importantes, puesto que son los propios personajes los que los interpretan. Sin duda, un acierto que satisfará especialmente a los amantes de este premiado trabajo del polémico Robert Altman.