Revista mensual de publicación en Internet
Número 27º - Abril 2.002


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PHILIP GLASS – SINFONÍA Nº 5 (REQUIEM, BARDO, NIRMANKAYA)

Por Pablo Vázquez Gómez. Guionista y articulista.

La última obra del compositor norteamericano hasta el momento nació como un encargo del Festival de Salzburgo para celebrar la llegada del nuevo milenio.


Glass recibió el encargo entusiasmado, y se le ocurrió (como no es menos en él) crear una obra con un interesante argumento: explicar la creación del cosmos y el universo, y el paso del tiempo por todos ellos, que van emparentados con el subtítulo del disco: Réquiem, el pasado, lo que ya pasó y está muerto; Bardo, el presente, lo que está “en medio”; y Nirmankaya, el futuro. Todo ello a través de doce interesantes temas, cuyos textos están sacados de distintas creencias de las civilizaciones que pueblan el planeta (el Rig Veda, el Corán, la Biblia, el Kumulipo, el Nihongi japonés, el Bulu del Africa Occidental, el Bantú de Boshongo, el Popol Vuh maya, el Libro de los Muertos del Tíbet, junto a poemas persas, japoneses, chinos, y de tradición budista.), que logran una equiparativa, respetuosa, y tolerante visión universal, huyendo de los exotismos y los misticismos, e interpretadas por la soprano Ana María Martínez, la mezzosoprano Denyce Graves, el tenor Michael Shades, el barítono Eric Owens, el bajo barítono Albert Domen, el Coro de la Universidad Estatal de Morgan, el Coro de Niños de la Radio Húngara, y la Orquesta Sinfónica de Viena, junto a la habitual dirección (para Glass) de Dennis Russell Davies. Está cantada en inglés, lo que le da un toque muy original, y siendo una de las pocas que hay cantadas en esta lengua (los textos, evidentemente, se adaptaron al idioma y se consiguieron gracias a la especial ayuda de distintos expertos en la materia, que además consiguieron sintetizarlo en material sonoro). La queja que se le puso a Glass por esta obra fueron sus pretendidos énfasis mahlerianos, pero no se le fue de las manos y ya es una más del mundo clásico.

También adquiere importancia porque es la única sinfonía de Glass compuesta y completa por el mismo, es decir, las otras dos que posee (la 1 y la 3) están mezcladas con piezas de otras obras, no son enteramente de dicha sinfonía los respectivos discos (junto a “Low Simphony” y “Heroes Simphony”, compuestas a partir de lo títulos de Brian Eno y David Bowie).

EL DISCO:

Primer Cd:

El primero de los dos discos de los que consta esta grabación (que, por cierto, está acompañada de unos magníficos manuscritos con los doce textos de cada canción), está basado más que nada en el “Réquiem” (el pasado, lo muerto), que se extiende hasta el noveno movimiento (que está en el segundo cd). Los 6 primeros cortes: BEFORE THE CREATION (6:56) (es el texto de la portada del disco), CREATION OF THE COSMOS (6:36), CREATION OF SENTIENT BEINGS (7:41), CREATION OF HUMAN BEINGS (7:27), LOVE AND JOY (8:23), y EVIL AND IGNORANCE (5:56), hablan, pues, de la creación del mundo y del ser humano. El primero, por el Rig Veda, los demás, entremezclados por el Corán, la Biblia , los mayas, el Kumulipo, el Nihongi, y las creencias africanas. En absoluto es suave el sonido de los temas, al contrario, todos ellos van acompañados de una potente orquesta y unas rotundas voces, done destacan los coros y   los barítonos  sobre el resto, junto a las sopranos, que acompañan a ambos de manera acompasada. No hay paso, pues, para la ternura ni para otros sentimientos, todo se basa en la potencia y el impacto, no deja descanso a nada más, tan solo el quinto tema parece bajar la fuerza, pero, a medida que avanza, va subiendo la intensidad. Bajo buenas sinfonías que se escapan, por veces, del estilo de Glass, y se recrean más en otros factores.

Segundo Cd:

Aquí ya nos encontramos con piezas más largas, más cándidas, con el presente, y con lo que vendrá después: el futuro. Los tres primeros temas todavía pertenecen al Réquiem (SUFFERING (8:29), COMPASIÓN (9:14), DEATH (8:38)), hasta llegar a la muerte, el último. Todos ellos con letras bíblicas, hindúes, japonesas y tibetanas. El primero, a pesar de tratar un tema tan horrible como el sufrimiento, consigue ser uno de los mejores y más apasionantes del álbum, dejando paso a la pasión y a la voz desgarrada, convirtiéndose en maravilla (en especial la interpretación de las sopranos y los coros) hasta el final. Logra no caer en sentimentalismos y consigue la atención plena.

El segundo, la compasión, tiene un desarrollo mucho más lento, dando relevancia a los coros y reduciendo la envergadura de la música, siendo la voz coral la triunfante en este tema, que consigue levantarse durante casi 5 minutos, hasta la “llegada” del barítono y la soprano, que les acompañarán durante unos minutos (el final vuelve a ser para el coro) por un pasaje que se aleja del tono que respira el disco.

El tercero, y último de la serie, la muerte, juega más con las melodías y la voz baritonal, en un tema quedo y sereno que va cambiando de estructura para terminar igual, con la voz del barítono luciéndose, y la percusión terminando en un potente arranque.

El presente (Bardo):  JUDGMENT AND APOCALYPSE (8:52), y PARADISE (8:32), con textos del Corán, Tíbet, y otros hindúes y griegos. El juicio y la apocalipsis, el primero de ellos, comienza con una estructura similar a SUFFERING, el primer tema de este compacto, y también de COMPASIÓN, para así juntar estos dos sentimientos en un sonido resultante que es más tenue y definitivo, como los del primer disco, en voces que simulan súplica con sonidos clásicos de otras épocas. Con toda la participación vocal, consigue ser disperso y llamativo, pretendiendo mostrar el miedo del ser humano a la muerte y la destrucción, y lo consigue, por medio de voces exageradas, música intrigante, y un final excelente, donde la percusión rompe otra vez.

El paraíso, el segundo (décimo del disco), es un tema más callado, que parece irradiar cierta alegría y despreocupación y para ello, contagia también a la partitura.

El futuro (Nirmankaya): DEDICATION OF MERIT (10:03) el último y más largo del álbum, basado íntegramente en creencias orientales, es, como su nombre indica, una dedicación de mérito para lo venidero, y que constituye todo un resumen de este segundo cd, en un despliegue de voz sopránica increíble, música casi silente, coros también tranquilos (que van subiendo al avance de la duración), y que son los encargados de cerrar el disco con unos segundos de interpretación vocal muy propia de las óperas de Glass.

Con lo dicho, esta sinfonía nada tiene que ver con el minimalismo, rompe con otros esquemas de Glass, y es original e interesante, no solo por lo dicho antes, sino porque ya es una de las mejores y obligatorias del autor.