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RINALDO ALESSANDRINI EN OVIEDO
Oviedo, Auditorio Príncipe
Felipe. 21 de marzo de 2002. Alessandro Scarlatti: Colpa, Pentimento e
Grazia. Roberta Invernizzi, soprano (Colpa), Carlos Mena, contratenor
(Pentimento), Gemma Bertagnolli (Grazia). Concerto Italiano. Director:
Rinaldo Alessandrini.
Dentro de la presente temporada del Auditorio de Oviedo, y por aquello
de estar con las tendencias actuales que registran un auge cada vez
mayor de la música antigua, se había programado uno de los 38
oratorios que escribiera Alessandro Scarlatti: La Colpa, Il
Pentimento e La Grazia. Oratorio per la Passione. La obra está
pensada, como su título dice, para ser interpretada en Semana Santa,
pero que nadie espere aquí el dramatismo de las Pasiones de
compositores luteranos: en su lugar encontramos una obra preciosa, muy
melódica, con muchos puntos de contacto con géneros más
"profanos" como la ópera y escrita en el típico estilo
napolitano que el aficionado asocia inmediatamente a autores como
Pergolesi.
La interpretación que ofreció Rinaldo Alessandrini dirigiendo a su
Concerto Italiano fue realmente impecable, expresiva y que realzaba
los momentos más bellos de la obra. En lo técnico, sólo podría
ponerse algún reparo a la afinación de las trompetas, que suele ser
la más "problemática" para los conjuntos barrocos; la
cuerda, en cambio, estuvo perfecta (quién se acuerda de aquellos
tiempos en que decir "instrumentos originales" era sinónimo
de desafinación...). En general, Il Concerto Italiano demostró estar
a la altura de las formaciones punteras en el repertorio barroco tardío,
lo que demuestra que sus especialidades no se reducen a Monteverdi,
como pudiera pensar alguno.
Por su parte, los tres solistas cumplieron con creces su cometido: la
soprano Roberta Invernizzi (quizás algo por debajo de sus dos compañeros,
pero excelente en todo caso) fue la "Culpa", el contratenor
alavés Carlos Mena (la única figura de talla que ha dado España en
contratenores hasta el momento) fue el "Arrepentimiento" y
otra soprano, Gemma Bertagnolli, fue la "Gracia".
En el aspecto negativo se puede señalar las carencias en el programa
de mano, no sólo del texto sino siquiera de una mínima sinopsis del
argumento de la obra, de la que sólo se indicaba el título, por lo
que era difícil seguirla sin evitar una cierta monotonía. Por si
fuera poco, el programa de mano no especificaba que la obra se dividía
en dos partes, por lo que, finalizados los 50 minutos de la primera
parte, muchos espectadores pudieron legítimamente pensar que la obra
había terminado; el caso es que en la segunda parte se vieron muchas
más butacas vacías que en la primera.
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