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Número 27º - Abril 2.002


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LECTURA FRÍA DE UN APASIONADO TESTAMENTO

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

Das Lied von der Erde, de Gustav Mahler. Ann Murray, mezzosoprano. John Daszak, tenor. Peter Donohoe, piano. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 18 de marzo de 2002.

Las seis canciones que componen La canción de latierra de Gustav Mahler son piezas de un exquisito virtuosismo, cuya opulencia no quiebra la introspección heredada del Lied romántico, elevado aquí a categoría sinfónica. El compositor denominó a este ciclo “sinfonía de Lieder”  y lo consideró su novena sinfonía. La versión orquestal es más conocida que la versión original para piano ofrecida en este recital. Resulta inevitable recordar la sutil y orginalísima instrumentación de Mahler que el teclado solo sugiere lejanamente. El pianista Peter Donohoe hizo una versión voluntariosa, aseada y clara, quizá un poco dura, pero no se propuso en ningún momento evocar la exhuberancia tímbrica de la orquesta. Todo el recital estuvo teñido de cierta frialdad que por fin se rompió en la última de las canciones, Der Abschied, impresionante despedida del mundo en la que Ann Murray puso la fuerza y la emoción que hasta entonces se había reservado. Templó un poco el ambiente que no pasó de tibio. El tenor John Daszak, que sustituyó al anunciado Philip Langridge, tuvo dificultades para abordar su parte, pero conservó la sangre fría con encomiable profesionalidad. Sin embargo, su aportación fue muy irregular y la mezzo se convirtió en la reina de la velada sin lucha. Bastó la exhibición de sus magnífica cualidades vocales. A pesar de las circunstancias, estos Lieder se manifestaron con toda su fuerza. El delicado trazado de sus melodías y de sus armonías mostraron desde el teclado algunos de sus más ocultos recodos. Son el testamento espiritual de un genio: compuestos sobre viejos poemas chinos vertidos al alemán por Hans Bethge, se estrenaron seis meses después de la muerte del compositor. La emoción se presentó en el umbral de la Zarzuela, pero no lo cruzó ni llegó a las interpretaciones. 

   Próximos espectáculos del Teatro de la Zarzuela

 

   22 de abril                            Recital de Dorotea Roeschmann, soprano, y Graham Johnson, piano.

 

   Abril y mayo de 2002        Los claveles, de José Serrano; Agua, azucarillos y aguardiente

                                               de Federico Chueca.

 

   http://teatrodelazarzuela.mcu.es/spa/programacion/index.htm