AL BORDE DEL ABISMO 

Por Fernando López Vargas-Machuca. Lee su curriculum.

Sevilla, Sala Joaquín Turina. 6 de mayo de 2002. Cuarteto Borodin. Shostakovich: cuartetos nº 10, 11 y 12.

Tras los tres conciertos ofrecidos en diciembre, continua ahora con otras dos veladas la integral cuartetística de Shostakovich ofrecida por la Fundación el Monte en la Sala Joaquín Turina. Protagonistas, los mejores intérpretes de esta música: el Cuarteto Borodin. Como ya hemos explicado en alguna otra ocasión, el secreto de sus lecturas radica en la total renuncia a la belleza sonora para ofrecer con un desgarro y una intensidad sin concesiones las dramáticas y a veces visionarias partituras del autor de la Sinfonía Leningrado. Agresividad, dureza, humor negrísimo y un marcado nihilismo son sus señas de identidad. Mirar sin asidero alguno al fondo del abismo, su riesgo.

Ni que decir tiene que, a pesar de la avanzada edad del chelista Valentin Berlinsky -el único miembro del Borodin original-, hubo en casi todo momento solidez técnica y perfecta compenetración entre los miembros del grupo. A destacar su capacidad de abstracción en el formalmente más avanzado, por sus elementos dodecafónicos, decimosegundo cuarteto; no todo en Shostakovich va a ser sufrimiento y denuncia.

En fin, un concierto magistral en el que sólo hubo que lamentar una cosa: su coincidencia con el recital de Arcadi Volodos en el Maestranza. Dos días después se repetiría la coincidencia: quien esto suscribe optó por el Berlioz de Antonio Pappano y se perdió el acongojante Cuarteto nº 15 interpretado a la luz de las velas. A ver si el año que viene los programadores de una sala y de la otra se ponen de acuerdo.