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Número 38º - Marzo 2.003


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FABIO BIONDI, PRIMUS INTER PARES

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.

 
 

En 1991, y para el sello de Yolanta Skura, el por entonces jovencísimo violinista, Fabio Biondi y su Europa Galante, grabaron una versión de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi que supuso toda una revolución en la manera de apreciar la archiconocida partitura. Con Biondi, Vivaldi no era el compositor de conciertos bonitos y amables sino un músico revolucionario que experimentaba con el sonido y la armonía. Con una vitalidad y una fidelidad descriptiva fuera de lo común, aquella lectura consiguió redescubrir una obra que muchos aficionados tachaban de soporífera. Sin embargo, algunas decisiones caprichosas, brusquedades no siempre justificadas y una pésima toma sonora hicieron que algún sector de la crítica, aun reconociendo su valor y originalidad, no se entregara totalmente a ella.

Bien por un deseo manifiesto de mejorar su anterior lectura o simplemente por considerar que su concepto de la obra había madurado, casi diez años después y para el sello Virgin, Biondi volvía a los estudios de grabación con el propósito de grabar la opus 8 completa, Il Cimento dell’armonia e dell’inventione, que incluye un total de doce conciertos cuyos cuatro primeros son Las Cuatro Estaciones. (Para esta versión Biondi usó diferentes manuscritos y no la habitual edición). El caso es que la segunda consiguió convencer como no lo había hecho la otra. Una escucha comparada de ambas evidencia que la segunda versión tiene muchos puntos en común con la primera. Es más, el concepto general no varía excesivamente pero da la impresión que muchas características que aparecían de manera embrionaria entonces, se desarrollaron plenamente después. Además, la toma sonora es espectacular, transparente, con gran definición y presencia. Es esta versión la que reedita Virgin ahora en un disco sencillo.

Biondi ofrece una lectura enérgica, nerviosa, violenta, desmelenada, atrevida y con unos efectos descriptivos espectaculares. Muestra un sonido rotundo, matizado y bien proyectado además de musicalidad y virtuosismo aunque a veces tenga accesos de divismo como en algún golpe de arco. No decimos nada nuevo al afirmar que es uno de los violinistas más dotados de toda la esfera barroca y no nos olvidamos de Carmignola, Manze,Valetti, Kramer, etc. 

Sería larguísimo enumerar los matices de esta interpretación donde el carácter descriptivo de la música está fielmente realizado pero comentaremos algunos de los movimientos que no tienen desperdicio. Ya adelantamos que la recomendación no puede ser más calurosa.

En el "Allegro" de La Primavera, podemos gozar como pocas veces de los gorjeos de los pájaros en los tres primeros violines que dialogan entre sí con naturalidad y orgullo. En el "Largo", la viola imita como nadie el ladrido de los perros, alto y acentuado tal y como prescribe Vivaldi, mientras Biondi se marca unas frases solistas relajadas, cómodas y de gran expresividad. Cuando le llega al turno al cuco en El Verano, Biondi no pone freno a su imaginación con unas cadencias pastosas, lánguidas, de gran belleza. 

Uno de los momentos más contundentes llega en el tercer movimiento con la descripción de la tormenta de verano. Biondi ya había causado sensación en su primera grabación pero aquí se supera a sí mismo ayudado por la sensacional toma de sonido. Sólo hay que pensar en como se desencadena una tormenta en verano, con los cielos oscureciéndose de pronto, de una negrura que presagia lo peor, seguida por la inevitable y repentina tromba de agua. Con rabia y agresividad, Biondi hace que la cuerda suene frenética, vertiginosa, violenta y que su violín se cargue de toda la electricidad de una tormenta. ¿Puede haber una mejor imitación de las fuerzas de la naturaleza? Uno tiene la sensación de que los músicos contagiados por tanto delirio acabarán golpeando sus instrumentos contra el suelo como hacían algunos míticos grupos de rock. El acorde final, efecto incluido, es sensacional. Si Stanley Kubrick hubiera conocido esta versión, no nos habría extrañado que la hubiera incorporado a La Naranja Mecánica por su poder e impacto sensoriales (por no decir otra cosa). 

Como contraste, el comienzo de El Otoño, que imita una rústica danza campesina, está hecho con toda la gracia, alegría y desenfado que uno puede esperar. También hay lugar para el reposo, la calma y el más puro hedonismo: el acogedor y relajante crepitar del fuego, descrito por Biondi en el violín, con discretas ornamentaciones y ligeras disonancias, mientras la copiosa lluvia, de pesadas gotas, no cesa de caer afuera (extraordinarios pizzicati en los violines). 

En definitiva, Biondi acierta plenamente dando una visión muy cinematográfica y sensorial que consigue reinventar esta impactante música. Es una versión entretenida, impactante y que se disfruta de principio a fin. Muy recomendable.

Finalmente un tirón de orejas para Virgin por el acoplamiento de este disco: Las cuatro estaciones se completan con un concierto de la Op 8 y tres conciertos de L'estro armonico, Op 3 (otra colección de conciertos distinta y procedente de otra grabación anterior completa), es decir, un refrito de dos grabaciones completas que no hay por donde coger. Lo recomendable es hacerse con la opus 8 en un doble disco, como se editó originalmente en 2001, e ignorar éste, en particular, cuando se publica a precio alto.
 

REFERENCIAS:

VIVALDI, A.: Le Quattro Stagioni: Concerto RV 269 "la Primavera", Concerto RV 315 "l'Estate", Concerto RV 315 "l'Autunno", Concerto RV 297 "l'Inverno". Concerto RV 253 "la tempesta di mare". L'estro armonico  (selección): Concerto RV 565 para dos violines, violonchelo y cuerdas; Concerto RV 522 para dos violines y cuerdas, Concerto RV 580 para cuatro violines y cuerdas. Europa Galante. Fabio Biondi, violín y dirección. VIRGIN VERITAS 72435 45547 2.