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Chicago Por Carlos Infante.
Con
13 ‘Nominaciones’ y multitud de premios en su haber llega a las pantallas
de todo el mundo un nuevo musical que ha tardado casi 30 años en ver su
versión cinematográfica. Naturalmente hablamos de CHICAGO, la obra de John
Kander y Fred Ebb, sobre un libreto de Bob Fosse y Fred Ebb. Posiblemente
el acontecimiento cinematográfico del año.
De la mano de Rob Marshall acudimos a una
fantasía que nos traslada al Chicago de los años veinte donde lo que menos
importa es la justicia, la verdad o la honestidad. Solo interesa el
espectáculo, el circo, lo que en definitivamente vende.
Antes de comenzar el repaso de lo que son
los números musicales propiamente dichos, les cuento que como película
CHICAGO es una autentica delicia, narrada con un ritmo increíble, que
conjuga con singular perfección géneros tan dispares como la comedia negra
o el cine de gansters, sin olvidar ciertos toques del ‘thriller’, del
drama carcelario y el drama judicial. Todo ello en una combinación
perfecta como pocas veces se ha visto en una pantalla.
Podríamos pormenorizar todos los elementos
técnicos y artísticos del film, pero la conclusión sería idéntica en cada
uno de ellos: CHICAGO roza la perfección. Les doy un ejemplo de lo que les
acabo de señalar. Cuando se produce el juicio de Roxie, para indicarnos el
papel que la prensa juega en todo el proceso, únicamente necesitamos una
escena: un vendedor de periódicos espera el momento y tiene dos ediciones
listas, una con la portada de ‘Inocente’ y otra con la de ‘Culpable’.
Ya centrándonos en lo que es el apartado
musical debemos señalar que el gran acierto de Rob Marshall, director del
film, es haber introducido los números musicales en la trama a modo de
fantasía o pensamientos de la protagonista (una Renée Zellweger
inimaginable hasta la fecha), integrándolos dentro de un todo que no es
otra cosa que la misma película. Un acierto que sólo puede ser calificado
como sobresaliente.
La primera secuencia del film nos muestra un
rostro de mujer, la cámara se acerca a su ojo y lo traspasa para
introducirnos en el ‘Chicago’, con un club nocturno donde Velma (Catherine
Zeta-Jones) actuará esa noche sola porque acaba de asesinar a su hermana y
su amante tras sorprenderles juntos en la cama. El número se titula “All
That Jazz” (mismo nombre de la película del Bob Fosse) cuya esencia se
puede resumir en la siguiente frase: “No soy la esposa de nadie pero me
gusta mi vida” Una perfecta introducción de todo lo que veremos en la
película.
Paralelamente en el mismo número asistimos
al romance entre la protagonista, Roxie Hart (inspirada en la divertida
comedia Fox de 1942) y un vendedor de muebles que finge tener contactos en
el mundo del espectáculo con el fin de seducir a la ingenua Roxie. Nada de
esto es cierto y el vendedor correrá la misma suerte que la hermana de
Velma.
Inmediatamente, durante el interrogatorio
donde el marido de Roxie asume en un principio la autoría del asesinato,
se produce el segundo número musical, “Funny Honey”, que sirve para
definir a la protagonista perfectamente. Mientras el marido se auto
inculpa manifiesta su admiración y respeto hacía él, pero cuando este
descubre el engaño de que ha sido objeto y cuenta la verdad procede
inmediatamente a expresar un profundo y total desprecio hacia la misma
persona. Como numero musical es más bien pobre y conceptual, aunque si
aporta un importante matiz a la trama, en cuanto el investigador ilumina
el rostro de Roxie con su linterna ésta se siente estrella.
Una vez en la prisión Queen Latifah (según
parece cantante de hip-hop), como la guardiana corrupta, pero de buen
corazón, nos brinda “When You're Good to Mama” a modo de presentación de
su personaje, que se podría resumir con esta frase: ‘Si eres buena con
Mama, Mama será buena contigo’. La película va avanzando y el espectador
va ubicándose en lo que se le presenta. Con dinero todo se puede lograr.
Sin más espera, introducido por el sonido de
unas gotas de agua que caen desde el grifo al lavabo de la celda de Roxie,
llega uno de los pasajes más divertidos del film, “Cell Block Tango”,
donde algunas de las reclusas, incluida Velma, van narrando las razones
por las que están en prisión. Repitiendo el estribillo que dice que ‘se lo
increíble, de haberlo visto habrías hecho lo mismo’. Sucesivamente vamos
viendo las razones porque estas mujeres mataron a sus parejas. Por ejemplo
la primera no podía soportar los globos que hacía su marido con el chicle
asi que cogió la escopeta y disparó ‘dos tiros de aviso que fueron
directamente a su cabeza’. Otro había dicho que era soltero, y estaba
casado seis veces, asi que sufrieron ‘una diferencia artística: él se veía
vivo y ella muerto’.
Roxie pide ayuda a Mama y tras sugerirle que
si dice la verdad irá directamente al patíbulo, le sugiere que contacte
con Billy (Richard Gere) un curioso abogado que nunca ha perdido un
juicio. Por supuesto la gestión vale 100 dólares. El número que le
presenta es “All I Care About” (Todo lo que me importa), donde Gere canta
‘Solo me importa el amor’, mientras manifiesta su indiferencia por fama,
dinero y demás cuestiones. Circunstancia que contrasta radicalmente con la
realidad, ya que no hablará con Roxie hasta que disponga de 5.000 dólares.
Más apariencia, más fachada, más mentira y engaño en definitiva.
El marido de Roxie acude al despacho del
abogado y planean la defensa y la obtención de fondos. Comienza el cambio
de imagen y estrategia de Roxie. Así llegamos a la ‘rueda de prensa’,
momento que nos ofrece uno de los mejores números musicales del film. “We
Both Reached for the Gun” nos muestra la peculiar visión de Billy de la
prensa (ya antes había manifestado su desprecio por esta profesión al
exponer que siempre lo trascriben todo mal y se puede negar a posteriori).
Realiza una comparecencia publica para presentar a Roxie ante los medios,
mostrándose el mismo como un ventrílocuo que maneja su muñeca hablando
por sus labios, a la vez que vemos como los periodistas no dejan de ser
marionetas que el abogado maneja desde las alturas.
Tras la brillante aparición ante los medios
de comunicación, Roxie se ha convertido en una estrella mediática y
empieza a mostrar sus propias ideas que las vemos representadas en el tema
musical “Roxie”. Un austero número donde nuestra protagonista afirma que
va a ‘contar la verdad aunque ésta no interese a nadie’ y otras lindezas
como ‘Soy una estrella y el público me adora...Y yo a ellos’. Es indudable
que su vida ha cambiado: su peinado es imitado por miles de mujeres, ocupa
decenas de portadas y todo parece ir por el camino ‘adecuado’, al menos
para sus intereses.
Velma empieza a ver su futuro y estrellato
un tanto eclipsado, por no decir totalmente apagado, así decide acercarse
a Roxie (siguiendo los consejos de Mama), a quién previamente había
despreciado con ostentación. Le propone formar dúo o pareja artística y
mediática con “I Can't Do It Alone”, donde le expresa que ella no puede
hacerlo sola, como indica el título de tema musical. Esta coreografía, muy
inferior al resto, tampoco aporta demasiado si no es por la respuesta de
Roxie, que le expone como le ha parecido patético, pésimo su ‘numerito’;
que está acabada y que su nombre ya ‘solo figura en la última página,
junto a las necrológicas, con referencias de nueve palabras’.
Temporalmente abandonamos a nuestras
protagonistas para ubicarnos en un lujoso restaurante donde se encuentra
el codiciado abogado que recibe una llamada para informarle que
'Go-to-Hell' Kitty Baxter (Lucy Liu), una adinerada mujer, ha asesinado a
su amante y dos mujeres tras sorprenderle con él en la cama. La atención
ya no recae en Roxie, hay una nueva estrella. Velma le dice ‘Ni el FBI
podrá encontrar tu nombre en los periódicos’, pero Hart no está dispuesta
a desaparecer del panorama mediático, por lo que finge desmayarse
sugiriendo que está embarazada, los focos vuelven a apuntarle. No será muy
complicado continuar con la mascarada.
En medio de todo esta farsa, tenemos al
marido de Roxie, Amos Hart (John C. Reilly), que como el resto de los
personajes también tiene su propio número musical: “Mister Cellophane”
donde podemos ver la función de este personaje que no se entera de nada de
lo que sucede a su alrededor, que es la ingenuidad en persona, utilizado
por Roxie para salir de la situación en la que se encuentra, y que como el
mismo canta ‘Todos pasan a mi lado y no ven que estoy ahí, soy como el
celofán’. Más claro el agua.
Discusión entre Roxie y su abogado, que
terminara con el despido de éste, para asistir seguidamente a la
ejecución de Catalina Helinski, La Húngara (Ekaterina Chtchelkanova), que
provocará que Hart vuelva a contratar a su abogado, tras reflexionar sobre
su incierto futuro. Su ejecución se presenta como un espectáculo de circo
con un público enardecido, la primera mujer ejecutada en muchísimos años,
claro que es extranjera, pero aún así un espectáculo que nadie debe
perderse. La secuencia no merece mayor comentario y además no está
incluida en el disco.
Llega la hora de la verdad, Roxie confiesa
estar asustada, Billy la tranquiliza (‘No lo estés, esto es como un circo
de tres pistas, así funciona el mundo’).Tras esta introducción aparece
“Razzle Dazzle” donde Richard Gere indica como debe comportase en el
juicio, con sus peculiares consejos incluidos (Deslúmbralos, engáñalos
bien...). Un divertido número donde el juicio se presenta como el circo
antes mentado con Richard Gere ejerciendo a modo de Jefe de Pista, con
‘varita mágica’ incluida y Roxie como principal atracción del espectáculo.
El juicio continua y aparece Velma con una
supuesta prueba, que posteriormente servirá para dejarla en libertad sin
cargos, a la vez que certificará el veredicto de inocencia para Roxie.
Comienza un divertido número de claqué a cargo de Richard Gere,
sintetizando en esa imagen, en ese baile tan peculiar, tan sonoro y tan
aparente, su función ante el estrado, su método de manipular al jurado,
sus equilibrios en el escenario, en definitiva su actuación ante la
justicia.
Esta pieza no viene en el CD, en su lugar
encontramos “Class” interpretada por Catherine Zeta-Jones y Queen Latifah,
que no he encontrado en la película por más que la he buscado. Varias
veces he pasado la película sin éxito. Tal vez, y esto es una mera
especulación, corresponda al momento (tal vez eliminado del montaje final)
anterior a la comparecencia de Velma, cuando Mama le entrega el diario de
Roxie como prueba que puede salvarla de la pena de muerte. Pero insisto
que esto es una simple especulación.
Todo el país sigue el proceso por la radio,
los periódicos, como he apuntado al principio, tienen listas dos
ediciones, una para cada posible veredicto, no hay tiempo que perder. Es
declarada inocente y tras el momento de conmoción inicial muy pronto vemos
la portada de un periódico pisada en el suelo. Otra mujer ha asesinado a
su amante y ya nadie muestra interés por Roxie, como le dice su abogado
‘Esto es Chicago, quieren carne fresca’. Roxie sigue sin entender por qué
no quieren fotografiarla. Ya es pasado, ya no interesa a nadie, aunque el
mañana la espera. Sólo su marido permanece a su lado, creyéndose incluso
que está embarazada y que volverán juntos a casa, pero entre sus proyectos
inmediatos no hay sitio para su marido y por supuesto no hay ningún bebé
de camino.
“Nowadays (Roxie)” es el número con que se
presenta a las pruebas como bailarina y cantante, pero nadie parece tener
interés en la antigua asesina. Casi ni la recuerdan, ya ni la escuchan.
Nada es eterno. Así continúa hasta que aparece Velma que le vuelve a
proponer formar un dúo artístico. Dos asesinas juntas en un esecenario
serían lo nunca visto, eso sí es novedad, eso si vendería, por separado
no, ya hay demasiadas, pero juntas volverán a llenar periódicos y
portadas. Roxie no está muy animada, entre otras cosas porque odia a
Velma, pero como le dice su nueva compañera ‘este es el único negocio
donde eso no es ningún problema’.
De nuevo en la cúspide de la fama, en un
teatro, no en club, Roxie y Velma se presentan su nuevo espectáculo con
“Nowadays/Hot Honey Rag Medley Title”. Alusiones a su condición de
asesinas, ritmos que han repetido a lo largo de toda la historia y un
nuevo éxito apoteósico en su nueva etapa profesional y artística... Y es
que en el fondo ‘todo es Jazz’. Allí esta la flor innata de Chicago
presenciando el nuevo espectáculo, el mundo mediático, su abogado Billy
que sonríe con plena satisfacción, Mama orgullosa de sus ‘creaciones’ y
centenares de espectadores que aplauden con entusiasmo manifiesto.
La película termina con los habituales
títulos de crédito, muy del estilo a la época en que se ambienta la trama,
y una nueva canción que han compuesto los creadores de CHICAGO para la
versión cinematográfica, una costumbre ya habitual en las adaptaciones
cinematográficas de musicales por otro lado. “I Move On” no aporta nada
nuevo, pero puede valer un Oscar y además resume lo que es CHICAGO
integrándose perfectamente en el conjunto y la estructura musical de la
obra.
En lo que se refiere a la película poco más.
Tan sólo reafirmar que ha sido un placer ver este film, este rompecabezas
que nos habla de la vida, de las apariencias, de los sueños, de las
ambiciones, del cinismo de una sociedad hipócrita donde solo cuentan las
apariencias y los intereses y donde ‘tanto tienes, tanto vales’. Ha sido
un placer, como digo, ver estas coreografías de Rob Marshall, la
sensacional fotografía que aporta su toque ‘mágico’ a cargo de Dion Beebe,
el montaje que mezcla con perfección sincrónica fantasía y realidad de la
mano de Martin Walsh. Y así podríamos seguir con la dirección artística,
vestuario y todo lo demás. Realmente delicioso.
Mención especial para el trío protagonista.
Ha sido una autentica sorpresa comprobar como Renée Zellweger, Catherine
Zeta-Jones y Richard Gere bordan sus papeles con unas interpretaciones
sobresalientes, casi perfectas, que en honor a la verdad nunca hubiese
imaginado. No me parecían actores adecuados para un musical de estas
características, pero los hechos han demostrado que la elección no podía
haber sido mejor. Lo mismo podríamos decir del resto de actores, sin duda
alguna un casting excepcional.
Ya fuera de la película les comento que el
CD se completa con dos temas de Danny Elfmann (“After Midnight” y “Roxie's
Suite”) autor de la banda sonora compuesta para la película, es decir de
la música incidental que no pertenecía al musical original. Elfmann aporta
una composición funcional, perfectamente integrada en el concepto sonoro
de CHICAGO hasta el punto que de no conocer su autoría, podría ser
achacable perfectamente a los compositores de la obra original. Pero no
entendamos esto como un demérito. Muy al contrario, en esta circunstancia,
es un hecho que debemos aplaudir y elogiar, es todo un acierto. La
película no requiere estilo personal, necesita armonía y homogeneidad, y
eso lo ha conseguido precisamente Elfmann. Aportar un toque personal ajeno
al conjunto habría sido un error nefasto.
Para terminar con lo que a la edición
discográfica se refiere, tan sólo apuntarles la existencia de una versión
‘hip-hop’ del tema “Cell Block Tango” (He Had It Comin) interpretado por
Queen Latifah, Lil' Kim uy Macy Gray, que por supuesto no figura en la
película; y “Love Is a Crime” interpretado Anastacia. Por suerte John
Kander y Fred Ebb (los autores) habían puesto como condición la
imposibilidad de incluir cualquier versión pop/hip-hop/rap en la película,
ni siquiera en los títulos de crédito. Un gran acierto sin ninguna duda
que debemos de aplaudir y destacar. Mantener el clasicismo del musical es
algo que desde el criterio de este comentarista resulta de todo punto
imprescindible.
Nada más en cuanto a CHICAGO como musical lo
dicho: una autentica maravilla, cine musical en estado puro, una autentica
delicia que más gusta cuanto más se ve. Desde finales del pasado año la he
visto ya cuatro veces, y cada día me gusta más. En lo referente a la
edición discográfica de Sony Music, tan sólo recomendársela a todos los
aficionados al cine y al musical, ninguna discoteca puede tener esta
carencia. Comparada con otras versiones del mismo musical mantiene
perfectamente el nivel. En resumen: CHICAGO es un placer del que nadie
debe privarse, cine y música para el deleite, cine y música para el placer
de los sentidos, cine y música en perfecta simbiosis en el género
cinematográfico por excelencia; en definitiva cine y música en estado
puro.
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