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LA GRAN PARTITA POR NACHTMUSIQUE
Por Ignacio
Deleyto Alcalá. Lee su
Curriculum.
La película Amadeus de Peter
Schaffer -basada en un guión teatral del propio autor- y dirigida por
Milos Forman proyectó la imagen de un Mozart frívolo, infantil y
caprichoso pero supo cuidar mucho la música, que se convirtió en uno de
los mejores avales de la cinta junto a una cuidada recreación de la Viena
de la época y sus gentes. A través de la banda sonora, perfectamente
acoplada a la imagen y al discurso narrativo y magníficamente
interpretada, mucha gente descubrió la belleza y el poder de la música de
Mozart [1]. El director se preocupó de no usar sus obras más trilladas e
incluyó una selección de interesantes fragmentos, poco familiares para el
gran público, pero que sirvieron para abrir el apetito musical al
espectador curioso.
En una de las escenas, el viejo Salieri
recuerda ante un sacerdote el impacto que le provocó el encuentro con la
música de Mozart. Como ejemplo musical, usa el inicio del "Adagio" de la
Gran Partita en Si bemol mayor. En la película, Salieri describe
así ese momento:
“Un comienzo simple, casi cómico. Un ritmo -a base de fagotes y cornos-
como el de un acordeón oxidado. Luego, de pronto, por encima, un oboe; una
sola nota, mantenida firme, hasta que un clarinete la recoge y la
convierte dulcemente en una frase maravillosa. ¡Esto no había sido
compuesto por un mono de feria! Era una música que yo nunca había oído,
teñida de tal anhelo, un anhelo irrealizable, que hizo estremecerme. Me
parecía estar escuchando la voz de Dios.”
La Gran Partita, compuesta para trece instrumentos, doce de viento
y contrabajo [2], es una de las obras más importantes del salzburgués y
junto a las dos Serenatas para vientos, K 375 y K 388 conforman un
tríptico imprescindible que todo aficionado debe conocer. Como ocurre con
casi todas las grandes obras, hay aún muchas interrogantes a su alrededor:
¿cuándo fue compuesta exactamente?, ¿por qué tal atípica instrumentación?,
etc. Varias teorías apuntan a 1784 como el año de composición y estreno,
otras a 1781 cuando Mozart se estableció en Viena. Esta última opción se
apoya fundamentalmente en el análisis de papel del manuscrito elaborado
por Tyson. Según los resultados de dicho análisis el papel usado se podría
fechar entre los años 1781 ó 1782. Sin embargo, dicha teoría es rebatible
ya que no podemos descartar que Mozart usara el papel más tarde. La
primera opción se basa en los documentos que hablan del estreno de una
obra para instrumentos de viento en un concierto a beneficio del
clarinetista Anton Stadler, en el Burgtheater de Viena, el 23 de marzo de
1784, donde se interpretó la obra aunque no completa. Esta teoría además
corrobora la opinión de que tanto el carácter general como lo ambicioso de
la pieza hacen pensar que fuera posterior a las otras dos serenatas de
viento K 375 y K 388, compuestas en 1781 y 1782 respectivamente.
El sobrenombre de “Gran Partitta” (sic) que aparece en el manuscrito fue,
según se cree, añadido posteriormente y no por Mozart aunque debemos
reconocer que sienta bien a la obra. Otro aspecto interesante es la
instrumentación elegida por Mozart. Normalmente para este tipo de
divertimentos y serenatas de viento, conocido en Alemania y Austria por el
nombre de Harmoniemusik, lo habitual era una disposición de entre
seis y ocho instrumentos; es decir, sexteto u octeto, este último formado
por dos oboes, dos clarinetes, dos trompas y dos fagotes. Sin embargo,
para esta obra Mozart aumentó los efectivos hasta el curioso número de
trece: dos oboes, dos clarinetes, dos cornos di bassetto, dos fagotes,
cuatro trompas (dos y dos, con distinta afinación) y para reforzar el
registro grave, un contrabajo. De este modo dotó a la obra de una
consistencia poco habitual y que unida a su larga duración (casi 50
minutos) la convierte en una composición peculiar, muy ambiciosa, y que no
puede ser calificada de música de entretenimiento como la mayoría de sus
divertimentos para viento de la época salzburguesa.
Una
breve mención ahora al corno di basetto (ver imagen). Este instrumento
pertenece a la familia del clarinete pero da un sonido más grave, oscuro y
más tupido. Tiene forma angulada, una sonoridad intermedia entre el
clarinete y el clarinete bajo y está afinado en Fa. Muy popular en aquella
época, Mozart lo utilizó en varias obras junto también al “clarinete di
bassetto”, otro instrumento de bello sonido para el que Mozart compuso una
de sus últimas obras maestras: el Concierto para clarinete y orquesta,
K 622 [3]. La colaboración de Mozart y el clarinetista, Anton Stadler
-relacionada con su vinculación a la masonería- traería una pléyade de
obras maestras que todavía hoy conforman lo mejor del repertorio para este
instrumento. El mencionado concierto, seguramente el más importante del
abundante repertorio para clarinete, es buena prueba de ello.
Existen buenas grabaciones en disco de la Gran Partita. Los
conjuntos ingleses han ocupado generalmente los primeros puestos en la
lista de recomendaciones. Por ejemplo, los London Wind Soloists de Jack
Brymer (Decca), la ASMF de Neville Marriner (Philips), la sección de
viento de la Philarmonia Orchestra de Otto Klemperer (EMI) y la English
Chamber Orchestra de Daniel Barenboim (EMI). Otras versiones dignas de
mención son la firmada por Karl Böhm con los solistas de la Filarmónica de
Berlín (DG), intensa, corpulenta y de sonoridad muy germana y la de la
Orpheus Chamber Orchestra (DG), de gran virtuosismo y musicalidad aunque
algo aséptica. Con instrumentos originales, son también varias las
opciones: Nikolaus Harnoncourt (Teldec), Frans Brüggen (Philips) y los
Amadeus Winds (Decca). Sin embargo, no podemos olvidar una de las
grabaciones pioneras que, a pesar de las inconsistencias por la antigua
edición utilizada, permanece en lo más alto de las listas [4]. Nos
referimos a la grabada en Viena a finales de 1947 por solistas de la
Filarmónica de Viena bajo la dirección de Wilhelm Furtwängler (EMI CDH
63818-2). A pesar de las dificultades políticas, sociales y técnicas
propias de la época (la orquesta había reanudado sus conciertos hacía tan
sólo dos años, en Octubre de 1945 y debido a los problemas de suministro
eléctrico las sesiones de grabación eran un calvario) los músicos
demuestran su altísimo nivel, su perfecta conjunción y nos entregan una
versión dulce, espiritual, compacta y musicalmente insuperada bajo el aura
de un Furtwängler que dirige con pulso firme, unidad y su particular
sentido del fraseo. El innominado oboísta da una lección de musicalidad a
todos sus colegas de versiones posteriores [5].
Ahora nos llega la versión del conjunto Nachtmusique, liderado por el
clarinetista y constructor de instrumentos Eric Hoeprich, que utiliza
instrumentos originales o fieles copias de originales y busca recuperar el
tipo de sonido que pudo haber conocido Mozart, muy diferente al de los
instrumentos modernos [6]. En general, oboes y clarinetes tienen un sonido
más delgado y oscuro, y tanto fagotes como trompas tiene un sonido rústico
y áspero, de gran atractivo.
En esta versión se presta una atención
escrupulosa a la partitura. También los músicos toman posición sobre las
indicaciones de tempo en la época de Mozart, que no se corresponden
exactamente con las actuales. Por ejemplo, Hoeprich interpreta el "Adagio"
a un tempo más rápido de lo que es habitual basándose en las indicaciones
de Leopold Mozart que especifica que un "Largo" es más lento que un
"Adagio". Afortunadamente, la música mantiene intacta su hondura. En el
"Molto allegro" inicial opta por un tempo cómodo, lejos del habitual
carácter ligero. Como consecuencia, el movimiento se tiñe de un aire de
sosiego pero, por contra, se pierde la gracia y efervescencia en las
frases de clarinetes y fagotes. Por lo general, Hoeprich envuelve a la
obra en una aureola de serenidad, de refinamiento sonoro, de suavidad y
calidez, aunque a veces la despoje de los contrastes de otras versiones.
Nada en la obra tiene desperdicio pero hay cuatro movimientos
particularmente interesantes: el "Allegro" inicial, el ya mencionado
"Adagio", el impresionante "Tema con variaciones" y el "Finale" [7].
Hoeprich quizás no acierte en su versión del "Allegro" que queda un tanto
descolorida, hace un "Adagio" de gran serenidad aunque sin el aliento
espiritual de otras y nos da unas variaciones bien contrastadas, galantes
en los movimientos rápidos y plácidas en los lentos, donde se resalta bien
el colorido de las diferentes voces. Por suerte, el movimiento final es
enérgico y con empuje. Los instrumentistas de varias nacionalidades,
algunos españoles (ver ficha más abajo), demuestran aquí su virtuosismo y
ponen punto final a una versión que no decepcionará aunque por momentos
nos suene a poco.
El disco se completa con excelentes versiones de otras obras menores de
Mozart para el corno di bassetto, no siempre fáciles de encontrar en
disco, que nos permite disfrutar de la calidez y especial color de este
instrumento en diferentes combinaciones. Sensacional la versión del
Adagio K 411, para dos clarinetes y tres cornos di basetto, una
pequeña obra maestra. Excelentes y extensas notas a cargo del propio Eric
Hoeprich y una presentación de nivel como acostumbra el sello español
Glossa.
Notas:
[1] Para la banda sonora se buscó a un reputado director mozartiano,
Neville Marriner que con su orquesta, la Academy of St
Martins-in-the-fields grabaron los fragmentos musicales especialmente para
la película. El inglés puso como condición que no se cambiara ni una sola
nota escrita por Mozart, lo cual fue respetado, aunque durante el
concierto de la Gran Partita, cuando el indisciplinado Mozart entra
tarde a dirigir su música, se una el comienzo del Adagio con el final de
la obra.
[2] Mozart pide específicamente un instrumento de cuerda aunque durante
mucho tiempo se utilizara un contrafagot como el instrumento de viento nº
13. De ahí, el nombre de Serenata para trece instrumentos de viento que,
como se ve, no es correcto. En la mayoría de las versiones modernas se
opta por el contrabajo a pesar de lo que digan algunas guías. Un momento
donde se puede apreciar claramente el papel de este instrumento es en el
Trio del primer "Minueto" donde lo escuchamos en un bello pizzicato. La de
Furtwängler (1947) es la única de las varias que hemos manejado con
contrafagot en lugar de contrabajo.
[3] Hoeprich y Brüggen han grabado para Glossa este concierto que ha sido
comentado recientemente en estas páginas. Véase Filomúsica, Enero 2003.
[4] Debido a la edición utilizada incluye errores que no fueron corregidos
hasta la publicación de la Neue Mozart Ausgabe en 1979.
[5] Aunque los créditos del disco no
facilita nombres, es más que probable que el oboe fuera Hans Kamesch,
primer oboe en la Filármonica de Viena por aquellos años. A su lado
estarían músicos de la talla de Leopold Wlach (clarinete), Karl Öhlberger
(fagot), Gottfried von Freiberg (trompa), y Alfred Boskovsky (corno di
bassetto), primeros atriles de la orquesta tras la guerra y todos ellos,
menos Boskovsky, miembros por entonces -junto al flauta, Hans Reznicek- de
la Bläservereinigung der Wiener Philharmoniker.
[6] El conjunto toma su nombre de la Serenata para vientos en Do menor
K 388, conocida también por “Nacht musique”. Según Roger Hellyer, la
asociación del término con esta obra puede ser errónea. Mozart lo usa dos
veces: primero en 1781 para referirse a la versión para sexteto de la K
375 y otra vez, al año siguiente, para referirse a la posterior versión
aumentada para octeto. De lo que se colige que el sobrenombre de
"Nachtmusique" debiera corresponder a la primera de las serenatas. (Citado
en “Harmoniemusik and other works for multiple wind instruments”, pp 284 y
286. The Mozart Compendium. H.C. Robbins Landon, Ed. London, 1990).
[7] Este movimiento es prácticamente idéntico al segundo del Cuarteto
para flauta, K. Anh. 171. Durante algún tiempo se dudaba si Mozart era
el autor de ambas y también cuál había sido compuesta en primer lugar. Hoy
se cree que la versión para flauta es un arreglo anónimo de la Serenata,
encargada por Bossler que publicó el cuarteto en 1788. (Roger Hellyer,
1999).
REFERENCIAS:
MOZART, W. A. : Serenata en Si bemol
mayor, “Gran Partita”, KV 361, Allegro assai, KV 484b,
Adagio, KV 411, Adagio, KV 580a, Adagio, KV 410, Dúos
10, 7, 11 & 12, KV 487. Nachtmusique: Michael Nieseman, oboe. Piet
Dhont, oboe. Eric Hoeprich, clarinete, corno di bassetto y dirección. Toni
Salar Verdu, clarinete y corno di bassetto. Carles Riera, corno di
bassetto. Albert Gumí, corno di bassetto. Jane Gower, fagot. Javier Zafra,
fagot. Teunis van der Zwart, trompa. Helen MacDougall, trompa. Erwin
Wieringa, trompa. Bolko Kloosterman, trompa. David Sinclair, contrabajo.
GLOSSA GCD 920605.
Distribuidor en España: DIVERDI
Página web:
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e-mail:
diverdi@diverdi.com
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