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PINTAR LA MÚSICAPor Cristina Isabel Gallego García (curriculum) y Mª del Mar Gallego García.
La expresión plástica es básica en el currículum de Educación Infantil ya que respeta un sistema legítimo y espontáneo de representación y un medio de expresión, cuya estructura coincide con el desarrollo psicológico del niño. Ésta favorece la independencia y la búsqueda de respuestas propias, proporciona al sentimiento un vehículo adecuado para transmitirse, posibilita la formación de conceptos perceptivos a través de experiencias sensoriales, encauza los aspectos socio – culturales a través de la recreación artística, permite al educador la posibilidad de un mejor conocimiento de los niños...
El infante va pasando por diferentes etapas en la expresión plástica: expansión cinestésica no controlada, control visomotriz, celular o constructiva, realismo conceptual, realismo analítico... Si todas ellas las trabajamos con la música, su potencial expresivo se verá favorecido y su desarrollo será más completo.
Los niños de dos o tres años se expresan a través de garabatos desordenados e incontrolados, y poco a poco van tomando conciencia de la relación que existe entre su mano y sus grafismos. Si cuando están realizando estos garabatos les hacemos oír una música apropiada y les pedimos que realicen movimientos amplios con sus brazos, les ayudaremos a crear movimientos más flexibles. El ritmo aporta orden, equilibrio, flexibilidad, relajación... que contribuye a la preparación del grafismo y del dibujo.
Es positivo que el niño vivencie las pulsaciones para después representarlas gráficamente. Con ejercicios de ritmo estructurados progresivamente, prepararemos la motricidad fina, la coordinación visomotriz y psicomotriz, que llevará a cabo aprendizajes de lecto-escritura en condiciones más ventajosas.
La expresión plástica se enriquece al trabajarla con la música. Los niños pueden utilizar diversas técnicas básicas del dibujo, pintura, modelado para representar lo que les sugiere una canción, iniciarse en la representación mediante el dibujo figurativo de imágenes, objetos, observados o imaginados, situaciones y experiencias de su vida cotidiana, representar de modo gráfico-pictórico secuencias de una historia que transmita una canción, expresar las vivencias, emociones, sentimientos, deseos que una bonita melodía les suscite...
El niño comunica con sus representaciones, ya que éstas no son sólo imaginarias, sino signos y esquemas concretos y observables a los que él trata de otorgar un significado que pueda ser comprendido. Desde el momento en que da forma y transmite su mensaje íntimo se está dirigiendo a alguien; esto hace del lenguaje plástico una actividad social.
Al “pintar la música” fomentamos en el niño el gusto hacia este arte, se aboga a su creatividad al recurrir al dibujo para expresar lo percibido. El conocimiento que muestran sus creaciones plásticas, conforman una parte de sus percepciones acerca de su realidad más inmediata, al tiempo que están matizadas por el componente emocional.
Según Martínez, L. y Gutiérrez, R (Las artes plásticas y su función en la escuela. Aljibe. Málaga. 1998) el arte infantil aparece cuando se dan una serie de circunstancias naturales y sociales que afectan a los niños en el curso de su desarrollo. La música favorece la aparición de todas ellas. Éstas son: la comunicación (las artes gozan de un gran reconocimiento cuando se trata de resaltar su carácter intuitivo, cualitativo, expresivo y particular; son un camino para la transmisión de emociones), la tendencia lúdica (el arte infantil tiende a identificarse como una forma de juego sobre todo en las primeras etapas de desarrollo), la necesidad de integrarse (las manifestaciones artísticas son, como dice Read, el esfuerzo de la humanidad para lograr una integración con las formas básicas del universo y con los ritmos orgánicos de la vida)...
Los dibujos nos acercan a la personalidad de los niños desde el momento que se realizan de manera espontánea. Si después de escuchar una audición relacionan sus pensamientos, sentimientos y percepciones en un dibujo, este hecho tiene un efecto integrador sobre su personalidad ya que con la actividad artística favorecemos el crecimiento de tres parcelas importantes del desarrollo global: cognitiva, afectiva y perceptiva. Cuando realizan estas producciones, su expresión coincide con su nivel de desarrollo y expectativas, se implican afectivamente, desarrollan un pensamiento independiente y un universo simbólico personal...
También el conocimiento del código que utiliza la música es imprescindible para la comprensión, el análisis y la elaboración de mensajes musicales. Existen distintas formas para representar gráficamente los sonidos que se perciben y cada una de ellas proporciona informaciones sobre las características del sonido concreto y su interpretación.
El alumnado de Educación Infantil puede descubrir distintas formas de representación mediante grafías no convencionales. Jugando a través de determinados grafismos, dibujos, gestos... se pueden iniciar en la lecto-escritura rítmica. Si empiezan desde pequeños, con el paso del tiempo sentirán la necesidad de utilizar un código más general, con un considerable nivel de profundización, que ofrezca una mayor comprensión de los sonidos representados y los mensajes elaborados. Durante un determinado período de tiempo el alumnado trabajará casi simultáneamente con códigos no convencionales y convencionales. El paso de unos a otros será gradual y progresivo, entendiéndose como una necesidad clave para el desarrollo de mejor comunicación musical.
Como dice Eisner “las artes (la literatura, las artes visuales, la música, la danza, el teatro...) son los medios más poderosos que dispone nuestra cultura para dar intensidad a las particularidades de la vida”. Nuestro alumnado deberá estar dotado de recursos, habilidades y conocimientos para entender este universo de mensajes gráficos, plásticos, visuales, auditivos que les rodea; frente al cuál puedan establecer criterios estéticos y disponer una actitud crítico selectiva.
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