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BARENBOIM CULMINA SU CICLO WAGNER
Por
Angel Riego
Cue. Lee su
Curriculum.
Con el
Holandés Errante que ahora publica Teldec, Daniel Barenboim ha
concluido su grabación de las diez obras escénicas importantes de Wagner,
algo que solamente Solti había conseguido antes que él. Un ciclo grabado
en un corto espacio de tiempo (desde 1989 que comenzó a grabarse el
Parsifal) y con resultados irregulares, que iban desde el excelente
de Tristán hasta otros más flojos como por ejemplo su
Lohengrin.
Para este Holandés había cierta expectación, ya que se trata de
una de las obras de Wagner que Barenboim más ha dirigido en teatros desde
hacía más tiempo, y los testimonios recogidos indicaban que era, junto a
Tristán, la que mejor entendía. Sin embargo, en parte tal vez por
la premura de la grabación (que se hizo en la misma época que el
Tannhäuser comentado el pasado mes de mayo en Filomúsica, es decir
mayo-junio de 2001) o en parte por un reparto "manifiestamente mejorable",
el caso es que nos parece que Barenboim no ha dado en esta obra todo lo
que podía dar.
Comenzando por la dirección, donde el apasionamiento del director
español-argentino-israelí se puede percibir en los frecuentes "mugidos"
que emite, cual si se tratara de una grabación en vivo (que no lo es), ya
la Obertura, realmente rutilante, y la primera escena, con una orquesta de
enorme dinámica mostrando el oleaje del mar o un coro que expresa la
rudeza de los marineros, hacen esperar lo mejor de esta versión (el único
punto de extrañeza es un "empalme" al final de la Obertura, debido a la
mezcla de dos versiones distintas de la partitura, que da la impresión de
que faltara alguna nota). Sin embargo, la ilusión termina cuando llegamos
al primer diálogo del Holandés con Daland, que difícilmente podrá ser más
aburrido, parece que si lo tocan y lo cantan es "porque es obligatorio",
porque está ahí en la partitura (y los cantantes, poco motivados, no
ayudan para elevar la nota).
El resto de la versión se mueve entre esos dos extremos de calidad. Hay
momentos en que la dirección está a buena altura: en general en los que
recuerdan el mar (Balada de Senta, Coro de Marineros) o evocan lo
sobrenatural (La escena de los espectros, con un estruendo "de mil
demonios" que ha sido precedido por una acumulación "ominosa" de la
tensión, recurso en el que Barenboim es especialista). Sin embargo,
admitiendo la correción de todas estas escenas, difícilmente provocarán en
el oyente un entusiasmo como sí provocaban la Obertura o el coro inicial.
Por otra parte, los dúos de amor Senta-Erik o Senta-Holandés están
dirigidos con gran delicadeza, aun con el peligro de caer en el estatismo,
y en el Coro de las Hilanderas y toda la escena con Mary se observa cierta
falta de "chispa", suena todo demasiado serio y envarado. Con todo, no
deben interpretarse estos reparos como que la dirección sea mala,
solamente desmerece si se la compara con las más grandes (entre los
"históricos" Knappertsbusch o Krauss, entre las grabaciones en estéreo
Klemperer o Solti, aunque esta última está lastrada por un mediocre
reparto). Ahora bien, si contamos solamente grabaciones digitales, el
Holandés de Barenboim bien podría quedar como el mejor dirigido.
Si este Holandés tuviera un reparto a la altura de la dirección
podría convertirse, al menos, en la gran versión digital de la obra, y
aquí es donde menos convence esta grabación de Teldec. Comenzando por su
protagonista, Falk Struckmann, que nos sorprende dando el salto a papeles
de barítono-bajo, no puede decirse que tenga problemas vocales (quizá haya
tenido una cierta ayuda del micrófono, como en general el resto del
reparto), pero tampoco logra convencernos de que es un alma torturada, que
vive una tragedia; su canto muchas veces parece casi indiferente. Ahora
que, si de indiferencia hablamos, la palma se la lleva Jane Eaglen que
vuelve a ser (como en Tannhäuser) lo peor del reparto, aunando
dureza expresiva con una voz desagradablemente "tremolante"; ni rastro de
la feminidad que se supone a Senta. El que cante la Balada en la tonalidad
original poco importa, ya que ni transportada podría con ella.
Del resto, el nivel sube con el Daland de Holl, voz gastada pero aún
aceptable y con indudable estilo wagneriano, y sobre todo con el Erik de
Seiffert, el mejor del reparto, y que consigue superar aquí su buen
trabajo en la grabación dirigida por Pinchas Steinberg para Naxos. De los
tenores líricos wagnerianos actuales, tan sólo Ben Heppner puede superar
sus resultados, aunque la grabación de este último (con resto del reparto
simplemente correcto y aburrida dirección de Levine) interese casi
exclusivamente por él. La veterana Felicity Palmer no destaca como Mary,
aunque puede ser un aliciente el encontrarla aquí, y en cuanto a Rolando
Villazón, procedente de fuera del área "alemana", parece que Barenboim
hubiera querido "premiar" al tenor con el que actualmente trabaja en la
Staatsoper dándole un papel aparentemente "poco comprometido" como el del
Timonel; los resultados están a la vista, cualquier grabación moderna del
Holandés tiene un Timonel mucho mejor.
En resumen, hasta ahora de las grabaciones digitales del Holandés
lo más interesante era el reparto de la de Sinopoli (casi ideal para estos
tiempos, reconociendo el deterioro de la voz del Holandés de Weikl, que
debió grabarlo años atrás, y sólo exceptuando el plano Erik de Domingo),
con una dirección del veneciano ciertamente floja, aunque al menos no
aburre, y la mencionada de Steinberg (muy digna sin llegar a entusiasmar,
siendo su mayor problema el Holandés discretillo de voz de Alfred Muff,
pero sin otros fallos graves). La presente de Barenboim no las destrona,
aunque puede convertirse en la tercera en discordia: la dirección es mejor
que las dos mencionadas, pero en el reparto todos los cantantes de la
grabación de Sinopoli -con la única excepción de Domingo- son muy
superiores a los de Barenboim, y hasta la modesta producción de Steinberg
puede presentar una Senta y un Timonel mucho mejores (Haubold y Hering).
Por todo ello, quizá Barenboim pueda superar en un futuro los resultados
de este Holandés en su nueva etapa en EMI, sello en el que ha
desembarcado después de abandonar Teldec.
REFERENCIAS:
WAGNER: El Holandés Errante
Jane Eaglen (Senta), Falk Struckmann (Holandés), Peter Seiffert (Erik),
Robert Holl (Daland), Felicity Palmer (Mary), Rolando Villazón (Timonel).
Coro y Orquesta de la Ópera Estatal de Berlín. Dir. del coro: Eberhard
Friedrich, Director: Daniel Barenboim
Teldec 8573-88063-2 (2 CDs)
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