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¡POR LOS PELOS! Por Antonio
Pérez Vázquez. Lee su curriculum. Sábado por la maZana, por fin se ha podido dormir un día en condiciones. Enciendo el ordenador y recojo el correo. Hacer un par de días que no puedo ni tocar el ordenador y la correspondencia atrasada es abundante. Entre los mensajes atrasados hay uno que destaca: es del redactor jefe de filomusica. Por primera vez me había pillado el toro, bueno, más que pillar me había corneado y arrastrado por toda la plaza. No tenía listo el artículo del mes y lo que es peor, ni siquiera tenía pensado el tema. Se encendieron todas las luces de alarma, la situación era desesperada. Rápidamente comencé a pensar en temas que pudiera tratar. ¿Una biografía? No, no tenía tiempo suficiente para documentarme y que saliera algo decente. ¿La música que sale de la casa de los vecinos? Tampoco vale, ese tema ya lo usé en un artículo anterior. Últimamente no me habían pasado cosas interesantes relacionadas con la música, por lo tanto el tema autobiográfico también estaba agotado. ¡Ya está! -pensé- Puedo hablar de mi colección de discos de música clásica. Pero después de hacer el recuentro y descubrir que sólo tengo uno me quitó las ganas de seguir con el proyecto. Por lo menos el intento me sirvió para encontrar el disco en cuestión porque, además de escasa, estaba en paradero desconocido. Después de llegar a la conclusión de que había hablado de muchas cosas en mis anteriores artículos (que para mi sorpresa son unos cuantos) y que debo ampliar mi despensa de música clásica (el solitario CD me pide que le consiga amiguitos para que pueda jugar con ellos) descubrí que el tiempo estaba pasando y que aún no había encontrado tema para escribir. He de confesar que hubo un momento en el que estuve a punto de tirar la toalla. Pero fue en ese momento cuando pensé en todos mis fieles lectores, tenía que seguir adelante por ellos, no podía permitir que entrasen en filomusica.com y no encontraran el artículo del apócrifo que con tantas ganas buscan cada mes. Tenía que seguir adelante por ellos. Y así lo hice. Me senté delante del ordenador con la firme decisión de no levantarme hasta que el artículo no estuviera listo y enviado al redactor. Era mi deber y estaba dispuesto a cumplir con él. Finalmente, encontré una revista vieja que tenía un artículo bastante interesante y con el que podría sacar material e inspiración para escribir. Pero cuál no fue mi sorpresa que, cuando iba a comenzar con el boceto me dí cuenta que ya no me quedaba espacio para poder escribir. Lo había empleado todo en contarles todas mis peripecias hasta llegar a ese punto. Sin quererlo, he matado a dos pájaros de un tiro. Por un lado ya tengo listo el artículo para mandárselo al redactor y por otro lado tengo material para escribir el artículo del mes que viene, que por cierto me voy a poner a escribirlo ahora mismo porque no quiero que me vuelva a pasar como este mes. Ahora que caigo, no sé si he empleado esta misma fórmula de artículo en alguna otra ocasión, aunque creo que no (¿debería estar escribiendo esto?). En todo caso estoy seguro que ustedes, queridos y apreciados lectores de la sección del apócrifo, sabrán perdonarme y comprenderme. Hasta el mes que viene.
P.D. Casi se me olvida, este artículo esta dedicado a Laura CG. ¡Feliz cumpleaZos Laura! Animo y salud para seguir adelante.
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