|   | EL VIAJE DE CHIHIRO - Joe Hisaishi 
      Por Joaquín R. Fernández.
 
       
   Hablábamos en una anterior edición de Filomúsica de la 
      hermosísima partitura que Joe Hisaishi había compuesto para "La Princesa 
      Mononoke". Ahora, la salida en formato doméstico de "El Viaje de Chihiro" 
      (DVD y VHS) es una buena oportunidad para fijarnos en otra de las mejores 
      bandas sonoras de este autor, no por casualidad realizada también para 
      Hayao Miyazaki, cineasta japonés que recientemente recibió un Oscar por 
      dicha pelícua. "El Viaje de Chihiro" es la última maravilla que nos brinda 
      un artista que, lejos de haberse acomodado en lo más alto, continúa 
      ofreciéndonos toda una gama de deliciosas y apasionadas composiciones. 
 Ya desde el primer corte del compacto, «One Summer's Day», el autor de "La 
      Princesa Mononoke" consigue introducirnos en el intimismo de la historia, 
      siendo sus notas las que guían a Chihiro en su particular viaje hacia la 
      madurez. Combinada con la fuerza de las imágenes de Miyazaki, su música 
      provoca que una marejada de sentimientos inunde nuestros ojos, dándonos a 
      entender precisamente que no nos encontramos ante una partitura 
      convencional. La forma en la que Hisaishi se adapta a lo que sucede en 
      pantalla es encomiable, variando sus melodías en consonancia con la 
      narración (tal y como sucede, por ejemplo, cuando el padre de Chihiro 
      acelera su coche por la estrecha carretera que en principio ha de 
      conducirles a su nuevo hogar).
 
 Este recogimiento continúa en gran parte de la banda sonora, destacando 
      especialmente la pista diez, «Day of the River», una preciosa 
      interpretación vocal y sin letra del tema central de la partitura. Un 
      delicioso piano transmite la melancolía del momento, dando paso también a 
      una leve esperanza, la misma que Chihiro debe mantener si desea volver a 
      reunirse con sus padres. Mas si tuviera que resaltar un solo tema de toda 
      la partitura, no hay duda de que ése sería «Sixth Station», prodigiosa 
      descripción del viaje que Chihiro emprende en tren y que le permitirá 
      descubrir nuevos paisajes del asombroso mundo en el que se halla atrapada. 
      La fusión entre música y sueños visuales, pues tal es el calificativo de 
      la poesía que aquí nos ofrece el director, es perfecta, adueñándose del 
      espectador una incomprensible y a la vez deseada pena. «House at Swamp 
      Bottom» se desarrolla a través de notas frágiles y discretas, una hermosa 
      pieza que sirve para presentar a la hermana de Yubaba. La alegre 
      emotividad de los fragmentos finales de la película se puede escuchar en 
      «Reprise» y «Return», un espléndido colofón para tan hermosa obra.
 
 Además, la grandiosidad de "El Viaje de Chihiro" se percibe en pasajes tan 
      sorprendentes como «Dragon Boy», mientras que «Procession of the Spirits» 
      es la peculiar y en ocasiones impactante presentación de los espíritus que 
      llegan a la casa de baños. Los elementos sinfónicos recubren con su 
      energía las divertidas imágenes de Miyazaki, puntuadas con un simpático 
      coro de voces femeninas que incrementan la mágica atmósfera que pretende 
      recrear el compositor. También determinados pasajes de acción se asoman en 
      el mayoritariamente contemplativo metraje del filme, momentos para los que 
      «Sen's Courage», «Bottomless Pit» y «Kaonashi -No Face-» se convierten en 
      indispensables guardaespaldas de las ilustraciones del director.
 
 El misterio también se apodera de algunos fragmentos de la partitura, algo 
      que precisamente se puede comprobar en los primeros minutos de la 
      película. Así, «Empty Restaurant» describe el solitario caminar de la 
      protagonista por el abandonado parque de atracciones, mientras que 
      «Nighttime Coming» acompaña a Chihiro en sus temerosas miradas hacia la 
      oscuridad, momento en el cual un mundo nuevo parece despertar ante ella. 
      «Yubaba», acertado corte que nos conduce ante el personaje más repulsivo 
      de la historia, combina lo épico con lo inquietante, resaltando así la 
      pompa de la casa de baños y confrontándola con la personalidad de su 
      regidora.
 
 Finalmente, cabe hablar también de puntuales pasajes cómicos, notas 
      juguetonas que sin embargo engarzan a la perfección con el drama que 
      esconde la historia, pues, como se encarga de recordarnos continuamente 
      Hisaishi, el destino de la protagonista no depende sólo de ella, sino de 
      la buena voluntad de terceras personas («It's Hard Work»). Esta curiosa 
      paradoja también se puede observar cuando el espíritu apestoso se adentra 
      en la casa de baños («Sink Spirit»), sin duda uno de los momentos más 
      hilarantes de la cinta.
 
 El último corte del compacto es una acertada canción de Youmi Kimura, 
      «Always With Me», y se puede escuchar en los títulos de crédito finales de 
      "El Viaje de Chihiro". Es la culminación de una bella y excelsa banda 
      sonora que eleva aún más el especial candor que Miyazaki ha sabido 
      insuflarle a su obra. Mágica y peculiar, la música de Hisaishi deleitará 
      al oyente sensible, transformándose en verdaderas gotas de vida para 
      aquellos que en verdad sepan apreciar el placer de la contemplación.
 
 
 
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