|   | FURTWÄNGLER RECUPERADO POR LA DG
 Por 
      Angel Riego 
      Cue. Lee su 
      
      Curriculum.           
       Una nueva edición 
      de grabaciones de Wilhelm Furtwängler siempre es todo un 
      acontecimiento, y más cuando incluye grabaciones nunca antes editadas en 
      el mercado español (al menos oficialmente) o que llevaban mucho tiempo 
      inencontrables. El lanzamiento pertenece a una nueva colección destinada 
      por DG a reeditar grabaciones históricas, llamada "Original Masters" 
      (título poco original, pues une los nombres de otras dos series de su 
      catálogo), y que en este primer lanzamiento incluye cajas dedicadas a 
      Jochum, Kempff o Hotter.
 El álbum que ahora nos presenta DG es un amplio recorrido por el 
      repertorio de quien muchos consideramos como el más grande director de 
      orquesta de todos los tiempos, al menos en el repertorio alemán, y 
      contiene interpretaciones siempre de gran interés, sin necesidad de que 
      sean siempre "la mejor" (un título que, de disputarse, sería 
      frecuentemente contra otras grabaciones del propio director). Los únicos 
      reparos que se podrían encontrar a esta caja no serían de tipo 
      interpretativo, pues ahí nunca hay decepción, ni de las fechas de las 
      tomas de sonido (algo a lo que el aficionado a los intérpretes históricos 
      está ya más que acostumbrado, y que en todo caso aquí se han reprocesado 
      para sonar lo mejor posible) sino únicamente que el aficiondo repita 
      grabaciones que ya tuviera.
 
 En ese sentido, una parte del álbum comentado repite lanzamientos aún 
      relativamente recientes de la DG, otra parte recupera grabaciones editadas 
      hace mucho tiempo pero actualmente inencontrables, y un tercio del mismo 
      (2 CD's) es novedad absoluta. Haremos el recorrido por su contenido por 
      orden de menos a más novedad, y en primer lugar diremos que no se repite 
      nada con las dos cajas que aparecieron el año 2001 en la serie 
      "Collectors" con el título de "Grabaciones 1942-44". Hay alguna obra en 
      común (la 7ª de Beethoven, el Don Juan de Strauss) pero 
      siempre son tomas de años distintos. Tampoco se repite el contenido con 
      nada de lo publicado en la serie "The Originals".
 
 
 El lanzamiento más reciente que se repite en este álbum es la Sinfonía 
      nº 8 de Bruckner de octubre de 1944, que fue publicada hace unos años 
      en la serie "Double" de la DG francesa, en un estuche de 2 CD's junto a la
      Cuarta, y que quizás aún se encuentre por las tiendas. Puede que 
      sea la grabación que más aficionados repetirán si compran este álbum, lo 
      que no es suficiente razón para prescindir del resto de lo que este 
      ofrece. En cuanto a la interpretación en sí, posiblemente sea el mayor 
      logro de Furtwängler en la música de Bruckner, por encima incluso de su 
      famosísima Novena berlinesa, anterior a esta Octava en 
      diez días. Una interpretación con la máxima tensión, propia de tiempos de 
      guerra, volcánica desde su comienzo, nunca hay retórica, nunca suena 
      "catedralicia" (con lo que puede apartarse del espíritu de la obra, tal 
      como se la entiende habitualmente), el tempo es muy rápido (el 2º mov. es 
      realmente vertiginoso), el Adagio es lo más intenso que se pueda imaginar, 
      el Finale es desbocado (una auténtica "galopada")... en fin, una de las 
      versiones de referencia de la Octava de Bruckner, o quizás "la" 
      referencia.
 
 
 Continúa nuestro recorrido por la Sinfonía "Incompleta" de 
      Schubert (de un concierto de febrero de 1952) que hasta hace poco aparecía 
      en los catálogos en un disco de la serie "Dokumente" al lado de la 
      Tercera de Brahms, y por otro disco que publicó la DG en 1992 con 
      motivo del 150 aniversario de la Filarmónica de Viena, que comprendía la
      Sinfonía nº 2 de Brahms del último concierto que dio Furtwängler 
      bajo el Tercer Reich (Viena, 28 de enero de 1945), junto a una 
      Obertura Leonora III de Beethoven de junio de 1944 y una "Gran 
      Fuga" en transcripción orquestal, de 1954. Esta última obra y la 
      Tercera Sinfonía de Brahms se han perdido en este álbum, que recoge 
      el resto de lo contenido en aquellos discos.
 
 La Obertura Leonora III nos da una muestra de lo que eran las 
      interpretaciones de Furtwängler en la época de guerra: nerviosa, llena de 
      amargura, no hay lugar para el júbilo con el final que se supone que 
      representa la liberación de Florestán. Una interpretación que muy 
      difícilmente podríamos tomar como modelo de referencia, pero que como 
      "experimento" sí tiene un enorme interés.
 
 Sin embargo, de la Segunda de Brahms, admitiendo que se nota la 
      tensión reinante en la sala aquel día, lo que más llama la atención no es 
      que contenga pasajes crispados, con "rabia", como era de esperar en una 
      grabación de esa época (con el ejército ruso a las puertas de Viena) sino 
      bien al contrario, lo que más abunda son los momentos de "éxtasis", donde 
      el tempo se alarga hasta el infinito, parece que el tiempo se hubiera 
      detenido y que el oyente accediera a un Paraíso que en muy contadas 
      ocasiones proporciona la música, y que le sirve para evadirse de una 
      realidad demasiado horrible. Eso sí, el brutal comienzo del 4º movimiento 
      nos devuelve a la realidad, aunque en la sección central de este mismo 
      movimiento aún vuelve lo "paradisíaco". Una versión cuya escucha es toda 
      una experiencia emocional, y que será sin duda menos ortodoxa, pero 
      también más genial, que la grabación de Furtwängler de 1948, incluida en 
      su ciclo Brahms publicado por EMI. Hay que decir que ese recurso al 
      "suspender el tiempo" sería luego abundantemente utilizado por 
      Celibidache, aunque sus resultados no siempre estuvieron a una altura 
      comparable a la de su modelo.
 
 La "Incompleta" por Furtwängler, de 1952 es otro de los casos en 
      los que, con los reparos lógicos que tiene elegir una interpretación como 
      "la mejor", podría tomarse como "la" referencia para esta obra. Aquí está 
      expresado de manera insuperable el peculiar universo de Schubert, donde se 
      dan la mano la dulzura más extrema con la tragedia más descarnada, pocos 
      directores habrán sabido juntar tal belleza en el fraseo de la cuerda con 
      unos "tutti" tan amenazantes, tan ominosos (a veces se considera a 
      Barenboim el "sucesor espiritual" de Furtwängler, destacándose que su 
      especialidad también es expresar atmósferas "ominosas", de negros 
      presagios; sin embargo, ya quisiera el maestro argentino-israelí-español 
      llegar a hacer algo del nivel de esta "Incompleta"). Como versión 
      de referencia se cita a veces otra grabación de Furtwängler, la que hizo 
      en estudio para EMI en 1948, pero hay razones para preferir esta en vivo 
      de DG, pues la música fluye con más libertad que en la de EMI (en todo 
      caso también extraordinaria), debido posiblemente a las condiciones de 
      registro en estudio de la época, que no permitían grabar durante más de 6 
      minutos sin interrupción.
 
 
 
 Otro grupo de grabaciones llevaban mucho tiempo descatalogadas, y habían 
      aparecido en los años 80 a precio alto en una serie cuyas portadas eran 
      dibujos en color del rostro del director sobre fondo blanco; más tarde se 
      incorporarían a la serie media "Dokumente" manteniendo la misma portada. 
      De aquel grupo tenemos la Sinfonía nº 7 de Beethoven de abril de 
      1953, pero sin su acoplamiento de entonces, la Octava 
      beethoveniana tocada el mismo día; harto discutible esto de romper unos 
      acoplamientos tan lógicos, que supone el mayor reparo que se le puede 
      poner a este álbum y que nos hace pensar que la DG espera para sacar una 
      "segunda parte" de todo este material. Y con más razón cuando también 
      aparecen las Variaciones sobre un tema de Haydn de Brahms que 
      originalmente venían con la Primera Sinfonía del mismo autor, que 
      aquí también se ha perdido. El disco con Preludios y Oberturas de Wagner, 
      al menos, aparece en su integridad. También aparece la Obertura 
      Manfred de Schumann que venía originalmente junto a su Cuarta 
      Sinfonía y a la 88 de Haydn, y que se había perdido al 
      reeditarse ambas sinfonías en la serie "The Originals"; sólo podría 
      pedirse que también se hubiera recuperado la Obertura de "Rosamunda" 
      de Schubert, que completaba el disco con la Novena Sinfonía de 
      este autor, y que también se ha perdido al reeditarse la sinfonía en "The 
      Originals". El lanzamiento de DG de los 80, además de todos los discos 
      mencionados, incluía la Cuarta de Bruckner de Stuttgart-1951.
 
 
 De las cuatro Séptimas de Beethoven importantes que se han 
      conservado de Furtwängler (de los años 43, 50, 53 y 54) las preferidas de 
      la crítica han sido siempre las dos primeras, por encima de las dos 
      últimas. Frente al estilo más agresivo de la grabación de guerra o incluso 
      de la hecha en estudio para EMI, esta de 1953 que nos presenta DG es mucho 
      más madura, más reflexiva, majestuosa, otro enfoque que también es muy 
      atractivo, y que de cualquier modo está entre las que hay que tener. La de 
      1954 con la Filarmónica de Viena es algo más espontánea, más "natural" que 
      esta de Berlín, pero la realización es también más irregular.
 
 En la Obertura de Manfredo de Schumann puede hablarse de 
      parecidas diferencias entre la grabación de Furtwängler en estudio para 
      EMI, en Viena (más elegante, sonido más cuidado) y esta en vivo de DG, en 
      Berlín (más densa, más germánica, más monumental -ese silencio tras los 
      tras primeros acordes- y con mayores fluctuaciones en el tempo, lógicos en 
      una grabación en vivo). Como referencia podría tomarse cualquiera de las 
      dos, aunque nuestras preferencias van hacia esta de Berlín.
 
 Las Variaciones sobre un tema de Haydn de 1950 suenan muy 
      interiorizadas, con momentos que recuerdan a los "éxtasis" de la Segunda 
      de 1945. En esta obra parece preferible la mayor efusividad de la versión 
      de 1951 con la NDR publicada en Tahra o, saliéndonos de Furtwängler, sería 
      la grabación de Brumo Walter en Sony la que elegiríamos como "la" 
      referencia, aunque esta que presenta DG tampoco es para perdérsela.
 
 En cuanto a Wagner es un autor en el que Furtwängler siempre fue uno de 
      los nombres de referencia, por lo que esta selección de fragmentos 
      orquestales tiene un interés indudable, incluso para quien ya tuviera 
      otros discos Wagner de este director (el doble de EMI References, el disco 
      editado en Testament o las dos obras incluidas en la caja Tahra de 
      "Grabaciones de Guerra", de 6 CD's), muchas veces en interpretaciones 
      incluso superiores a las de estas de DG. Por ejemplo, lo menos bueno de 
      esta selección son las dos piezas incluidas en un concierto de 1949, el 
      Preludio I de Maestros Cantores (que empieza un tanto inseguro, 
      pero va de menos a más y acaba "a lo grande") y la Marcha Fúnebre del 
      Ocaso, que sabe a poco (demasiado "moderada"). En ambas obras son más 
      recomendables las del doble de EMI, en Maestros la incluida en la 
      caja de Tahra (un Wagner "nacional alemán" para tiempos de guerra) y, 
      sobre todo, en la Marcha Fúnebre, la sensacional de 1950 del 
      disco de Testament. También las interpretaciones de la Obertura de 
      Tannhäuser en Testament y EMI (sobre todo la primera, la de EMI 
      padece alguna desafinación al comienzo) superan a esta grabación de un 
      concierto de 1951 en Roma, que en todo caso también es más que notable. De 
      los Encantamientos del Viernes Santo de Parsifal sólo 
      contábamos con una antigua toma de 1938 en EMI, y la verdad es que aquí la 
      radio egipcia no mejora mucho la calidad de sonido; en todo caso las dos 
      son de una belleza "religiosa" conmovedora. La joya de esta selección 
      wagneriana es el Preludio y Muerte de Amor de Tristán e Isolda, 
      la máxima especialidad wagneriana del director, que podemos escuchar aquí 
      en una interpretación de una belleza madura, con magnífico sonido 
      (superior al de las ediciones EMI y Tahra), en una toma de su último año 
      de vida, 1954, con lo que se contradice el título del álbum, "Grabaciones 
      en vivo 1944-53".
 
 
 
 Por último, están las grabaciones que se presentan por primera vez en el 
      mercado español, al menos en edición oficial (pues en sellos más o menos 
      "piratas" ya aparecieron algunas de ellas), presididas por la Sinfonía 
      "Patética" de Tchaikovsky interpretada en El Cairo en abril de 1951 
      durante una gira de la que también se conserva una 7ª de Bruckner 
      que también publicó DG y el fragmento de Parsifal antes 
      mencionado. En este grupo de "novedades absolutas" estarían también la 
      Sinfonía de Franck tomada en el mismo concierto que la antedicha 
      2ª de Brahms, las Metamorfosis sinfónicas sobre temas de Weber 
      de Hindemith y el "Don Juan" de Strauss (ambas de un concierto berlinés de 
      septiembre de 1947), y la Rapsodia española de Ravel ofrecida en 
      Stuttgart en octubre de 1951 (en el mismo concierto de donde está tomada 
      una 4ª de Bruckner).
 
 De la "Patética" tchaikovskiana, la única grabación de 
      Furtwängler que había circulado ampliamente era la vieja toma de EMI, 
      datada en 1938, lo que resulta extraño ya que esta versión de El Cairo es 
      muy superior, tanto en interpretación como en sonido; si la de EMI, aun 
      con innegables virtudes, a veces podía pecar de algo solemne (quizás el 
      "tempo" del director se resintiera de las condiciones de grabación de la 
      época) esta que ha publicado DG es una de las "Patéticas" más emocionantes 
      que se puedan escuchar: una versión muy recogida, muy íntima, sin 
      necesidad de grandes alardes de virtuosismo, pero con un fraseo que 
      conmueve. Una verdadera joya, sólo por la cual ya merecería la pena 
      hacerse con este álbum, y que viene a engrosar la discografía de las 
      grandes versiones de la "Patética", encabezada por la grabación 
      de Leonard Bernstein de 1987 y seguida por las de Markevitch, Mravinsky, 
      Abbado-Viena o alguna de las de Karajan.
 
 También pueden predicarse parecidas virtudes de la lectura de la 
      Sinfonía de Franck de enero de 1945 (reprocesada con un sonido 
      envidiable para su época), pero aquí la recomendación como referencia se 
      hace más difícil, debido a que más de una vez (ese comienzo tan 
      "fantasmagórico", o esa trompetería que suena poco antes de la 
      reexposición del tema inicial del primer mov.) nos parece que lo que 
      estamos escuchando es una sinfonía de Bruckner. De todos modos, a pesar de 
      la posible falta de "idiomatismo", tenemos otra vez una experiencia 
      musical de primer orden, con momentos de "éxtasis" en los que se detiene 
      el tiempo, como en la 2ª de Brahms de aquel mismo concierto, y 
      que recomendamos a todo aficionado que no se la pierda.
 
 Aunque a Furtwängler se le asocia fundamentalmente con el repertorio 
      germánico, no son Hindemith ni Richard Strauss dos de los autores con los 
      que más se le identifique. En 1947 interpretó sendas obras de ambos en un 
      concierto en el Titania Palast de Berlín. Escuchando las Metamorfosis 
      sinfónicas sobre temas de Weber es inevitable recordar el 
      Freischütz que dirigió Furtwängler en el Festival de Salzburgo de 
      1954, pues el universo de la obra de Weber (oscuras fuerzas del mal, magia 
      negra...) nos aparece aquí recordado al comienzo por la cita del aria de 
      Kilian; la obra suena mucho más "filosófica" de lo habitual, culminando en 
      un final de una nobleza plenamente "wagneriana". Quizás esta aproximación 
      a Hindemith peque de demasiado romántica para un compositor alejado de esa 
      estética, pero como visión personal posee un interés y una altura 
      artística fuera de toda duda. Por otro lado, es el Hindemith de 
      Furtwängler, quien defendió públicamente al compositor en los primeros 
      tiempos del régimen nazi, y ya sólo por eso tendría un gran interés 
      histórico.
 
 El propio Richard Strauss no tenía muy buena opinión de cómo Furtwängler 
      dirigía su música, aunque algunas de sus interpretaciones son verdaderos 
      clásicos (como "Muerte y Transfiguración", grabada por EMI). En el "Don 
      Juan" puede preferirse la versión más "visionaria" de Furtwängler en 1942, 
      o por supuesto a otros directores quizá más identificados con Strauss 
      (como Fritz Reiner), pero tampoco deja de tener interés esta toma de 1947, 
      que encuentra un lugar para la sensualidad de esta música, y que antes de 
      la publicación de este álbum sólo se podía encontrar en compacto, aparte 
      de Japón, en una edición especial para la tienda alemana 
      
      www.zweitausendeins.de .
 
 En cuanto a su Ravel, suele citarse la opinión de Claudio Arrau, quien 
      consideraba a Furtwängler una autoridad en la música del compositor 
      francés, pero el escaso legado que se conserva (dos grabaciones de la 
      Rapsodia española, una Suite 2 de Dafnis y Chloe de 1944, 
      unos Valses nobles y sentimentales, incluyendo ensayos) no 
      permite apoyar esta opinión en la evidencia sonora. Así, esta Rapsodia 
      española aquí incluida es una versión de buen nivel, muy agradable de 
      oír, con muchos detalles de buen gusto (alguna vez también suena demasiado 
      recargado, como muy "germánico") pero que no llamaríamos una "gran" 
      versión, como sí es grande la de Giulini con la Filarmónica de Los 
      Angeles, por poner un ejemplo. En todo caso, no desentona con el resto del 
      álbum y se agradece como curiosidad.
 
 
 En resumen, a lo largo de los 6 compactos de este álbum el aficionado 
      encontrará interpretaciones siempre de un enorme interés, que le harán 
      pasar momentos emocionantes y que, en definitiva, forman parte de ese 
      grupo selecto de discos que "hay que tener". Ello no significa que todas y 
      cada una de las interpretaciones aquí contenidas sean necesariamente "la 
      mejor" que exista de esa obra, pero ni falta que hace. Los fondos que 
      posee la DG de Furtwängler totalizan 33 CD's (o eso al menos es lo que 
      ocupa la Edición Furtwängler de la DG japonesa) pero en Europa nos tenemos 
      que conformar de momento con los 3 publicados en "The Originals", los 9 de 
      las grabaciones 1942-44 en "Collectors" y estos 6 que salen en la nueva 
      serie "Original Masters", y que esperamos tenga continuación.
 
 
 
 
 
 REFERENCIAS:
 
 
 "WILHELM FURTWÄNGLER: LIVE RECORDINGS 1944-53"
 BEETHOVEN: Obertura Leonora III (2-6-1944), Sinfonía nº 7
      (14-4-1953)
 SCHUBERT: Sinfonía nº 8 "Incompleta" (10-2-1952)
 SCHUMANN: Obertura "Manfred" (18-12-1949)
 BRAHMS: Variaciones sobre un tema de Haydn (20-6-1950), 
      Sinfonía nº 2 (28-1-1945)
 BRUCKNER: Sinfonía nº 8 (17-10-1944)
 R. STRAUSS: Don Juan (16-9-1947)
 TCHAIKOVSKY: Sinfonía nº 6 "Patética" (19/22-4-1951)
 HINDEMITH: Metamorfosis sinfónicas sobre temas de Weber 
      (16-9-1947)
 FRANCK: Sinfonía en re menor (28-1-1945)
 RAVEL: Rapsodia española (22-10-1951)
 WAGNER: Preludio del acto I de Los Maestros Cantores 
      (19-12-1949), Obertura de Tannhäuser (1-5-1951), Preludio y muerte de amor 
      de Tristán e Isolda (27-4-1954), Marcha Fúnebre de El Ocaso 
      de los Dioses (19-12-1949), Encantamientos del Viernes Santo, de 
      Parsifal (25-4-1951)
 
 Orquestas Filarmónica de Viena (Bruckner, Franck, Ravel, Leonora III 
      de Beethoven, y Sinfonía 2 de Brahms) y Filarmónica de Berlín (en 
      el resto).
 
 DG ORIGINAL MASTERS 434 030-2 (6 CD's)
 
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