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EL BEETHOVEN DE JOCHUM, ARTESANÍA
ALEMANA ANTIGUA
Por
Angel Riego
Cue.
Dentro de la serie
de Deutsche Grammophon "Original Masters", que recupera grabaciones
históricas de este sello, y de la que en este mismo número comentamos un
álbum dedicado a Wilhelm Furtwängler, se ha reeditado el ciclo de las 9
sinfonías de Beethoven que grabara Eugen Jochum entre 1952 y 1961, parte
de él registrado en "mono" y parte en estéreo, y el motivo de cuya
reedición será sin duda el haberse cumplido a finales el pasado 2002 el
centenario del nacimiento del director, fallecido en 1987. Es una lástima
que no puedan encontrarse en la actualidad en España los otros dos ciclos
Beethoven que grabó Jochum, el que hizo para Philips en 1967-69 con la
Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam (descatalogado desde hace muchos
años) y el de EMI de 1977-79 con la London Symphony, que hace poco se
distribuía en edición de Disky y que aún se debe de poder encargar en el
extranjero.
Jochum, conocido a veces como "el apóstol de la música de Bruckner",
porque fue el conocimiento de la música este compositor lo que le impulsó
a hacerse director de orquesta y abandonar la carrera de organista,
utiliza en este ciclo Beethoven las mismas dos orquestas que aparecían en
su ciclo Bruckner también para DG, uno de los clásicos indiscutibles en
las discografías del compositor y del director: es decir, la Filarmónica
de Berlín y la Sinfónica de la Radio de Baviera, esta última fundada por
el propio Jochum y de la que era titular en la época de estas grabaciones.
La historia de este ciclo es la siguiente: inicialmente, Jochum grabó en
"mono" con la orquesta berlinesa las sinfonías nºs 3, 4,
6 y 7, y con su orquesta bávara la 9ª. Ya en la
era del estéreo, llegaron las grabaciones de la 2ª y 8ª
con Berlín y de la 1ª y 5ª con Baviera. A diferencia de
Klemperer, quien al llegar el sonido estéreo volvió a grabar las 3
sinfonías de Beethoven que había registrado en "mono" al comienzo de su
ciclo, Jochum tan sólo repitió la 4ª (que es la aquí incluida) y
al parecer también la "Heroica" aunque la que aquí se escucha es
la "mono". Por tanto en el presente álbum están grabadas en estéreo sólo 5
de las 9 sinfonías, lo cual no debe alejar a ningún posible comprador
pues, dentro de las limitaciones de la época, el sonido de todas ellas es,
en general, satisfactorio, sin que haya grandes diferencias de calidad
entre las grabadas en "mono" y en estéreo. El reprocesado, al nivel
exigible hoy, ha permitido que este ciclo Beethoven haya quedado con un
sonido comparable, si no mejor, que el de otros mucho más modernos, como
los de Böhm o Bernstein-DG.
Pasando ya a lo más importante, a cómo son las interpretaciones de Jochum,
hay que decir en primer lugar que el maestro bávaro era todo lo contrario
a un virtuoso de la técnica de la batuta como pueda haberlo sido un
Karajan. Si atendemos a la dinámica, no poseía esa gama de matices casi
infinita, las transiciones del "piano" al "forte" son mucho más toscas, la
tímbrica de la orquesta de Jochum suele ser bastante austera, por no decir
pobre... pero poco importa todo ello cuando, como en tantas viejas
películas, se nos está narrando una historia que interesa. Con su técnica
"artesanal", "de andar por casa", estas versiones de Jochum presentan
mucho más interés que el que puedan tener las de Karajan, por poner un
ejemplo.
Jochum elige siempre unas texturas ligeras, poco recargadas, su Beethoven
en general suena poco "wagneriano"; el tempo no necesariamente es rápido,
a veces es reposado pero la ausencia de toda "contundencia" permite oír
detalles de las obras que la mayoría de las veces pasan desapercibidos. En
general, consigue ser ameno y no cansar nunca al oyente, aunque sea en
obras muy trilladas que ya se hayan escuchado decenas de veces.
Admitiendo, por tanto, que este ciclo cumple sobradamente los mínimos
exigibles a cualquier colección de las sinfonías de Beethoven, es decir,
que al que lo escuche le sirva para conocer las obras y hacerse una idea
cabal de ellas, hay que decir que Jochum a veces va más allá y que de la
notable corrección da el salto a los momentos de genialidad cuando aparece
la "chispa". Así, la Cuarta Sinfonía es una de las más
discutibles, todo parece tocado "a cámara lenta" y sin la jovialidad que
siempre se espera en esta obra, pero el Adagio es un prodigio de belleza
dentro de un recogimiento "religioso", y salva la versión. O la
Segunda, con un primer movimiento lleno de fuego, donde Jochum
sorprende, y un segundo de una profundidad "mística" que convence
plenamente, aunque un nivel tan alto no se consigue mantener en los dos
últimos, muy correctos en todo caso. O la "Pastoral", con dos
primeros movimientos de un tempo muy lento que da la posibilidad de
paladear toda la belleza de la obra, y tres últimos que tienen el
necesario brío, sin hacerse nunca cargante.
El punto más alto del ciclo de Jochum, por encima incuso de la citada
"Pastoral", bien puede ser la Séptima grabada en 1954, con
un primer movimiento de nuevo lleno de fuego, que hace realidad la
definición de Wagner de esta sinfonía como "Apoteosis de la Danza", sin
necesidad de contundencias ni espectacularidades de ningún tipo, y un
Allegretto que nos suena de una humildad "a lo San Francisco de Asís", con
ese misticismo ingenuo que tantas veces se señala como la principal
característica de las versiones brucknerianas de Jochum. Como ocurría en
la Segunda, también la versión va a menos y el 4º movimiento es
lo más convencional, pero lo que nos ha entregado ha sido mucho.
Del resto, cabe destacar la Quinta, una sinfonía de la que es muy
famosa otra grabación anterior de Jochum (la que hizo para Philips en 1951
con la Filarmónica de Berlín y que reeditó en CD Tahra en 1997); aquí, sin
dejar de lado ese componente germánico "místico" o "visionario" del gran
intérprete de Bruckner, es una versión que encuentra un lugar para la
dulzura, con detalles delicados y poéticos en las maderas; todo lo
contrario de una Quinta "apisonante" o "apocalíptica", es una
interpretación que termina por hacerse simpática al oyente, por muy
extraño que ese calificativo pueda sonar aquí. Qué diferencia, por
ejemplo, con la Quinta del reciente ciclo de Barenboim, tan
cuidadísima y matizada, técnicamente muchísimo más perfecta, pero que
termina cansando por falta de variedad, pues los cuatro movimientos
parecen uno solo, siempre con el mismo carácter.
Otra sinfonía de la que es muy famosa una versión de Jochum (en este caso
la de su ciclo para Philips con la Concertgebouw) es la Octava;
si la grabación de 1969 a veces se ha descrito como "vitalista" o
"arrebatada", poco se encontrará de ello en esta toma de 1958, que tiende
más bien a lo ensoñador, con tempi muy lentos, que nuevamente descubren
detalles poco conocidos, pero que con todo no estaría entre las grandes
versiones de la Octava ni entre lo mejor de este ciclo.
La "Heroica" es una correcta versión de "kapellmeister", muy
tradicional, correctamente construida pero que tampoco destaca por decir
nada nuevo. La Primera sufre un tanto de las tosquedades
dinámicas de Jochum, algunos acordes suenan demasiado "cargados", pero
tiene un movimiento final lleno de vida que compensa los posibles reparos
que se le puedan poner. Y queda la Novena, quizás la obra donde
más se eche en falta una mayor "garra" o un sonido más romántico: aquí la
mayor virtud de Jochum es, como de costumbre, que resulte ameno de
escuchar, aunque cargue poco las tintas. Con todo, no deja de reservarnos
alguna bella sorpresa, como un "Adagio molto e cantabile" interesantísmo,
lleno de la "humildad franciscana" de la que hablábamos antes, o las
últimas intervenciones del coro antes de la Coda final que Jochum parece
ver como una fiesta popular y que pocas veces habrán sonado con tanto
optimismo. De los solistas destaca con mucho el bajo Ferdinand Frantz
sobre las intervenciones del tenor Walther Ludwig (algo decepcionante) y
de las dos mujeres. El coro es correcto en general, sin dejar un especial
recuerdo.
Los "tempi" de Jochum y el exhaustivo aprovechamiento de las duraciones de
los 5 CDs (todos ellos superan los 76 minutos, y 3 de los 5 discos pasan
de los 79) han permitido que además de las 9 sinfonías entren las 4
oberturas beethovenianas que grabara para DG, de las que se pueden
predicar las mismas cualidades que de las sinfonías: la más lograda parece
Prometeo, a la que sienta bien el tratamiento alegre y "lúdico"
de Jochum, obteniendo una gran versión; en Las Ruinas de Atenas
Jochum acierta tanto en la introducción "mística" como en el desarrollo,
más jovial, y es en Fidelio y Leonora II, siempre muy
amenas de escuchar en todo caso, donde se puede echar en falta un mayor
dramatismo. Todas ellas están grabadas en estéreo, y todas con la
Sinfónica de la Radio de Baviera, excepto la Leonora II donde
interviene la Filarmónica de Berlín.
En resumen, un ciclo con sus valores y sus altibajos, pero que puede
recomendarse porque de lo disponible actualmente no habrá muchos ciclos
Beethoven mejores, aparte de Furtwängler o Klemperer, o de algún otro
excelente ciclo más raro de encontrar, como el de Cluytens. La propia
Deutsche Grammophon, por ejemplo, ofrece en estos momentos otros 7 ciclos
de sinfonías de Beethoven, contando también los difíciles de encontrar:
tres de Karajan, dos de Abbado, el de Böhm y el de Bernstein. Ninguno de
ellos parece claramente preferible a este de Jochum, y los mejor colocados
podrían ser el de Böhm (versiones muy elegantes y convencionales, entre
las que descuellan una Segunda llena de humor y una
"Pastoral" con unos tres últimos movimientos de una grandeza que
recuerda a su 4ª de Bruckner en Decca) y el de Bernstein (un Beethoven muy
sutil y sofisticado que puede sonar "raro" pero también con momentos de un
brío arrebatador, que tiene grandes logros en sinfonías como la 4ª
o la 7ª, y algo menos la 5ª o la 8ª). A falta
de que se termine de publicar en CD el ciclo Beethoven de Kubelik, del que
ha salido un doble con las 7-8-9 y ahora aparece otro con las 4-5-6, este
de Jochum puede quedar de momento como el Beethoven más interesante que
nos ofrece la Deutsche Grammophon.
REFERENCIAS:
BEETHOVEN: Las 9 sinfonías. Oberturas Las Ruinas de Atenas,
Las Criaturas de Prometeo, Leonora II, Fidelio.
Solistas en la 9ª: Clara Ebers, soprano; Gertrude Pitzinger, contralto;
Walther Ludwig, tenor; Ferdinand Frantz, bajo. Coro de la Radio de Baviera
(director: Josef Kugler).
Orquestas Filarmónica de Berlín (Sinfonías 2, 3, 4, 6, 7, 8, Leonora II) y
Sinfónica de la Radio de Baviera (Sinfonías 1, 5, 9, resto de Oberturas).
Director: Eugen Jochum.
DG ORIGINAL MASTERS 474 018-2 (5 CD's)
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