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Número 40º - Mayo 2.003


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EL BEETHOVEN DE JOCHUM, ARTESANÍA ALEMANA ANTIGUA
 

Por Angel Riego Cue.

          

Dentro de la serie de Deutsche Grammophon "Original Masters", que recupera grabaciones históricas de este sello, y de la que en este mismo número comentamos un álbum dedicado a Wilhelm Furtwängler, se ha reeditado el ciclo de las 9 sinfonías de Beethoven que grabara Eugen Jochum entre 1952 y 1961, parte de él registrado en "mono" y parte en estéreo, y el motivo de cuya reedición será sin duda el haberse cumplido a finales el pasado 2002 el centenario del nacimiento del director, fallecido en 1987. Es una lástima que no puedan encontrarse en la actualidad en España los otros dos ciclos Beethoven que grabó Jochum, el que hizo para Philips en 1967-69 con la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam (descatalogado desde hace muchos años) y el de EMI de 1977-79 con la London Symphony, que hace poco se distribuía en edición de Disky y que aún se debe de poder encargar en el extranjero.

Jochum, conocido a veces como "el apóstol de la música de Bruckner", porque fue el conocimiento de la música este compositor lo que le impulsó a hacerse director de orquesta y abandonar la carrera de organista, utiliza en este ciclo Beethoven las mismas dos orquestas que aparecían en su ciclo Bruckner también para DG, uno de los clásicos indiscutibles en las discografías del compositor y del director: es decir, la Filarmónica de Berlín y la Sinfónica de la Radio de Baviera, esta última fundada por el propio Jochum y de la que era titular en la época de estas grabaciones.

La historia de este ciclo es la siguiente: inicialmente, Jochum grabó en "mono" con la orquesta berlinesa las sinfonías nºs 3, 4, 6 y 7, y con su orquesta bávara la . Ya en la era del estéreo, llegaron las grabaciones de la y con Berlín y de la y con Baviera. A diferencia de Klemperer, quien al llegar el sonido estéreo volvió a grabar las 3 sinfonías de Beethoven que había registrado en "mono" al comienzo de su ciclo, Jochum tan sólo repitió la (que es la aquí incluida) y al parecer también la "Heroica" aunque la que aquí se escucha es la "mono". Por tanto en el presente álbum están grabadas en estéreo sólo 5 de las 9 sinfonías, lo cual no debe alejar a ningún posible comprador pues, dentro de las limitaciones de la época, el sonido de todas ellas es, en general, satisfactorio, sin que haya grandes diferencias de calidad entre las grabadas en "mono" y en estéreo. El reprocesado, al nivel exigible hoy, ha permitido que este ciclo Beethoven haya quedado con un sonido comparable, si no mejor, que el de otros mucho más modernos, como los de Böhm o Bernstein-DG.

Pasando ya a lo más importante, a cómo son las interpretaciones de Jochum, hay que decir en primer lugar que el maestro bávaro era todo lo contrario a un virtuoso de la técnica de la batuta como pueda haberlo sido un Karajan. Si atendemos a la dinámica, no poseía esa gama de matices casi infinita, las transiciones del "piano" al "forte" son mucho más toscas, la tímbrica de la orquesta de Jochum suele ser bastante austera, por no decir pobre... pero poco importa todo ello cuando, como en tantas viejas películas, se nos está narrando una historia que interesa. Con su técnica "artesanal", "de andar por casa", estas versiones de Jochum presentan mucho más interés que el que puedan tener las de Karajan, por poner un ejemplo.

Jochum elige siempre unas texturas ligeras, poco recargadas, su Beethoven en general suena poco "wagneriano"; el tempo no necesariamente es rápido, a veces es reposado pero la ausencia de toda "contundencia" permite oír detalles de las obras que la mayoría de las veces pasan desapercibidos. En general, consigue ser ameno y no cansar nunca al oyente, aunque sea en obras muy trilladas que ya se hayan escuchado decenas de veces.

Admitiendo, por tanto, que este ciclo cumple sobradamente los mínimos exigibles a cualquier colección de las sinfonías de Beethoven, es decir, que al que lo escuche le sirva para conocer las obras y hacerse una idea cabal de ellas, hay que decir que Jochum a veces va más allá y que de la notable corrección da el salto a los momentos de genialidad cuando aparece la "chispa". Así, la Cuarta Sinfonía es una de las más discutibles, todo parece tocado "a cámara lenta" y sin la jovialidad que siempre se espera en esta obra, pero el Adagio es un prodigio de belleza dentro de un recogimiento "religioso", y salva la versión. O la Segunda, con un primer movimiento lleno de fuego, donde Jochum sorprende, y un segundo de una profundidad "mística" que convence plenamente, aunque un nivel tan alto no se consigue mantener en los dos últimos, muy correctos en todo caso. O la "Pastoral", con dos primeros movimientos de un tempo muy lento que da la posibilidad de paladear toda la belleza de la obra, y tres últimos que tienen el necesario brío, sin hacerse nunca cargante.

El punto más alto del ciclo de Jochum, por encima incuso de la citada "Pastoral", bien puede ser la Séptima grabada en 1954, con un primer movimiento de nuevo lleno de fuego, que hace realidad la definición de Wagner de esta sinfonía como "Apoteosis de la Danza", sin necesidad de contundencias ni espectacularidades de ningún tipo, y un Allegretto que nos suena de una humildad "a lo San Francisco de Asís", con ese misticismo ingenuo que tantas veces se señala como la principal característica de las versiones brucknerianas de Jochum. Como ocurría en la Segunda, también la versión va a menos y el 4º movimiento es lo más convencional, pero lo que nos ha entregado ha sido mucho.

Del resto, cabe destacar la Quinta, una sinfonía de la que es muy famosa otra grabación anterior de Jochum (la que hizo para Philips en 1951 con la Filarmónica de Berlín y que reeditó en CD Tahra en 1997); aquí, sin dejar de lado ese componente germánico "místico" o "visionario" del gran intérprete de Bruckner, es una versión que encuentra un lugar para la dulzura, con detalles delicados y poéticos en las maderas; todo lo contrario de una Quinta "apisonante" o "apocalíptica", es una interpretación que termina por hacerse simpática al oyente, por muy extraño que ese calificativo pueda sonar aquí. Qué diferencia, por ejemplo, con la Quinta del reciente ciclo de Barenboim, tan cuidadísima y matizada, técnicamente muchísimo más perfecta, pero que termina cansando por falta de variedad, pues los cuatro movimientos parecen uno solo, siempre con el mismo carácter.

Otra sinfonía de la que es muy famosa una versión de Jochum (en este caso la de su ciclo para Philips con la Concertgebouw) es la Octava; si la grabación de 1969 a veces se ha descrito como "vitalista" o "arrebatada", poco se encontrará de ello en esta toma de 1958, que tiende más bien a lo ensoñador, con tempi muy lentos, que nuevamente descubren detalles poco conocidos, pero que con todo no estaría entre las grandes versiones de la Octava ni entre lo mejor de este ciclo.

La "Heroica" es una correcta versión de "kapellmeister", muy tradicional, correctamente construida pero que tampoco destaca por decir nada nuevo. La Primera sufre un tanto de las tosquedades dinámicas de Jochum, algunos acordes suenan demasiado "cargados", pero tiene un movimiento final lleno de vida que compensa los posibles reparos que se le puedan poner. Y queda la Novena, quizás la obra donde más se eche en falta una mayor "garra" o un sonido más romántico: aquí la mayor virtud de Jochum es, como de costumbre, que resulte ameno de escuchar, aunque cargue poco las tintas. Con todo, no deja de reservarnos alguna bella sorpresa, como un "Adagio molto e cantabile" interesantísmo, lleno de la "humildad franciscana" de la que hablábamos antes, o las últimas intervenciones del coro antes de la Coda final que Jochum parece ver como una fiesta popular y que pocas veces habrán sonado con tanto optimismo. De los solistas destaca con mucho el bajo Ferdinand Frantz sobre las intervenciones del tenor Walther Ludwig (algo decepcionante) y de las dos mujeres. El coro es correcto en general, sin dejar un especial recuerdo.

Los "tempi" de Jochum y el exhaustivo aprovechamiento de las duraciones de los 5 CDs (todos ellos superan los 76 minutos, y 3 de los 5 discos pasan de los 79) han permitido que además de las 9 sinfonías entren las 4 oberturas beethovenianas que grabara para DG, de las que se pueden predicar las mismas cualidades que de las sinfonías: la más lograda parece Prometeo, a la que sienta bien el tratamiento alegre y "lúdico" de Jochum, obteniendo una gran versión; en Las Ruinas de Atenas Jochum acierta tanto en la introducción "mística" como en el desarrollo, más jovial, y es en Fidelio y Leonora II, siempre muy amenas de escuchar en todo caso, donde se puede echar en falta un mayor dramatismo. Todas ellas están grabadas en estéreo, y todas con la Sinfónica de la Radio de Baviera, excepto la Leonora II donde interviene la Filarmónica de Berlín.

En resumen, un ciclo con sus valores y sus altibajos, pero que puede recomendarse porque de lo disponible actualmente no habrá muchos ciclos Beethoven mejores, aparte de Furtwängler o Klemperer, o de algún otro excelente ciclo más raro de encontrar, como el de Cluytens. La propia Deutsche Grammophon, por ejemplo, ofrece en estos momentos otros 7 ciclos de sinfonías de Beethoven, contando también los difíciles de encontrar: tres de Karajan, dos de Abbado, el de Böhm y el de Bernstein. Ninguno de ellos parece claramente preferible a este de Jochum, y los mejor colocados podrían ser el de Böhm (versiones muy elegantes y convencionales, entre las que descuellan una Segunda llena de humor y una "Pastoral" con unos tres últimos movimientos de una grandeza que recuerda a su 4ª de Bruckner en Decca) y el de Bernstein (un Beethoven muy sutil y sofisticado que puede sonar "raro" pero también con momentos de un brío arrebatador, que tiene grandes logros en sinfonías como la o la , y algo menos la o la ). A falta de que se termine de publicar en CD el ciclo Beethoven de Kubelik, del que ha salido un doble con las 7-8-9 y ahora aparece otro con las 4-5-6, este de Jochum puede quedar de momento como el Beethoven más interesante que nos ofrece la Deutsche Grammophon.





REFERENCIAS:

BEETHOVEN: Las 9 sinfonías. Oberturas Las Ruinas de Atenas, Las Criaturas de Prometeo, Leonora II, Fidelio.
Solistas en la 9ª: Clara Ebers, soprano; Gertrude Pitzinger, contralto; Walther Ludwig, tenor; Ferdinand Frantz, bajo. Coro de la Radio de Baviera (director: Josef Kugler).
Orquestas Filarmónica de Berlín (Sinfonías 2, 3, 4, 6, 7, 8, Leonora II) y Sinfónica de la Radio de Baviera (Sinfonías 1, 5, 9, resto de Oberturas).
Director: Eugen Jochum.

DG ORIGINAL MASTERS 474 018-2 (5 CD's)