ENTREVISTA:
EDUARDO ALONSO CRESPO
Entrevista realizada por
Daniel Mateos
Moreno.
Daniel: ¿Existía tradición
musical en su familia?
Eduardo:
Mi madre es pianista y además
existe una tradición artística
en mi familia: mi abuelo paterno era escritor y mi abuelo materno artista
plástico. Mi padre, sin embargo, era
ingeniero civil.
D.-¿Cómo fueron sus principios en la música?
E.-
Un día específico
que aún recuerdo, a los 6 aZos,
mi madre mientras guardaba libros viejos encontró
la teoría musical de Alberto Williams,
y mirándola casi por descuido me dijo:
¿No querrías estudiar piano?
El piano ya estaba en casa y ella lo tocaba. De hecho, comencé
con ella y con dos seZoritas
muy mayores de origen espaZol.
D.- Es curioso
porque en mi caso también recibí
clases de dos seZoritas
mayores a las que aprecio y
recuerdo con mucho cariño, que son
Dña. Carlota y Elvira Hurtado de Mendoza, quien falleció
recientemente y desde aquí
le hago este
pequeZo homenaje.
Volviendo al tema que nos ocupa…
E.- Posteriormente continué
en la universidad de música en
Argentina y el Postgrado en Estados Unidos.
En mi formación recibí
la extraordinaria influencia e impulso de dos músicos:
Elizabeth OcaZa y Julio
Lazarte.
D.- Hablando de la Universidad de música
en Argentina, ¿Desde cuando está
incorporada la música como disciplina
universitaria en Argentina?
E.-
Desde que alcanza mi recuerdo.
D.- Después de haber estado en diversos
sitios estudiando e impartiendo clases, considera necesario que la música
se incorpore a la universidad o piensa que los conservatorios son el lugar
ideal para desarrollar la tarea educativa musical.
E.-
Si consideramos a la música como
un simple oficio el conservatorio alcanza. Pero si el músico
es un intelectual y una fuerza determinante de la vida social de un país,
entonces necesita la formación
universal que da la Universidad. Es una elección
que hace cada país: Si quieren tener
intelectuales, o artesanos que toquen un instrumento.
Pienso que el músico tiene que ayudar
a señalar el futuro de la
comunidad a la que sirve como un intelectual, al igual que lo hace el
escritor, historiador, filósofo, etc.
Y eso implica una formación
universitaria.
D.- ¿Qué motivos le llevaron a
decidirse por la música y dejar su
carrera de Ingeniería?
E.-
Realicé la carrera de ingeniería
porque soy el hijo mayor de mi familia y existía
la expectativa de continuar la tradición
familiar. Al poco tiempo, dos hermanos míos
menores también realizaron la ingeniería,
y un tercero arquitectura, y ellos fueron los que tomaron las riendas de
la responsabilidad familiar, y así yo
pude dedicarme a lo que me gustaba. Por otra parte, siempre he recibido el
apoyo de mis padres.
D.- ¿Considera que su faceta de director de orquesta le ha robado tiempo
que podría haber empleado en
componer,
tal y como Gustav Mahler pensaba?
E.-
Esta pregunta tiene dos respuestas. Por un lado es cierto que la tarea
de director y más específicamente
la de director musical y administrativo de un organismo sinfónico
requiere muchísimo tiempo que se
pierde para componer. Por otro lado, el oficio de director de orquesta le
pone a uno en contacto con muchísima música
y conoce el material orquestal desde adentro y a nivel social y humano
genera
muchas relaciones profesionales interesantes.
D.- ¿Considera que la profesión de
compositor es más complicada que la de
director, o viceversa?
E.-
La formación del director de
orquesta es más completa porque
requiere de un campo muy amplio de conocimientos musicales, mientras que
la de compositor si bien requiere formación
técnica, es mucho más
específica. Por tanto, en lo formativo
la dirección de orquesta es más
compleja, pero en la práctica
profesional, la composición es
infinitamente más compleja porque se
trata de una tarea totalmente creativa.
D.- Como compositor y director, usted puede comprender a estas dos figuras
a veces enfrentadas: ¿Qué opina de la
peculiar idiosincrasia del director de orquesta hacia el compositor
contemporáneo?
E.-
Esa peculiar idiosincrasia tiene dos culpables: Por un lado muchos
compositores son responsables de haber roto el puente comunicacional entre
la música y el público,
lo cual generó una actitud de recato
por parte del director. Por otra parte, muchos directores de orquesta son
responsables de su ignorancia por no haberse tomado el tiempo de buscar
compositores eficientes entre la enorme oferta estilística
que ofrece la actualidad.
D.- ¿Considera entonces que el compositor debe estar comprometido con el público?
E.-
¿Es que hay otra opción?
D.- En mi opinión sí,
ya que hay compositores que escriben música
totalmente a espaldas del público y
sin embargo se les oye más que a otros
compositores.
E.-
Se trata de modas, vinculaciones, relaciones poco saludables –de
cualquier índole-... relaciones todas
éstas también
de espaldas al público.
D.- Hablando de su música, está
cargada de dramatismo y no rehúye de
los elementos tradicionales: armonía,
melodía, etc. ¿Ha sentido miedo alguna
vez de no estar haciendo algo nuevo?
E.-
Si lo nuevo se entiende por "novedad",
la respuesta es no. En el lenguaje es importante no confundir el mensaje
con el contenido. Siempre me importó
que el concepto estético fuera nuevo,
original, interesante, diferente, independientemente del lenguaje que se
esté utilizando, que puede de hecho no
ser nuevo.
Todo mensaje tiene dos aspectos: El lenguaje, que es el vehículo,
y el concepto que es el contenido. No cabe duda que el lenguaje implica un
código mínimamente compartido entre
emisor y receptor, como dice la semiótica
elemental.
D.- ¿Su gusto por la danza y la ópera
tiene alguna justificación especial?
E.-
El Ballet me atrae notablemente porque aúna
dos fuentes naturales de belleza: la hermosura del cuerpo humano en
movimiento, y la música. La
ópera por otro lado es lo más
cercano que hemos alcanzado en la cultura occidental a la quimera de la
obra de arte total.
D.- ¿Por qué quimera?
E.-
Porque el ideal de la obra de arte total como objeto
único es inalcanzable. En realidad lo
apasionante es la búsqueda histórica
de esa conjunción perfecta de todas
las artes, de la cual no están ajenas
ni la ópera ni el ballet.
D.- ¿Hacia donde cree que evolucionará
la música clásica?
E.-
No sé hacer futurología.
Sé cómo
deseo que la música sea hoy, no sé
cómo puede ser maZana.
D.- Es evidente que Estados Unidos se ha convertido en un país
de oportunidades para la música, y
quizás el resto del mundo viva en
estos momentos a remolque. ¿A qué cree
que se debe?
E.-
No puedo opinar de la mayoría de
los países del mundo que no conozco,
pero sí conozco la realidad
estadounidense: orquestas muy bien pagadas, un altísimo
profesionalismo musical por parte de los intérpretes,
una joven tradición -aunque parezca
contradictorio- han dado como resultado niveles artísticos
muy altos.
D.- ¿Futuros proyectos?
E.-
Mi ópera Putzi se estrena en
Argentina en el mes de Julio y Andrés
Cárdenes, concertino de la Pittsburgh
Symphony, estrenará mi "concierto en
tiempo de tango" para violín y
orquesta de cuerdas en abril de 2005. Mi sinfonía
Op. 18 que se estrenó en julio del aZo
pasado está programada en Chile y
Venezuela para este aZo.
Muchas gracias por habernos concedido esta
entrevista.
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