Revista mensual de publicación en Internet
Número 49º - Febrero 2.004


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MAESTROS VUELTOS A LA VIDA 

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

          

El Festival de Salzburgo de 1937 ha pasado a la leyenda por ser el último que se celebró en la Austria anterior a la anexión nazi. Allí dirigieron ópera por última vez maestros como Bruno Walter, exiliado de Alemania debido a su condición de judío, o como Arturo Toscanini, militante contra los regímenes fascistas y que se había negado a volver a actuar en Alemania desde 1933. Las grabaciones que se han conservado de entonces (Bodas de Fígaro y Don Giovanni, por Walter; Flauta Mágica y Maestros Cantores por Toscanini) tuvieron siempre una alta consideración entre la crítica, a pesar de su deficiente toma de sonido.

Los Maestros Cantores fue precisamente la ópera de Wagner más utilizada con fines propagandísticos durante el Tercer Reich, para exaltar la cultura alemana. De ahí que, comparando la versión ofrecida por Toscanini con las que se han conservado grabadas durante la época nazi (existen dos tomas del Festival de Bayreuth de 1943, una dirigida por Furtwängler y otra por Abendroth), algún crítico llegó a decir que Toscanini "desnazificaba" los Maestros Cantores, quitándoles la carga propagandística "nacionalista" (que en realidad, dicho sea de paso, se reduce en la propia obra al discurso final de Hans Sachs previniendo del peligro de la colonización cultural por parte del arte extranjero). Esta comparación chocaba hasta ahora con un escollo insalvable para poder hacerse, como era la pésima calidad de sonido que tenía el registro de Toscanini, al lado de tomas de sonido aceptables (Furtwängler) o incluso buenas (Abendroth).

Afortunadamente, las cosas han cambiado con esta nueva edición del sello norteamericano Andante. La mejoría del sonido ha sido enorme: por primera vez puede apreciarse la calidad del trabajo de los cantantes y los detalles de la orquesta destacados por Toscanini sin necesidad de tener que "adivinar".

Para conseguir esto, se han buscado las mejores fuentes sonoras posibles: la grabación oficial de la radio austríaca de la época, tomada según el sistema "Selenophone" (por aquel entonces, verdadera "tecnología punta") que es la que mejor suena, con diferencia, pero está incompleta o dañada en algunas escenas; luego, para rellenar los momentos que falten, se han buscado otras dos copias en la Fundación Toscanini y en Archivo Sonoro Rodgers & Hammerstein de Nueva York. Con todo ello, el trabajo de restauración se le ha encomendado a Ward Marston, uno de los máximos expertos mundiales en la materia, a quien seguramente conozcan todos los que sigan sus trabajos para Naxos Historical y otros sellos. Por supuesto, el resultado no es similar a una grabación moderna, el sonido sigue siendo "histórico", pero ahora la comparación con Furtwängler o Abendroth es posible, y realmente parece muy difícil, por no decir imposible, que después del trabajo realizado se pueda mejorar aún más el sonido de lo que aquí se ofrece. Esta edición de Andante puede considerarse definitiva.


Pasando ya a la versión musical propiamente dicha, hay que comenzar hablando de la dirección de Toscanini. Para los que estén acostumbrados a la típica dirección de la escuela alemana, con grandes retardandos, solemnidad, contundencia sonora, etc. no será nada de eso lo que encuentren aquí. El tempo es en general vivaz, los acordes duran poquísimo (no hay calderones prolongados), la dinámica se mantiene en general muy "moderada" sin grandes contundencias sonoras, los solistas de viento de la orquesta se oyen con un protagonismo mucho mayor de lo habitual para subrayar determinadas escenas: así, el fagot refuerza el carácter "grotesco" de la llegada de Beckmesser al taller de Sachs en el Acto 3, que pocas veces habrá sonado tan graciosa como aquí, lo que en general puede predicarse de todas las escenas donde interviene el escribano (por ejemplo, su serenata del Acto 2 bajo la ventana de Eva). No por ello queda descuidado el lado poético de la obra, con una gran delicadeza en el acompañamiento de escenas como el "Monólogo de las lilas" de Sachs o el siguiente dúo entre Sachs y Eva, por poner sólo dos ejemplos de lo que es el "tacto", casi mozartiano, con que Toscanini deja que los personajes de la obra expresen sus sentimientos. En resumen, una dirección distinta a la de los grandes intérpretes alemanes de la obra (Furtwängler, Knappertsbusch, Kempe, Abendroth), que si se quiere no estará a tan gran altura como la de un Furtwängler, pero que todo aficionado a Wagner debería también conocer, pues es el único documento conservado de una ópera completa de Wagner por uno de los nombres más importantes de la dirección de orquesta de la primera mitad del siglo XX.

En cuanto al reparto, en general está todo a gran altura, pero hay dos papeles que conocen aquí interpretaciones de verdadera referencia: Sachs y Eva. Al papel del "zapatero poeta" Hans Sachs es casi imposible hacerle justicia debido a la gran cantidad de estados de ánimo que debe atravesar: desde el pensativo de los monólogos hasta el humor socarrón de las puyas que lanza a Beckmesseer, o desde la amargura de descubrir que, si alguna vez tuvo ilusiones con Eva, ahora la ha perdido, hasta la exaltación del arte alemán en su arenga final. Muchos grandes intérpretes destacan en unos aspectos pero fallan en otros: así, el gran Hans Hotter cantaba de forma inigualable los monólogos, pero en los momentos cómicos mostraba un patetismo fuera de lugar. Considerando todo ello, posiblemente el Sachs más equilibrado que exista en una grabación completa de los Maestros sea el que aquí escuchamos, Hans-Hermann Nissen; puede haber otros que destaquen más en algún aspecto, pero no que tengan una mayor altura en todo el conjunto. El único nombre que se me ocurre que podría compararse a Nissen (hablando siempre de grabaciones completas de los Maestros) sería Paul Schoeffler; los otros grandes Sachs de la historia (Ferdinand Frantz, Karl Ridderbusch) ya vendrían después de él. No incluyo al colosal Friedrich Schorr porque en su mejor época sólo grabó fragmentos, y sus grabaciones completas le recogen ya en decadencia.

El papel de Eva es mucho menos complejo que el de Sachs, pero aun así necesita una intérprete capaz de cantar con dulzura, con una voz de "pureza cristalina" que no excluya el mostrar un fuerte carácter, un "enseñar las uñas", cuando vea amenazada su felicidad por el matrimonio que su padre quiere imponerle. No ha de sonar demasiado autoritaria, pero tampoco demasiado "mosquita muerta". Tradicionalmente se había considerado como la intérprete por excelencia de este papel a Elisabeth Grümmer (quien lo tiene grabado con Kempe en EMI y con Knappertsbusch en una toma en vivo de Bayreuth de 1960), pero una interpretación como la suya no surgió por generación espontánea, tuvo precedentes, y el precedente más claro es quien podemos escuchar en esta grabación, Maria Reining, posiblemente la única cantante que nos haya legado una Eva comparable a la de la Grümmer (quizás se podría incluir también a Maria Müller en la grabación de Furtwängler).

El resto del reparto, sin estar a una altura tan excelsa, nunca defrauda. Así, Herbert Alsen nos da un buen Pogner, con una interpretación notable de su monólogo "Das schöne Fest, Johannistag"; la Thorborg es un lujo para el papel de Magdalena, aunque hoy suene algo retórica; Richard Sallaba canta un David muy aceptable dentro de una línea "cómica", aunque su descripción de los tonos de los maestros quede perjudicada por una toma de sonido muy lejana; muy correcto, sin entusiasmar, el Kothner de Viktor Madin; el Beckmeser de Wiedemann es cómico, pero una voz tan cavernosa la asociamos antes a papeles de "malvado" (aunque la parte original del escribano está escrita para bajo) y a oídos actuales suene demasiado histriónico. Correctos los secundarios, entre los que encontramos a un joven Anton Dermota como Balthasar Zorn, y donde el único lunar (relativo) podría ser Carl Bissuti, bajo con una voz poco agradable que interpreta a Hans Schwarz y al Sereno.

Queda por hablar del Walther del tenor holandés Henk Noort, una voz más ligera de lo que era habitual escuchar grabaciones de la época, donde encontranos a Walther cantado por tenores más heroicos como Ludwig Suthaus o incluso Max Lorenz. Escuchado hoy día, parece que podría haberse intercambiado perfectamente su papel con el David de Sallaba; quizás sea preferible esto a escuchar a un "heldentenor" como Walther, y en todo caso Noort cumple con corrección, pero para criterios actuales no encontramos un Walther totalmente satisfactorio en una grabación completa de los Maestros hasta 1956, con Rudolf Schock en la grabación de Kempe y con Windgassen en una toma en vivo de Bayreuth. En el lado anecdótico hay que señalar una confusión en el texto de la "Canción del premio" cuando la canta por vez primera en el taller de Sachs; aunque estas cosas suelen ocurrir en versiones en vivo, ya es más raro que afecten al propio título de la pieza, pues en vez de "Morgendlich leuchtend in rosigem Schein" escuchamos "Morgendlich leuchtend im himmlischer Pracht", es decir, confunde el segundo verso del primer período de la canción con el segundo verso del segundo período.

La edición posee una lujosa presentación, pensada para el coleccionista: un volumen de unas 250 páginas, con tapa dura, en cuyas "páginas" iniciales y finales van los discos, y que incluye abundantes fotografías de la producción y artículos en inglés, francés y alemán.

En resumen, una grabación que, si bien no podría recomendarse como los primeros Maestros a escuchar o como única versión a tener, sí es imprescindible para todo aficionado interesado en la evolución de la interpretación de Wagner, que encontrará aquí verdaderas joyas de un pasado que se perdió para siempre. Por una vez podemos hacer nuestro el comentario que aparecee en la portada: "Una grabación histórica traída a la vida del siglo XXI".


REFERENCIAS:

WAGNER: Los Maestros Cantores de Nurenberg
Hans-Hermann Nissen (Hans Sachs), Herbert Alsen (Veit Pogner), Maria Reining (Eva Pogner), Kerstin Thorborg (Magdalene), Henk Noort (Walther von Stolzing), Richard Sallaba (David), Georg Maikl (Kunz Vogelgesang), Rolf Telasco (Konrad Nachtigall), Hermann Wiedemann (Sixtus Beckmesser), Viktor Madin (Fritz Kothner), Anton Dermota (Balthasar Zorn), Eduard Frisch (Ulrich Eisslinger), Hermann Gallos (Augustin Moser), Alfred Muzzarelli (Hermann Ortel), Carl Bissuti (Hans Schwarz y Sereno), Karl Ettl (Hans Foltz).

Coros de la Ópera del Estado de Viena. Orquesta Filarmónica de Viena.
director: Arturo Toscanini
grabación: Salzburgo, agosto de 1937

ANDANTE SC-A-3040 (4 CDs)


Distribuidor en España: LRMUSIC
Página web:
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e-mail:
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