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Número 49º - Febrero 2.004


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MÚSICA TEÓRICA / MÚSICA PRÁCTICA
en El Melopeo y maestro de Pietro CERONE

 Por David Martín Sánchez (Licenciado en Historias y Ciencias de la Música, Salamanca).

 
Una página del libro

            El Melopeo y maestro representa un tratado musical fundamental del siglo XVII en el que Pietro Cerone, a lo largo de 1160 páginas distribuidas en 22 libros, se convierte en el iniciador de la nueva teoría musical española del Barroco.

            Centraremos nuestra reflexión en la distinción, tan acusada en la época, entre música teórica y música práctica con el fin de conocer cual era más valorada y qué función tenía cada una.

            El primer aspecto a tratar al acercarnos a esta obra es el título de la misma cuya explicación viene dada por el propio autor, quien reconoce que eligió este título para su extenso tratado porque “melopeo” significa músico perfecto y “maestro” porque serviría para enseñar a los que hubieran recibido malas enseñanzas de maestros españoles[1].

Según Palisca[2] se conservan cuarenta y nueve ejemplares de la obra en bibliotecas públicas, nueve de ellos en España, lo que supone cifras muy altas para un libro de la época y lo que nos permite pensar en la amplia difusión que debió de tener.

            La gran extensión del tratado se explica por el aspecto en que se centra nuestra reflexión: la división existente entre teoría y práctica y que el propio Cerone explica en el segundo libro de la siguiente manera: “... a veces son necesarios los tratados largos y copiosos a fin que con la teoría, la práctica sea más dilucidada”; su objetivo es que “con poco gasto, todo hombre puede tener el Maestro que le muestre en su casa”, lo que nos indica el carácter autodidacta que quiere dar a la obra, señalando que hay dos maestras, una especulativa y otra práctica y que ambas son necesarias para el conocimiento de la buena música.

Señala como aspecto destacado y novedoso de este tratado el hecho de que une ambos tipos de música, de forma que en la dedicatoria a Felipe III (rey de las Españas)[3] dice: “... y para que la gente moza, que por gusto o necesidad desea saberla, la pueda aprender con mayor comodidad y con más facilidad, he ordenado este presente volumen engastando (como cosa nueva) la teórica en la práctica”.

            El siguiente aspecto que debemos tratar es qué entiende por música teórica y por música práctica. “Música inspectiva o teórica es una ciencia que examina, no con el oído sino con el ingenio y razón, las voces o sones formados con instrumentos, así naturales como artificiales”, o también “música teórica es la que consiste en contemplar, mirar y escudriñar las cosas de la música, contentándose con sólo conocerlas, sin oírlas[4]

            Por otro lado, “música práctica es aquella que canta conforme los preceptos del arte, artificiosamente y con gusto; y la que ejercita con reglas los cánticos, no haciendo caso de contemplar, mirar, ni de escudriñar las cosas de la música, contentándose con sólo oírlas, sin conocerlas[5].

            Del mismo modo en su libro segundo también establece otras divisiones dentro de cada tipo de música, como recogemos en el siguiente cuadro:

 

HARMÓNICA:ciencia que con el sentido y con la razón pesa y tantea las diferencias de los tonos graves y agudos; distingue y examina las diferencias de los sonidos; considera y mira los sonidos que son buenos para la harmonía, desechando los que no son tales”.

                 TEÓRICA[6]

RÍTMICA: Es la que mide y advierte diversas tardanzas e intervalos en pronunciar, guardando la orden de los tiempos en la presteza o tardanza y la cual considera cuánto se haya de tardar en la pronunciación del sonido o voz”.

CANTO LLANO: establece  analogía con la  música  harmónica y señala que “música harmónica, canto común, canto plano, canto uniforme, canto inmensurabil, canto fermo, canto llano y canto gregoriano es todo lo mismo”.

                 PRÁCTICA[7]

CANTO DE ÓRGANO: establece analogía con la música  rítmica y señala que “música rítmica, canto variable, canto  mensurable, canto figurato y canto de órgano es lo  mismo”.

            Tras definir los distintos tipos de música el siguiente paso es decidir cual es “más digna y más noble”, a lo que afirma: “de las dos ciencias en música, la teórica es más noble y es porque más vale la ciencia que el uso de ella y también porque es mejor el saber obrar que la misma obra”. Dice también que “la razón y especulación (que son las que hacen al teórico) mandan como señoras y los dedos y voz, que dan el ser al práctico, obedecen como siervos (...) y es  porque una tiene su morada en el anima y la otra en el cuerpo”, a lo que añade que “el músico especulativo o teórico es antepuesto al músico activo o práctico y tanta diferencia hay del práctico al teórico como del criado al amo”.

Tras dejar clara su postura de primacía de la teórica sobre la práctica, reconoce que “la música mezclada de práctica y teórica es de más quilates que la teórica o la práctica sola porque tiene una cosa y otra”, pero es consciente de que la práctica tendrá siempre una aceptación mayor, reconociendo que “en lo que toca al provecho y satisfacción universal, digo que de más provecho es la práctica que la teórica: porque la teórica da satisfacción sólo a los versados en la especulación, que son muy pocos y la práctica da gusto a todos[8], a pesar de ello no hay por qué prescindir de la música teórica, postura que deja muy clara cuando expresa lo siguiente:          “cuanto a lo que dicen algunos, que en la música no ha de haber más que práctica, digo que es yerro manifiesto: porque caso que la práctica sea útil, ¿quién no ve cuánto mejor será si fuese acompañada con arte y teórica, para que sepa las cosas por sus principios y causas, que sola por sí?[9]

            Para finalizar recogemos su definición de músico teórico, por ser considerado como el auténtico y verdadero, porque “la teórica enseña los preceptos y la práctica muestra el uso de ellos[10]:

Por teórico se ha de entender aquel que doctrinal y científicamente de la música sabe hablar y discurrir”. “Sólo aquel alcanza con justo título este nombre de músico, el cual no solamente trata, mas así mismo pone en obra con razón las partes de la música; teniendo conocimientos de la Práctica y de la Especulativa. Este es pues el verdadero y absoluto músico, (...) el cual, según los más antiguos, también se puede llamar MELOPEO, que quiere decir músico perfecto”.[11]

BIBLIOGRAFÍA: 

  • HUDSON, Barton: “Cerone, Pietro” en SADIE, Stanley (Ed.): The New Grove Dictionary of Music and Musicians, Ed. Macmillan, Londres, 1980.
  • LÓPEZ-CALO, José: Historia de la música española. Vol 3 s. XVII, Ed. Alianza, Madrid, 1988.
  • MITJANA, Rafael: Historia de la música en España, Centro de documentación musical (INAEM), Madrid, 1993.
  • PALISCA, Claude V.: “Cerone, Pietro” en CASARES RODICIO, Emilio (Dtor.): Diccionario de la música española e hispanoamericana, SGAE, Madrid, 1999.

 

[1] CERONE, Pietro: El Melopeo y maestro, Libro I, Capítulo III, p. 9.

[2] PALISCA, Claude V.: “Cerone, Pietro” en CASARES RODICIO, Emilio (Dtor.): Diccionario de la música española e hispanoamericana, SGAE, Madrid, 1999.

[3] Hay que tener en cuenta que cuando publica su tratado (1613), Nápoles pertenecía a la corona española.

[4] CERONE, Pietro: op. cit. libro II, cap. IV, p. 209.

[5] Ibid. libro II, cap. V, p. 210.

[6] Ibid. libro II, cap. VI, p. 210.

[7] Ibid. libro II, cap. VII, p. 211.

[8] Ibid. libro II, cap. VIII, p. 212.

[9] Ibid. libro II, cap. X, p. 215.

[10] Ibid. libro II, cap. VIII, p. 212.

[11] Ibid. libro II, cap. XI, p. 219.