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Andsnes: furia y dulzura
Por
Víctor Pliego de Andrés. Lee
su curriculum.
Recital del pianista Leif-Ove Andsnes. Obras de Schubert, Schumann y
Debussy. Octavo Ciclo de Grandes Intérpretes. Fundación Scherzo. Auditorio
Nacional de Madrid, 16 de diciembre de 2003. Andsnes, de cuya templanza dejó memoria una anterior visita, se mostró en esta ocasión mucho más temperamental. Los contrastes del programa escogido para la ocasión facilitaron esta explosión emocional. El pianista arrancó con las Romanzas 1, 2 y 3, la Arabesca en do mayor y la Novellette op. 21 núm. 5 de Robert Shumann, con una brusquedad que tal vez delataba cierta falta de concentración, más que una opción interpretativa pero que, en cualquier caso, fue eficaz. Entre las nubes asomaron unos rayos contenidos de dulzura, llenos de arte y belleza. Con todo, su tajante exposición estuvo sustentada en una técnica impecable. Se mostró incisivo en el sonido y en el fraseo. Cada día se me antojan más frecuentes estas visiones románticas, cercanas a su lado más salvaje y temperamental. Tres páginas de Claude Debussy (Estudios 10 y 11, y L'isle joyeuse) cerraron la primera parte con rotundidad. El rigor siguió imperando sobre cualquier viso de sentimentalismo. Andsens marcó sonoridades de una densa brillantez dentro de su justa medida. En la segunda parte de su recital, el intérprete alcanzó la gloria con una espléndida interpretación de la Sonata núm. 23 en si bemol mayor, D 960 de Franz Schubert. El antagonismo entre la dulce emoción de esta obra y la impetuosidad anteriormente desplegada se desveló fructífera. El talante de esta parte del concierto fue muy distinto al de la primera. Los rayos de dulzura, antes contenidos, resplandecieron en este desolado paisaje, apartando brumas y despertando emociones paradójicas de una extraña luminosidad. La melancolía se transformó en jovialidad progresiva y el capitán del recital supo guiarnos con mano maestra a través del océano musical schubertiano. La calidad y la emoción de esta segunda parte superaron la mostrada en la primera parte y condujeron el recital hacia la cima del éxito. Fue una magnífica del Ciclo de Grandes Intérpretes del año pasado. (Fotografía: Rafa Martín)
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