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El Proyecto
Alcina
Por Josefa Montero
García.
Alcina.
Música de G. F. Haendel. Libreto anónimo basado en el Orlando Furioso
de Ludovico Ariosto y adaptado del libretto de Ricardo Broschi
L’isola di Alcina. Reparto: Mar Codina, Mª Eugenia Boix, Amparo
Mateos, Lucía Vázquez, Karim Díaz, Alberto González. Coro “La Stigia”.
Orquesta de cámara del Taller de Música Antigua del Conservatorio
Superior de Salamanca. Dirección musical: Pilar Montoya Chica. Dirección
escénica: Óscar Martínez Vila. Dirección vocal y repertorio: Mª Ángeles
Triana y Javier San Miguel. Dirección del coro: Antonio Santos.
Escenografía e iluminación. Óscar Martínez Vila. Diseño de vestuario:
Lázaro Astarloa. Profesora de italiano: Míriam Hernández. Profesora
invitada asistente a la dirección musical: Arancha Montoya. Auditorio
del Conservatorio Superior de Música de Salamanca. 21 de febrero de
2007.
El primer contacto serio entre la
ópera barroca y el público de Salamanca, tuvo lugar con motivo del ciclo
que se organizó durante la Capitalidad Cultural de 2002; allí tuvimos
ocasión de presenciar espectáculos nada habituales en una ciudad donde,
como ocurre en casi toda España, solían programarse siempre los mismos
títulos. En su día se prometió una continuidad de aquel ciclo de óperas
barrocas, pero tuvimos que conformarnos con dos temporadas, y el
recuerdo de aquellos espectáculos, que atrajeron incluso a espectadores
de Madrid, donde “oficialmente” se tiene acceso a todo.
Afortunadamente,
Salamanca es una ciudad de buena “cantera”, y sus dos conservatorios
–profesional y superior-, están siempre cuidando de que los jóvenes
intérpretes tengan oportunidades de desarrollar su arte, y de que el
público sea testigo de sus progresos. Y cuando ya prácticamente habíamos
olvidado aquellos ecos de la escena barroca, nos ha sorprendido
favorablemente el montaje de la ópera Alcina de Haendel en el
auditorio del Conservatorio Superior, que tuvo lugar el pasado 21 de
febrero con todos los detalles de una representación verdaderamente
profesional.
Con el auditorio lleno
de público, pudimos asistir a todo un espectáculo. Después de la
obertura, el telón se alzó y aparecieron numerosos figurantes,
completamente inmóviles, y armoniosamente colocados que cumplían su
misión a la perfección, una iluminación y vestuario que daban colorido a
la escena, y unos cantantes- actores entregados, que tuvieron que
afrontar sus complicados papeles con extensos recitativos y arias da
capo, junto con intervenciones destacadas de la orquesta, y el coro “La
Stigia”. Allí todo estaba “en su sitio”: la iluminación, los decorados,
el vestuario, el maquillaje...Y detrás se veía el trabajo de los
alumnos, los directores del montaje, y los profesores relacionados con
todos los aspectos del mismo. Fueron más de dos horas de buen teatro y
música, con dos intermedios durante los que se escuchaba a personas del
público preguntar con incredulidad si era cierto que estos jóvenes no
eran todavía actores y músicos profesionales.
Hay que felicitar a
Pilar Montoya, directora musical por la rigurosa preparación de esta
ópera, y a Óscar Martínez Vila, director de escena, que con pocos medios
y el buen hacer de sus figurantes, supo conseguir un excelente marco
para el mágico argumento de la obra. Los cantantes, la orquesta y el
coro estuvieron bien, destacando especialmente la soprano Mar Codina,
que bordó todos los aspectos de su papel de la malvada hechicera Alcina.
Las actuaciones
anteriores del Taller de Ópera del Conservatorio Superior se habían
realizado con acompañamiento de piano, por lo que el denominado PROYECTO
ALCINA 2007 ha sido la primera experiencia global con todos los
elementos humanos y artísticos que aúnan teatro y música: cantantes
solistas, coro, figurantes y orquesta. Ha sido un trabajo ímprobo de
profesores y alumnos, al que habrán dedicado incontables horas; pero ha
merecido la pena. Los jóvenes intérpretes necesitan oportunidades como
ésta, y el público ha podido disfrutar de un gran montaje. Enhorabuena a
todos, y esperamos que se repita.
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