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Incomprensible reposición Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
Il trovatore, ópera de Giuseppe Verdi con libreto de Salvatore Cammarano. Intérpretes: Roberto Frontali (Conde de Luna), Michele Capalbo (Leonora), Irina Mishura (Azucena), Francesco Hong (Manrico), Raymond Aceto (Ferrando), Amparo Navarro (Inés), Francisco Corujo (Ruiz), Mario Villoria (Un viejo gitano), Ponzalo Fernández de Terán (Mensajero). Director musical: Nicola Luisotti. Director de escena: Elijah Moshinsky. Escenógrafo: Dante Ferretti. Figurinista: Anne Tiby. Iluminador: Mike Gunning. Director del coro: Jordi Casas Bayer. Coro y Orquesta del Teatro Real. Producción del Teatro Real y de la Royal Opera House, Covent Garden de Londres (2000). Teatro Real de Madrid, 7 al 29 de junio de 2007. Il trovatore es una de las piezas fundamentales del gran repertorio operístico. El argumento es un folletín histórico que remata los sucesivos cuadros siempre en punta, con un dramatismo exagerado. La música subraya toda esa tensión narrativa añadiendo alunas memorables partes vocales, que son una prueba de virtuosismo para los cantantes que se atreven a enfrentarse con ellas. Su programación siempre es bienvenida y despierta el interés de la afición. El Teatro Real ha optado por incluir en su temporada actual este título, reponiendo una producción realizada en colaboración con el Covent Garden hace siete años. La reposiciones son parte necesaria de una lógica estrategia artística y económica, propia de cualquier gran teatro; pero no me explico porqué el coliseo madrileño ha sacado de su almacén esta triste producción en vez de alguna otra de las otras muchas que ya tiene, que son más brillantes y cosecharon en su momento mayores éxitos. Razones habrá que desconocemos para esta recuperación. Esta puesta en escena de Moshinsky es convencional y algo rancia, y los decorados de Ferretti grises e inexpresivos. La única virtud de este trabajo es que, aunque no ayuda mucho, tampoco interfiere el discurso de la música. El reparto vocal tiene que ser necesariamente poderoso para abordar Il trovatore. Los artistas que intervienen en estas funciones están a la altura de la partitura, que es mucha, complacen a la audiencia, pero no llegan a entusiasmar. Roberto Alagna finalmente canceló por enfermedad y el estreno lo abordó Francisco Casanova, en alternancia con otros intérpretes. Los que pude escuchar resolvieron el reto de sus respectivos papeles con afortunada expresividad, mostrando voces muy distintas en timbre, pero parecidas en poderío y en planteamiento dramático. Francesco Hong encarnó a Manrico con voz brillante y algo estrecha, mientras que Leonora estuvo a cargo de Michele Capalbo, con una voz sabia pero algo cansada. Me convencieron algo más, en las cuerdas graves, el dramatismo de Irina Mishura, como Azucena, y las oscuras pasiones del conde de Luna expuestas por Roberto Frontali. Coro y orquesta se mostraron más enérgicos que refinados bajo el gesto, expresivo y heterodoxo, del simpático maestro Luisotti, que condujo la función con gran aliento e impetuosidad. Fotografía: Javier del Real
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