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Número 86º - Diciembre 2.007


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EL RETORNO DE JUAN DIEGO FLÓREZ
 

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.


Oviedo, Auditorio Príncipe Felipe. 8 de noviembre de 2007. Recital de Juan Diego Flórez, tenor, con Vincenzo Scalera, piano.


Volvió a Oviedo el famoso tenor peruano, esta vez cantando a beneficio de los damnificados en el reciente terremoto en su país, en agosto pasado. El programa era muy similar al de su presentación en el Campoamor en el 2004, con obras de autores belcantistas y de compositores peruanos, a los que en esta ocasión se añadieron las canciones de Tosti, tan habituales en recitales de tenores.

No decimos nada nuevo al afirmar que Flórez se ha convertido en el mejor tenor de la actualidad para el repertorio belcantista, y de ello tuvimos una nueva muestra en el Auditorio el día 8: exquisita musicalidad (qué forma de apianar), agudos limpios y bien colocados, encontrando matices en cada obra... Para tenerlo todo quizás le faltaría solamente profundizar más en la vena dramática de estos papeles, y ahí el recuerdo de Kraus sigue estando presente. De cualquier modo, ya fuera en el repertorio belcantista (el "Spirto gentil" de La favorita cantado en francés, arias de Lucrezia Borgia, Linda de Chamounix y Bianca e Fernando), en las canciones peruanas (como "La flor de la canela", donde tampoco se privó de la exhibición de agudos como si estuviera cantando belcanto) o en las piezas de Tosti, cantadas con gran sensibilidad, Flórez volvió a demostrar su maestría, en un recital que también incluyó piezas de concierto no operísticas de Bellini y Rossini (de este último, una pieza para piano solo que sirvió para darle mayor protagonismo al acompañante, el habitual y siempre excelente Vincenzo Scalera. Como propinas, "La donna è mobile" y la habitual "Ah, mes amis" de La fille du régiment, aunque esta vez cantada en italiano ("Amici miei"), con su despliegue de pirotecnia vocal en los nueve "dos".

En conjunto, creemos que resultó más emocionante la actuación en el Campoamor de hace tres años, pues entonces estábamos ante una revelación y ahora ante la confirmación de lo ya sabido. No obstante el público disfrutó con el recital, aunque el aforo del Auditorio estuvo lejos de llenarse.