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Número 86º - Diciembre 2.007


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SCHREIER, ELEGANCIA PERSONIFICADA 

Sevilla, Teatro de la Maestranza. 15 de diciembre de 2007. XVIII Temporada de conciertos de abono de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Haydn: La Creación. Rosemary Joshua, soprano; Joel Prieto, tenor; Markus Butter, bajo. Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza. Peter Schreier, director.

Por Fernando López Vargas-Machuca.   

Dentro de la amplia nómina de importantes registros fonográficos de esa obra maestra absoluta que es La Creación, desde Igor Markevich hasta Andreas Spering pasando por esos dos monumentos legados por Sir Georg Solti, la toma audiovisual (DVD del sello Arthaus) protagonizada por Peter Schreier en 1992 ocupa un lugar destacado. Bien es cierto que a esta interpretación se le podría pedir un poco más de tensión interna, incisividad, sentido de los contrastes y rusticidad, pero en cualquier caso sus virtudes son muchas más que sus limitaciones: claridad de texturas, extraordinario vuelo lírico, calidez expresiva y, sobre todo, esa singular elegancia “aristocrática”, llena de equilibrio pero en absoluto cercana a lo superficial, lo indiferente o lo amanerado, que hace algunos lustros caracterizaron a Schreier como excepcional tenor para el repertorio barroco y clásico, así como importante liederista. Todo ello dentro de una visión muy alejada tanto de la pesadez de algunos acercamientos pseudobrucknerianos como de la frívola ingravidez pimpante de ciertas lecturas historicistas.

La interpretación ofrecida al frente de la Sinfónica de Sevilla -acertadamente reducida en número de ejecutantes para la ocasión- como programa navideño de la actual temporada de conciertos ha seguido idénticos derroteros. Ahora bien, justo es reconocer que no se alcanzó similar nivel de excelencia, en parte porque la cuerda de la formación hispalense sigue careciendo de la tersura apropiada para el repertorio clásico, en parte porque Schreier evidenció ciertas desigualdades de concentración que se tradujeron en pasajes algo carentes de la tensión interna y fuerza expresiva apropiadas. El coro se mostró muy voluntarioso y realizó una sólida labor, aunque la claridad a veces dejó algo que desear. Tampoco el bajo continuo estuvo siempre acertado.

Las tres voces reunidas, en absoluto comparables con las del registro oficial de Schreier (unos maravillosos René Pape, Edith Mathis y Christoph Prégardien), cumplieron con mucha dignidad. A despecho de algunas tiranteces ocasionales en el registro agudo, sobresalió la bonita y ágil voz de una Rosemary Joshua seráfica y deliciosa, pero en absoluto cursi ni redicha como otras sopranos más prestigiosas. El joven Markus Butter lució buen instrumento y mejores maneras, aunque aún está un poco verde en lo expresivo. Bastante menos bien Joel Prieto, a cuya voz le cuesta trabajo correr por la sala. A pesar de los reparos apuntados, fue una estupenda velada musical: partitura excelsa, solventes fuerzas vocales e instrumentales y una dirección en general de considerable altura protagonizada por una batuta que es pura elegancia. Por cierto, que habida cuenta de que Schreier ha demostrado ser (en disco y en reciente retransmisión televisiva) un soberbio director del Oratorio de Navidad bachiano, se debería contar con él para una próxima ocasión. 

ENLACES RECOMENDADOS

Web de la ROSS: http://www.rossevilla.com

Web del Teatro de la Maestranza: http://www.teatromaestranza.com/