VIANA VUELVE A LA CARGA 

Sevilla, Teatro de la Maestranza. 4 de diciembre de 2007. Música y excusas. Contubernio lírico en un acto. Obras de Planquette, Audran, Rossini, Meyerbeer, Satie, Fernández Caballero, Saint-Saëns y Massenet. Enrique Viana, tenor. Manuel Burgueras, piano. .

Por Fernando López Vargas-Machuca.   

Vuelve al Teatro de la Maestranza tras dos años de ausencia Enrique Viana con sus descacharrantes monólogos. Triunfó entonces con La locura de un tenor y Tenor, vivo… y al rojo, que comentamos en su momento en esta revista. No vamos a repetir lo entonces dicho, que para eso ofrecemos el siguiente enlace. Indiquemos simplemente que con su nuevo espectáculo nos hemos reencontrado con sus señas de identidad: voz vibradísima y de timbre ingrato, línea de canto más elegante que comunicativa y una marcada irregularidad en los resultados musicales. Y es que aunque su conocimiento de la técnica es inatacable, su materia prima nunca ha sido gran cosa; además evidencia cierto desgaste con respecto a su última visita. Abordando piezas desconocidas, en esta ocasión centrándose en el repertorio francés, las limitaciones no se hacen demasiado evidentes, pero atreverse con el Pourquoi me reveiller es mucha tela en un teatro donde aún resuenan los ecos de Alfredo Kraus cantando Werther.

Claro que también nos hemos reencontrado con su peculiar sentido del humor fino e irónico, con su afición por el maquillaje chirriante, los trajes de señora y los tacones de aguja, con su desparpajo sobre el escenario, con su gancho inmediato con el público y con su desbordante imaginación. Música y Excusas es un espectáculo que engancha desde el primer minuto hasta el último, ameno y llevado con excelente pulso, ligeramente provocador dentro del buen gusto, divertidísimo y también emotivo gracias a un sutil punto de ternura, melancolía y reflexión. Por cierto que la cosa en esta ocasión iba ecológica, centrándose más concretamente en la relación entre el ser humano y el mundo animal, del que -le damos toda la razón al tenor madrileño- tanto hemos abusado. Una idea muy bonita pero que en el fondo, pues eso, no es sino una mera excusa, como también la selección musical escogida, para que nuestro artista vuelva a demostrar su talento como showman.

Excepcional de todo punto Manuel Burgueras, quien además de intervenir en repetidas ocasiones como actor y de ejercer de ocasional apuntador del protagonista de la velada, volvió a demostrar que es no sólo un espléndido acompañante sino también un pianista de muchos quilates: su interpretación de El cisne de Saint-Saëns fue un prodigio de elegancia y sensibilidad. El variopinto público congregado en la sala Manuel García del Maestranza aplaudió con calor. El Teatro Real madrileño acoge varias funciones de este espectáculo del 27 al 30 del próximo diciembre. Lo recomendamos entusiasmo: uno sale francamente feliz y satisfecho del mismo, siempre y cuando se hayan dejado fuera los prejuicios, musicales y de cualquier otro tipo.

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Web del Teatro de la Maestranza: http://www.teatromaestranza.com/