|
|
Muebles viejos y modernos Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
Il burbero di buon cuore (El cascarrabias de buen corazón). Música de Vicente Martín y Soler. Libreto de Lorenzo da Ponte. Reparto: Elena de la Merced, Verónique Gens, Cecilia Díaz, Saimir Pirgu, Juan Francisco Gatell, Luca Pisaroni, Carlos Chausson, Josep Miquel Ramón. Director musical: Christophe Rousset. Directora de escena: Irina Brook. Escenógrafa: Noëlle Ginéfri. Figurinista: Sylvie Martin-Hyszka. Iluminador: Vinicio Cheli. Orquesta Titular del Teatro Real. Nueva producción del Teatro Real en colaboración con el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Teatro Real, Madrid, 1 a 18 de noviembre de 2007. Ha sido un gran acierto la incorporación de Il burbero di buon cuore al cartel del Teatro Real de esta temporada. Se trata de una ópera del genial compositor Vicente Martín y Soler (1754-1806) que nació en Valencia y triunfó en Viena. La producción del Real con el Liceu ha dado un magnífico resultado. El elenco reunido ha formado un perfecto conjunto, con voces de calidad, compatibles y adecuadas al estilo. Carlos Chausson borda el papel el viejo gruñón, sumando a sus cualidades vocales un desparpajo que también habría venido muy bien a los otros personajes, cuya personalidad quedó refugiada sobre todo en el atrevido vestuario de Sylvie Martin-Hyszka. No es fallo de los artistas, sino de una dirección escénica demasiado contenida. El maestro Christophe Rousset ha obtenido de la orquesta un tono y un color tan sugerente como verosímil, proponiendo una interesante mixtura de instrumentos antiguos y modernos. El mismo director abordó la realización del continuo con pianoforte, alternando batuta y teclado. La dirección de Irina Brook ha sido bonita y limpia, sin extravagancias y sin demasiada espectacularidad; faltó poner un poco de la chispa que este género bufo requiere, pero aportó cierta frescura y naturalidad, de inspiración posiblemente ilustrada. La escenografía de Noëlle Ginéfri optó por un interiorismo basado en la mezcla de muebles viejos y modernos. La exquisita iluminación de Vinicio Cheli dio vida al decorado único. La producción ha sido excelente, gracias al respeto mostrado a las formas y esencias clásicas. He encontrado en esta función claridad, buen gusto y comedimiento, cualidades valiosas que en la ópera no suelen darse con frecuencia. Me ha faltado viveza, pero la producción ha sido de primera calidad en todos sus aspectos. Y sobre todo, ha sido la reivindicación de un título y de un autor que bien lo merecen. Fotografía: Javier del Real
|