|
|
PLANET OF APES - Danny Elfman Por David Doncel Barthe. El reinado de la percusión es la tendencia habitual de este gran compositor, buscar la atonalidad y alejarse de la melodía, algo impensable hace unos años donde vivíamos entusiasmados por el grado de creatividad musical de este genio, gracias a melodías góticas con tintes circenses, tiene su punto de perfección en la bso compuesta para el 'No-remake'(como se empeñan en hacernos creer) de Burton. La percusión es la que establece la dirección a seguir, algo que simplemente encanta a Elfman, ensimismado en su ultimo tramo creativo por los sonidos contundentes de la percusión limitados por los requerimientos de las imágenes. Ahora sin esa justificada limitación, Elfman compone su partitura, menos 'Burtoniana', al encontrarnos ante la película con menos huella evidente de su director. El Barroquismo y los tintes góticos de este niño rebelde de Hollywood dan paso al salvajismo de los movimientos simiescos (lo mejor de la película) y al vanguardismo de sus corazas. Elfman, intencionadamente o no, tiene presente en todo momento esas dos cualidades. La primera, el salvajismo, es la que invade toda la partitura, gracias a percusiones de todo tipo (hasta golpes en latas de cerveza), con esos ritmos tribales tan magníficamente coreografiados. La segunda, el vanguardismo de los diseños, especialmente ejemplarizado en las corazas del ejercito simiesco, representada en la música por sonidos electrónicos. Así aparece el tema principal, distinto en el CD, ya que el que aparece en la película es una remezcla un tanto mutilada de la versión original. Elfman con el reinado de la atonalidad percusiva, crea inesperadamente melodía, estableciendo un nuevo tipo de sonido Elfman, intencionadamente cultivado en Men in Black., convirtiendo el tema principal del Planeta, en caldo de cultivo para una posible denominación futura de 'obra maestra'. Los temas de acción son marca de la casa, con grandes secciones de orquesta a merced de las escaramuzas entre humanos y simios. Es el eje central de todo el CD, y toda la composición de Elfman. Pero también hay momentos apacibles donde se refleja la extraña relación entre el Capitán Leo y Ari, con la orquesta decididamente calmada y el sintetizador creando el ambiente sutil que contrasta llamativamente con el resto del score. El problema surge cuando aparece el fantasma de las comparaciones, un ejercicio necesario, por mucho que le pese a Burton. En esta nueva versión se intenta reinterpretar una historia ya de por si perfecta, tanto en sus planteamientos, como en su definición. La futilidad de tal ejercicio es obvia desde un primer concepto de tal cruzada, en las mentes, no solo de los aficionados, sino de los propios creativos. Innumerables han sido los directores que han querido desentenderse del proyecto, por la imposibilidad, no solo de superar al original, sino de intentar ajustarse a su magnifico nivel. Burton no fracasa en su aislado ejercicio de divertir, pero se ve derrotado, y por clara diferencia, al compararse inevitablemente con el original. El guión que le sirve de dirección es predecible y banal (como la inmensa mayoría de guiones que suele últimamente llevar a imagen Burton) con un desenlace forzado y posiblemente plagiado (De su 'amigo' Kevin Smith), sin ese grado de frustración y maestría del original. Goldsmith es el punto de referencia, pero extrañamente no para el compositor de cabellos rojizos, sino para el aficionado. Ahí esta el problema: intentar evaluar conjuntamente dos partituras que son totalmente diferentes. Si bien Burton se engaña a si mismo diciendo que no es un Remake lo que lleva a cabo, Elfman no lo hace en ningún momento, siendo consciente de que su partitura busca otros caminos, más fieles a su estilo que a los del magnifico compositor de Mulan. Elfman se muestra claro vencedor frente a un director que cada vez se vez mas engullido por la falta de originalidad imperante en la industria, que desde Ed Wood, no levanta cabeza. El planeta de los Simios de Elfman es una pieza clave en la discografía de su autor, con un mayor disfrute dentro de las imágenes que fuera de estas (la atonalidad percusiva no es precisamente plato de melodías ejemplares), y todo aficionado y no aficionado tiene que ser consciente de la naturaleza y destino de esta música antes de dar su definitivo veredicto, algo obvio en la música de cine, pero con mas razón en esta partitura si cabe. Para saber más: http//www.sonyclassical.com/music/89666/
|