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HOY, MENÚ BARROCO Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.
Curiosamente son los movimientos lentos y las obras que invitan al reposo las auténticas ganadoras y que convierten a este disco en muy recomendable. Pocas veces hemos disfrutado del Adagio del Concierto para oboe de Albinoni (quizás el movimiento más bello escrito para oboe) en una lectura de tal encanto que se escucha con admiración y sin fatiga una y otra vez. Aquí el oboísta Paolo Grazzi alcanza la inerte belleza del instrumento del desaparecido David Reichenberg. Al mismo nivel están las improvisadas variaciones sobre
el popular tema Greensleeves (de autor
anónimo aunque atribuido, entre otros, a Enrique VIII) interpretadas al archilaúd con dedicación y sencillez por Luca Pianca
o el conocido
Canon y Giga de Pachelbel con el expresivo violín de Enrico Onofri
en posiblemente una de las mejores grabaciones de la pieza. A su lado, una
inquieta lectura del popular
Concierto para flautino, cuerda y continuo RV 443 aquí con flauta dulce sopranino (y no con flautín) en el que Antonini despliega todo su virtuosismo. Lugar de honor también para el ya mencionado
Grave para dos flautas traveseras, cuerda y continuo de Telemann, de singular encanto, y la pieza que cierra el disco, a modo de
lamento o triste despedida, el Adagio para dos violines de Albinoni.
Asombroso el trabajo del continuo a lo largo del disco con el eximio Luca Pianca
a la cabeza. Y es que el continuo de Il Giardino se ha de llevar la
distinción más alta, summa cum laude. Tanto la famosa Chacona de Purcell aquí sin la profundidad necesaria como La Llegada de la Reina de Saba de Handel que suena perezosa y poco ceremoniosa tampoco aportan nada a versiones ya clásicas como la de Trevor Pinnock. Director que por cierto firmó uno de los mejores discos de este estilo junto al de Reinhard Goebel, ambos en Archiv. Dos grandes directores historicistas que, como se ve, también grabaron discos de favoritos barrocos, muy comerciales ellos. En todo caso, el evidente enfoque comercial no resta mérito a estos trabajos que a cualquiera interesarán, sea o no amante del Barroco. Es más, estos discos -a veces tan denostados- son los que más afición crean y si es con interpretaciones de altura como las de Il Giardino, auténtica afición. Una última nota que demuestra el
carácter irónico de estos italianos: se incluyen tres adagios de
Albinoni pero... ¡cuidado y no juzguen precipitadamente! ninguno es el famoso
Adagio de
Albinoni que, sabido es, no es de Albinoni sino del musicólogo
italiano, Remo Giazotto quien reconstruyera un pequeño fragmento
hallado en la Biblioteca de Dresde tras la Segunda Guerra Mundial. ¿Verdad que no se esperaba menos de un grupo
purista como Il Giardino? .
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