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PROSIGUE EL CICLO BRUCKNER DE
COLIN DAVIS
Por
Angel Riego
Cue. Lee su
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Para la segunda
entrega de su ciclo Bruckner, Colin Davis ha elegido una de las sinfonías
menos divulgadas del mismo, la Sexta; recordemos que el pasado
mes de abril comentamos la aparición de la primera grabación de esta
serie, consistente en la Novena Sinfonía, una de las más
conocidas de Bruckner. En realidad, la grabación de esta Sexta
que ahora se publica se hizo unos días antes que la de la Novena
(ambas en febrero de 2002), aunque parece que se prefirió comenzar
editando la más conocida.
Tal como apuntábamos entonces, la London Symphony no es, por lo que se
escucha en estos discos, una orquesta que posea el sonido "denso y
germánico" que se asocia normalmente con Bruckner. En su lugar, todo está
más suavizado, suena más dulce, hasta el punto que más bien parece Elgar
que Bruckner, aunque la Sexta es una de las sinfonías a la que
esta visión le puede sentar mejor, especialmente a su Adagio.
Y es en el Adagio, magníficamente interpretado, donde se alcanza
posiblemente el punto más alto de esta versión, donde escuchamos a Davis
entregarse plenamente e incluso canturrear la música en alguna ocasión
(recordemos que las grabaciones son en vivo). El otro movimiento
especialmente logrado es el Finale, con toda la grandiosidad esperable en
la obra, pero sin rastro del estruendo en el que caen otros directores,
pues el maestro inglés nunca pierde el refinamiento. En el debe de esta
interpretación se puede anotar un primer movimiento correctísimo, pero que
no acaba de entusiasmar, y un Scherzo lo menos "demoníaco" que imaginarse
pueda; baste decir que al Celibidache de última época (considerado el
paradigma de los directores lentos) este movimiento le dura 8:18 y a Davis
le pasa de los 10 minutos; un tempo tan parsimonioso, con tanta dulzura,
es posible que no guste a todo el mundo, cuando en este Scherzo se suele
esperar algo más de "garra", pero la opción de Davis es también
perfectamente válida.
En el capítulo de las comparaciones, los dos primeros puestos en cuanto a
versiones de esta Sinfonía siguen ocupados, en mi opinión, por
Klemperer y Celibidache (este con el mejor Adagio imaginable) y tras ellos
viene Wand-NDR y luego algún otro como Barenboim (se entiende, su segunda
grabación con la Filarmónica de Berlín; no la primera con Chicago, que es
muy floja). Esta de Colin Davis podría medirse con los dos últimos
citados, y al menos respecto a la de Barenboim quedaría en buen lugar.
También podría compararse, debido al precio bastante económico de los
discos LSO Live, con la del ciclo de Tintner para Naxos, que es algo más
barata y está mejor grabada (ya dijimos al hablar de la Novena
que los discos LSO Live no tienen una grabación a la altura de lo
esperable hoy día); Tintner consigue una versión también parsimoniosa y en
la línea de la tradición de Jochum o Wand, aunque las limitaciones de su
orquesta neozelandesa queden al descubierto en un final algo charanguero,
lo que inclina la balanza a favor de Davis.
En resumen, una de las más notables interpretaciones disponibles en disco
en la actualidad de la Sexta de Bruckner, a la que puede
preferirse alguna otra versión suelta pero más difícilmente alguna de las
procedentes de ciclos completos. Si Davis logra completar esta serie
Bruckner puede conseguir uno de los mejores ciclos existentes; esperemos
que esta iniciativa del sello de la propia Sinfónica de Londres llegue a
buen puerto, en un tiempo en que parece que los sellos grandes no se
preocupan de proyectos tan ambiciosos como este.
REFERENCIAS:
BRUCKNER: Sinfonía nº 6
Orquesta Sinfónica de Londres
Director: Sir Colin Davis
LSO Live LSO 0022
Distribuidor en España: HARMONIA MUNDI
Página web:
www.harmoniamundi.com
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