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LOHENGRIN EN MILÁN
Por
Angel Riego
Cue. Lee su
Curriculum.
Se reedita en el
sello LIVING STAGE una grabación ya conocida por los aficionados
wagnerianos por haber aparecido antes en MELODRAM, y que corresponde a la
función inaugural de la producción de Lohengrin estrenada en el
Teatro Alla Scala de Milán el 18 de marzo de 1965, con dirección escénica
de Peter Lehmann, y musical de un maestro tan acreditado como Wolfgang
Sawallisch.
Este registro parece en principio destinado a los coleccionistas "muy
coleccionistas", ya que con el mismo director y casi con el mismo reparto
podemos encontrar la grabación oficial de Philips hecha en Bayreuth tres
años antes en la famosa producción de Wieland Wagner, en la que repiten
cuatro de los seis protagonistas que encontramos aquí. Lógicamente, la
grabación de Philips tiene un sonido estéreo infinitamente superior (lo
contrario hubiera sido casi milagroso) a esta toma "mono" supuestamente
procedente de la RAI, que ni siquiera está a la altura de lo que se podría
esperar para la fecha, aunque sí permita una escucha digna de la obra.
También los conjuntos de Bayreuth se muestran superiores a los italianos
en este repertorio (lo contrario hubiera sido asimismo milagroso), aunque
hay que reconocer que las huestes de la Scala se defienden muy dignamente,
y la diferencia con Bayreuth es menos acusada en la orquesta que en coro.
Comencemos por recordar lo que ambas grabaciones tienen en común. En
primer lugar, su director, Wolfgang Sawallisch, quien grabó en Bayreuth a
principios de los 60 las tres "óperas románticas" de Wagner, Holandés,
Tannhäuser y Lohengrin. Esta última siempre me ha
parecido la mejor dirigida de las tres, aunque la mayor fama se la ha
llevado Tannhäuser debido a la presencia de Wolfgang Windgassen
cantando el papel titular, y a que su reparto no presenta ningún lunar de
la importancia del que tiene en Lohengrin el Telramund que
cantaba un Ramón Vinay en franco declive. En la grabación milanesa
volvemos a oír su concepto de esta ópera, una visión refinada y con
"tempo" en general ligero, que hace pensar más bien en la elegancia de la
corte que en la rudeza del guerrero. Dentro de un nivel en general de
total solvencia, a veces llega incluso más allá, alcanzando esos momentos
"hirvientes" que sólo se hallan en las grabaciones en vivo, como la
atmósfera creada en la "escena de la conspiración" del comienzo del acto
2, entre Telramund y Ortrud. En resumen, una dirección modélica, muy
superior a la de más de un presunto especialista en Wagner de hoy en día,
y que nos hace pensar que es una lástima que Sawallisch no volviera a
grabar esta ópera con sonido digital (quizás aún lo haga).
En el papel titular encontramos al tenor norteamericano Jess Thomas, quien
además de la grabación de Philips también había sido Lohengrin en la que
muchos consideran como "la" versión de referencia, la dirigida en 1963 por
Rudolf Kempe. Thomas siempre padeció la comparación con Windgassen, y es
cierto que al lado de tal artista inevitablemente parece algo rudo, pero
no deja de ser un Lohengrin soberbio, de un nivel que se echó en falta en
los años de la gran crisis de voces wagnerianas (70-80), aunque hoy día,
al contar con Ben Heppner y Peter Seiffert quizás se valore menos lo que
representaba en su época tener a Jess Thomas. En esta grabación milanesa,
lo peor es su primer acto, donde se muestra estentóreo, con voz forzada,
pero el segundo mejora notablemente y en el tercero su "In fernem land" es
ejenplar.
La "malvada" Ortrud es aquí Astrid Varnay en una de sus grandes
creaciones, de la que ha dejado dos grabaciones oficiales, tanto la
mencionada de Sawallisch para Philips como la grabada en el Festival de
Bayreuth de 1953, dirigida por Joseph Keilberth, esta última también
situada entre las comúnmente consideradas como "de referencia". Si en 1962
la voz ya estaba en cierto declive al compararla con 1953, tres años
después la situación, lógicamente, no es mejor, aunque poco importa al
escuchar una interpretación de la "bruja pagana" de tal calibre; puede
haber Ortruds mejor cantadas, pero no las habrá más salvajes y vengativas
que la Varnay, quien seguramente se ganó al público en esta velada "scalígera".
El barítono-bajo Franz Crass siempre me pareció un cantante de voz noble
pero poco expresiva; quizás por ello dé lo mejor de sí en papeles como el
del Rey Enrique, donde no viene mal un cierto hieratismo propio de la
"Majestad real", y donde repite aquí su buena prestación de Bayreuth. Por
último, el Heraldo de Tom Krause es el que más claramente ha mejorado su
actuación desde la de Bayreuth-62 (donde era un debutante), con una voz
pletórica que contrasta con las de los Heraldos de las versiones que hemos
citado como "referencias" (Keilberth y Kempe) en las cuales este personaje
está muy descuidado, no dándosele toda la importancia que merece.
Hasta aquí los nombres comunes a la grabación Philips de Bayreuth-1962.
Las novedades se reducen a dos cantantes. El primero es el Telramund que
interpreta quien fue durante tantos años el "malo oficial" de Bayreuth,
Gustav Neidlinger, un barítono al que se consideraba el intérprete por
excelencia de papeles como Alberich o Klingsor, pero que sin embargo
fracasó siempre que quiso salir de los roles donde se le había
encasillado. Como en la grabación de Bayreuth ya hemos dicho que este
papel lo cantaba un Vinay en decadencia, al menos aquí salimos ganando con
el cambio. Neidlinger tuvo una voz muy clara, poco asociable en principio
con personajes siniestros de quienes se espera un sonido más "cavernoso"
(podría decirse que la voz era la de "un malvado todavía joven") pero con
su interpretación sabía dar a sus papeles ese carácter "maquiavélico" que
constituía su sello personal. Su Telramund no tiene nada de la nobleza de
un Fischer-Dieskau (que lo plantea como un hombre de honor que es engañado
por su mujer) ni tampoco parece corroído por las dudas como un Hermann
Uhde, otro de los intérpretes más célebres del personaje; en su lugar, él
y Ortud son "tal para cual", los dos maquinan sus maldades sin que ella
parezca tener que esforzarse mucho en convencerle para que se sume a su
plan. Una visión que tiene su interés, y de la cual esta grabación es, de
momento, el único sitio donde se puede escuchar (a falta de que Golden
Melodram reedite el otro Telramund conocido de Neidlinger, el dirigido por
Maazel en Bayreuth en 1960, hasta ahora sólo en LP).
Pero el reclamo principal de esta grabación es, qué duda cabe, la
presencia de Ingrid Bjoner como Elsa. La soprano noruega, nacida en 1928,
tuvo una carrera que la llevó a cantar en los más prestigiosos teatros de
ópera (Viena, Londres, San Francisco, Munich), aunque sus actuaciones en
Bayreuth se limitaron al Anillo dirigido por Kempe en 1960 (donde
cantó tres papeles: Freia, Helmwige y Gutrune) y no regresaría hasta
¡1986! para cantar Isolda con Barenboim; posiblemente en ella se cumpla el
dicho que afirma que quien hace carrera en Munich (donde la soprano era
toda una estrella) no la hace en Bayreuth, y viceversa.
Su legado discográfico "oficial" es mínimo; lo más conocido será sin duda
su Emperatriz en La mujer sin sombra dirigida por Keilberth para
DG, y de Wagner solamente grabó, que sepamos, unos tardíos Wesendonck-lieder.
Como sucede en estos casos, el hueco que ha dejado la carencia de
grabaciones oficiales es suplido con las de origen "pirata", y de ahí que
aparte del mencionado Anillo de Kempe hayan aparecido también
cantados por la Bjoner un Holandés de la RAI de Roma de 1969 y el
presente Lohengrin de la Scala, cuya edición tiene así sentido
dentro de la recuperación de grabaciones protagonizadas por la soprano.
La Elsa de la Bjoner se muestra como una mujer de fuerte carácter, no la
"mosquita muerta" que se nos presenta a veces, aunque cabe preguntarse si
esta visión (que sienta magníficamente a Senta en el Holandés Errante)
es lo más adecuado para Elsa; así, cuando a requerimiento de que nombre a
su defensor en el "juicio de Dios" contesta "Ese caballero me defenderá,
él será mi campeón", lo dice en un tono de seguridad tal que poco le falta
para añadir "...y pobre de él como no se presente". No hallaremos aquí la
fragilidad o la delicadeza de Elsa ante el tribunal que puede decidir
sobre su vida, lógicas dada su situación, y en ese sentido puede
preferirse a Anja Silja, la intérprete de este papel en la grabación de
Sawallisch para Philips, aunque su Elsa aniñada tampoco sea el ideal de
este personaje (ideal que, al menos después de la guerra, encarnó
Elisabeth Grümmer).
El carácter de homenaje a Ingrid Bjoner de este documento (aunque la
portada no se le dedique a ella sino a Jess Thomas) se ve reforzado por el
"Bonus" que contiene cuatro fragmentos wagnerianos cantados por ella; uno
es la "Balada de Senta" del mencionado Holandés de la RAI de Roma
del 69, también dirigido por Sawallisch, y el resto provienen de
grabaciones que quizás aparezcan completas algún día: un "Dich, teure
Halle" de Tannhäuser (Colonia, 1962 - director: R. Kraus), "Der
Männer Sippe" de La Walkyria (Berlín, 1961, director: Richrath) y
"O Sachs mein Freund" de los Maestros (Duisburg 1961, director:
Zaun). Interpretaciones todas ellas modélicas (sobre todo su Sieglinde,
realmente sensacional) y algunas de ellas con muy buen sonido, como las de
Walkyria y Tannhäuser, mientras que el fragmento de
Maestros resulta casi inaudible.
Digamos por último que los "Cuatro caballeros brabanzones" son cantados
por nombres locales, sin que eso suponga ningún desdoro (ya quisiera
Plácido Domingo tener una dicción alemana como la de los comprimarios de
la Scala) y que en el tercer acto se practica el mismo corte que
estableció Wieland Wagner (y que se continúa haciendo en Bayreuth), desde
el "Luft! Luft!" de Elsa hasta la intervención del coro anunciando "Der
Schwann! Der Schwann!": cuatro minutos de música que desaparecen, y que
contenían la famosa arenga "Nunca en el futuro penetrarán en Alemania
victoriosas las hordas del Este". Sin embargo, no encontramos aquí el otro
cambio que hacía Wieland, y que tampoco se realiza hoy día, el de la
palabra "Führer" por "Schützer" en la última frase de Lohengrin, al
presentar al hermano de Elsa antes convertido en cisne.
En resumen, una grabación que, como dijimos al principio, quizás interese
solamente a los "coleccionistas muy coleccionistas" pero que contiene una
función modélica de Lohengrin, con momentos memorables y un
reparto en general más redondo que el de la grabación oficial de Philips,
pues no hay ningún lunar tan grande como el de Vinay en aquella ocasión.
REFERENCIAS:
WAGNER: Lohengrin
Jess Thomas (Lohengrin), Ingrid Bjoner (Elsa), Franz Crass (Rey Enrique),
Gustav Neidlinger (Telramund), Astrid Varnay (Ortrud), Tom Krause
(Heraldo), Walter Giulino, Gianfranco Manganotti, Alfredo Giacomotti y
Carlo Forti (Cuatro caballeros brabanzones).
Coro y Orquesta del Teatro alla Scala de Milán.
Director: Wolfgang Sawallisch
LIVING STAGE LS 4035151 (3 CDs)
Distribuidor en España: LRMUSIC
Página web:
www.lrmusic.net
e-mail:
lrmusic@lrmusic.net
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