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PUNCH DRUNK LOVE - Jon Brion
Por
Carlos Infante
PUNCH-DRUNK
LOVE, o EMBRIAGADO DE AMOR como se ha titulado en España, es una película
extraña y bizarra hasta puntos insospechados. Tan es así que por momentos
no sabemos, o al menos este comentarista desconoce, si estamos ante un
tomadura de pelo de las que marcan época, o por el contrario asistimos a
una película magnética y original en todo el sentido del término. En
cualquier caso es una autentica rareza.
En lo que a la banda sonora se refiere, en esencia es lo mismo que la
película: Extraña. Desde su presentación inhabitual, en cuanto al estuche
se refiere, hasta su contenido, que no puede calificarse como una banda
sonora al uso. Aunque no por ello carece de interés, máxime para los que
disfrutamos de toda suerte de rarezas, para los que siempre deseamos y
esperamos ‘algo diferente’.
Ya centrándonos en los contenidos primero les señalo que esta banda sonora
es una edición limitada donde hay que reseñar la inclusión del video clip
de la canción “Here Go We”. Un aliciente que no debemos pasar por alto.
Junto a este ‘extra’ la edición se compone de mas 44 minutos de música
repartidos entre algunas canciones, que escuchamos en el film y la
partitura original de Jon Brion, compositor que ya ha trabajado con
Anderson en MAGNOLIA.
Toda la partitura original se puede resumir en el tema “Punch-Drunk Melody”
que aparece en el CD en el corte 3. Un vals que no llega a los dos minutos
y donde encontramos el tema central que acompañará la historia narrada por
Paul Thomas Anderson. Un tema romántico que desde el punto de vista formal
no encaja con la trama narrada, pero que si le pone un contrapunto que
aumenta la parte surrealista de esta peculiar película. Ese es su gran
acierto precisamente.
En lo que se refiere a la idoneidad de la partitura a la imagen, aspecto
fundamental a la hora de valorar una banda sonora, debemos y podemos
afirmar que por difícil que pueda parecer Jon Brion logra perfectamente su
misión, aunque si es cierto que lo consigue a base de melodías
relativamente simples, reiterando la misma melodía en exceso.
En lo que respecta a las canciones decirles únicamente que siguen la línea
de la película en una sucesión de estilos cuya coherencia sería imposible
de encontrar, pero quizás sea precisamente esa su función. Estilos de Rock,
mezclados con cantos más o menos al estilo hawaiano, al margen del
conocido "He Needs Me".
Mi conclusión es simple: No me atrevo a recomendarles esta pieza a todos
los aficionados a este peculiar género musical. Estoy convencido que
tendrá detractores manifiestos, como también estoy convencido que
encontrará defensores a ultranza. Por lo tanto le recomiendo PUNCH DRUNK
LOVE a los aficionados que gusten de la obra de Jon Brion, a los que hayan
disfrutado con la película y también a los coleccionistas que valoren las
‘rarezas’. Para estos tres colectivos esta edición resulta sencillamente
necesaria.
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